Varios miles de profesionales de alta calificación han salido de Cuba desde el inicio de la crisis económica, a principios de esta década, en una fuga de cerebros que preocupa a las autoridades.
Una resolución interna del Ministerio de Salud Pública emitida a mediados de este año restringe las salidas al extranjero de su personal, tanto de forma temporal como definitiva.
Fuentes cercanas al gobierno aseguraron a IPS que el aumento de control sobre los viajes al exterior podría extenderse a otros sectores de punta de la ciencia cubana, como la industria farmaceútica y la biotecnología.
"Estoy casada con un español hace dos años, pero ejerzo la medicina en Cuba. Hasta hace poco iba de vacaciones a España sin problemas. En agosto, cuando fui a solicitar el permiso, me dijeron que no", dijo a IPS una médica que solicitó anonimato.
La profesional, que está al frente de un consultorio de atención comunitaria en la capital de Cuba, se enteró de la existencia de la resolución número 54, que regula las salidas del país del personal del Ministerio de Salud Pública, cuando fue a hacer las gestiones para viajar a España.
En su caso, tendrá que esperar de tres a cinco años para obtener permiso de salida de Cuba.
Una situación similar vivió un psiquiatra que debía viajar a España por segunda vez este año para concluir sus estudios de Maestría. "Me dijeron que en estos momentos no podía ir, pues no era del interés del Ministerio", afirmó.
Médicos consultados por IPS afirmaron que la resolución fue leída en los centros asistenciales donde trabajan y quedaría como un reglamento de carácter interno, por lo que no ha sido publicada por La Gaceta Oficial.
La resolución establece que quienes soliciten la salida definitiva del país deberán esperar al menos cinco años, tras ser reubicados en zonas rurales y recibir evaluaciones satisfactorias durante ese período.
Para aquellos médicos graduados que aún no han alcanzado una especialidad, y para los que se jubilan del sector, la espera será de tres años.
Los profesionales de la salud no podrán viajar temporalmente al extranjero por motivos de becas o actividades que no sean del interés del organismo, y las visitas a familiares en el exterior se autorizan sólo por razones humanitarias.
Unos 7.000 médicos pueden haber salido de Cuba durante esta década, en la mayoría de los casos con permiso temporal para hacer un curso, asistir a un congreso científico o desempeñar la docencia, según fuentes del sector.
La nómina incluye a especialistas que sólo existen en la isla, como es el caso de los profesionales que realizan el tratamiento operatorio de la retinosis pigmentaria y también los de una clínica de restauración neurológica instalada en Argentina por médicos cubanos.
La fuga de talentos abarca una amplia gama de sectores de la ciencia y la economía, y puede ser semejante al éxodo de artistas e intelectuales en los últimos años, sólo que sus protagonistas mantienen discreción antes y después de su salida de Cuba.
Esta especie de marcha silenciosa tiene como principales destinos Estados Unidos, México, Argentina, Chile, Brasil, Costa Rica, Venezuela, Colombia, República Dominicana, Canadá, España y otros países europeos, incluidos los del ex bloque socialista.
En Cuba no hay cifras oficiales disponibles sobre las categorías profesionales de los emigrantes, pero estudios especializados indican que en 1996 más de la mitad de las personas que salieron del país fueron profesionales y técnicos.
Una investigación del Centro de Estudios de Alternativas Políticas (CEAP) de la Universidad de La Habana asegura que la mayoría de los emigrantes entre 1991 y 1993 eran de edad mediana y 59,8 por ciento del sexo masculino.
En ese período, más del 75 por ciento de los trabajadores que optaron por un permiso de salida temporal para trabajar en el exterior eran profesionales y técnicos. La cuarta parte de los que emigraron en los primeros tres años de esta década salieron con permiso temporal y decidieron no regresar a la isla.
De acuerdo con el CEAP, en 1997 la emigración cubana ascendía a 1,2 millones de personas en Estados Unidos, 55.000 en Venezuela, 34.992 en España, 35.000 en México, y 37.749 en el resto del mundo.
El Anuario Demográfico de la Oficina Nacional de Estadísticas revela que la población cubana se redujo en 26.799 personas el año pasado, como resultado del saldo migratorio.
Analistas locales aseguran que la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba concede prioridad entre los ganadores de la llamada "lotería de las visas" a las personas blancas, profesionales, entre 18 y 35 años.
México, uno de los principales receptores de emigrantes cubanos en esta década, tiene una política migratoria explícita que estimula el asentamiento en ese país de profesionales y científicos cubanos.
La inversión extranjera en Cuba también ha estimulado los viajes al exterior. Los socios extranjeros de muchas empresas ofrece al personal becas y cursos en la casa matriz, lo que favorece su posterior radicación en esos países.
Si no se toman medidas a tiempo, esta migración podría afectar el capital humano, uno de los principales recursos con que cuenta la isla para salir de la crisis económica de los últimos nueve años, señalaron expertos.
Pero, al mismo tiempo, economistas consultados por IPS afirmaron que las medidas reestrictivas no atacan la causa de este fenómeno, que se encuentra en los bajos salarios, y las malas condiciones de vida y de trabajo en Cuba. (FIN/IPS/da/ag/dv/99