CUBA: Gobernador de Illinois rechaza bloqueo y mantiene distancia

El gobernador de Illinois, George Ryan, abrió en la visita que concluyó hoy a Cuba una brecha a favor del levantamiento del bloqueo de Estados Unidos contra la isla, pero sin llegar a una alianza pública con el gobierno de Fidel Castro.

"Quiero ver el embargo levantado", dijo Ryan una y otra vez durante su visita de cinco días a este país socialista, la primera de un gobernador de un estado de Estados Unidos en funciones desde el triunfo en 1959 de la Revolución Cubana liderada por Castro.

Declarada formalmente como "humanitaria" y recibida como "amistosa" por la oficialidad y la prensa cubanas, la visita tuvo sobre todo un importante trasfondo económico, según analistas y diplomáticos.

Ryan, perteneciente al Partido Republicano, criticó abiertamente la política de sanciones económicas, impulsó el intercambio entre Illinois y Cuba, entregó ayuda humanitaria por más de un millón de dólares, pero, al mismo tiempo, aseguró que "la gran preocupación es Castro".

"Básicamente ese (Castro) es el problema de Cuba. La gente es hospitalaria y maravillosa, pero 40 años de duro gobierno comunista han dejado su huella", dijo Ryan a la prensa extranjera acreditada en la isla.

Ryan se colocó al lado de los que sostienen que un cambio radical en la política de Estados Unidos hacia Cuba tendría consecuencias nefastas para Castro quien, dijo, suele escudarse en el embargo económico para justificar los problemas de la isla.

"Si las sanciones son levantadas, tendrá que buscarse otras excusas", declaró a la prensa tras una reunión de dos horas con ocho líderes de la oposición ilegal, entre ellos Elizardo Sánchez, Gustavo Arcos y Osvaldo Payá.

De todo modos, el gobernador de Illinois fue recibido por el presidente cubano durante varias horas la noche del martes, en una muestra más de su interés por sumar voces contra el bloqueo.

Además, Castro facilitó la salida hacia Estados Unidos de Raudel Alfonso Gracía, un niño enfermo de siete años que viajará, junto a su madre, en el mismo avión de la delegación de Illinois, lo cual fue interpretado como un gesto significativo.

Ryan estuvo en Cuba entre el sábado y este miércoles junto con 48 funcionarios, políticos, religiosos y empresarios estadounidenses, entre ellos representantes de la empresa agrícola Archer Danields Midland y de la sociedad farmaceútica Shering- Plough.

Viajaron también a la isla 47 periodistas de 31 medios de prensa, que debieron obtener el permiso de viaje correspondiente del Departamento del Tesoro, según lo establecen las leyes del bloqueo.

Observadores locales vieron la visita de Ryan como parte de la política trazada en 1992 por la Ley Torricelli, y retomada por el presidente Bill Clinton, a favor de los contactos de diversos niveles para conseguir una transición democrática en la isla.

Al mismo tiempo, el viaje demuestra la fuerza de los grupos agrícolas de Estados Unidos, que en los últimos meses gana terreno en el Congreso legislativo de su país frente a la presión anticastrista en la polémica sobre el embargo a los alimentos y medicinas.

Académicos de ambos países se dedican hace años a estudiar el eventual impacto del levantamiento del bloqueo en la agricultura del sur del estado de Florida, cuya costa está a apenas 170 kilómetros de la cubana, y, en general, para las exportaciones estadounidenses de alimentos.

Fuentes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos aseguran que las restricciones impuestas a la venta de productos agrícolas hacia países sancionados representan una pérdida neta de 1.200 millones de dólares cada año.

Víctimas de la caída de los precios de los productos agrícolas y del impacto de fenómenos climáticos, los agricultores estadounidenses apuestan a recuperar una plaza que hasta 1959 fue considerada mercado natural para muchos de sus productos.

Con más de 11 millones de habitantes, una población algo superior a la de Cuba, Illinois es uno de los estados agrícolas más importantes de Estados Unidos.

Cuba gasta cada año unos 900 millones de dólares en la importación de alimentos, de ellos más de 120 millones de dólares en cereales, cifra que podría disminuir si pudiera realizar sus compras a Estados Unidos.

"Nosotros podemos ayudar a los cubanos y los cubanos nos pueden ayudar a nosotros", dijo Ryan el jueves, tras visitar una cooperativa de producción y una empresa estatal agropecuarias, situadas en las afueras de La Habana.

Ryan se manifestó interesado por encontrar una vía para la exportación a su país de una vacuna contra la leptospirosis de producción cubana.

En una conversación con el ministro cubano de Cultura, Abel Prieto, el gobernador sentó las bases para un intercambio que incluiría una jornada de cine cubano en Illinois y la presentación en la isla la Orquesta Sinfónica de Chicago.

Estudiosos en la isla descartan la posibilidad de un levantamiento total del bloqueo a corto o mediano plazo. En su lugar, estiman que las sanciones podrían ir cayendo parcialmente, en dependencia de los intereses de determinados grupos de presión estadounidenses.

Cuba interpretó la visita de Ryan como una muestra del creciente interés de importantes sectores económicos por normalizar las relaciones bilaterales y acabar el bloqueo, que impide los vínculos comerciales entre empresas de ambos países.

El encuentro con los líderes disidentes y las declaraciones de Ryan sobre Castro no encontraron eco en los medios cubanos de comunicación en manos del Estado, que insistieron en el carácter "solidario" de la "visita humanitaria" del gobernador.

Elizardo Sánchez, presidente de la opositora Comisión Nacional de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, dijo a IPS que la visita del gobernador de Illinois "señala el camino más conveniente para ambos pueblos".

Para el disidente ese camino es el de "la normalización de las relaciones en todos los órdenes y la construcción de vínculos de buena vecindad". "A la larga, las relaciones se van a normalizar de todas manera", afirmó.

Al mismo tiempo, se mostró esceptico sobre la respuesta de Cuba.

"No sería la primera vez que asistimos a iniciativas en la búsqueda de una reinserción de Cuba en el contexto internacional, pero el gobierno no ha respondido como esperaban sus interlocutores", dijo Sánchez.

A su juicio, en casos como éste se manifiesta "el proverbial inmovilismo del gobierno cubano ante la necesidad de transformaciones modernizadoras".

"Una vez más, se corre el riesgo de que el balón quede en el campo de Cuba sin ser devuelto", advirtió Sánchez. (FIN/IPS/da/mj/ip/99

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