COMUNICACIONES: Auge de telefonía móvil no cerró brecha Norte-Sur

El panorama de las telecomunicaciones en el mundo muestra la permanencia del viejo abismo entre el Sur y el Norte, aunque el uso de telefonía móvil aumenta en los países en desarrollo, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).

Yoshio Utsumi, secretario general de la UIT, afirmó que la brecha tiende a estrecharse en el área de las comunicaciones comerciales, como los servicios telefónicos, pero crece en lo vinculado con el uso de Internet, la red mundial de computadoras, y otros medios de desarrollo reciente.

La prioridad actual de las políticas de la UIT, un organismo multilateral que regula el sector de las telecomunicaciones, es favorecer la expansión de la telefonía móvil en los países en desarrollo, y la entidad planea jerarquizar luego la promoción del acceso del mundo en desarrollo a Internet.

Las diferencias entre pobres y ricos en el campo de las telecomunicaciones son reflejo de las que existen en el resto de la economía mundial, alegó Utsumi durante la inauguración de la exposición Telecom 99.

En el futuro, y como resultado de la convergencia tecnológica, la arquitectura básica de las redes de telecomunicaciones se orientará más hacia las comunicaciones con conmutación de paquetes, como Internet, que hacia las de conmutación de circuitos, como la telefonía.

A causa de ese proceso desaparecerán las tradicionales infraestructuras independientes de comunicación y de información, las cuales serán reemplazadas por una competencia cada vez mayor entre diferentes servicios multimedios.

Utsumi indicó que ese cambio tecnológico permitirá acelerar la expansión de las telecomunicaciones, y añadió que esperaba que "todos los habitantes del mundo, y no sólo una minoría como ahora, dispongan de servicios avanzados, accesibles y asequibles".

La mitad de los habitantes del planeta jamás efectuaron ni recibieron una llamada telefónica, recordó Kofi Annan, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, durante la apertura de Telecom, que se llevó a cabo el fin de semana pasado en Ginebra.

Una cuarta parte de los países del mundo todavía no han alcanzado los niveles más modestos de acceso a las telecomunicaciones: la llamada "teledensidad" de valor uno, o sea un teléfono cada 100 habitantes.

Annan admitió que hay indicios de que el abismo en el terreno de la infraestructura telefónica se encuentra en vías de ser colmado. Pero las perspectivas son más preocupantes en la brecha de la información, porque cada día son más los datos que surcan la red mundial de las comunicaciones.

Durante la exposición, que se realiza cada cuatro años, la UIT resaltó los resultados alcanzados en las comunicaciones celulares básicas, señalando que su crecimiento "ha sido espectacular".

El último Informe del Desarrollo de las Telecomunicaciones Mundiales, distribuido durante Telecom 99, expresó gran optimismo ante la evidencia de que las redes de telefonía celular móvil se están instalando a un ritmo que permite a los países en desarrollo "dejar atrás décadas de lenta construcción de líneas fijas".

En 1990 había en el mundo apenas 11 millones de abonados al sistema celular móvil. En la actualidad los abonados superan los 300 millones y siguen creciendo a una cadencia de 250.000 por día.

La UIT destacó, entre otras cualidades de ese sistema, que constituye un enlace entre personas, y no entre lugares como las líneas fijas. Los abonados pueden usar sus aparatos portátiles a través de ciudades pero también a través del mundo.

Una innovación determinante para la expansión de los móviles ha sido la introducción de las tarjetas prepagas, las cuales convirtieron los servicios telefónicos en bienes de consumo que pueden obtenerse en los supermercados.

Con las tarjetas prepagas se incorporaron al mercado de los móviles consumidores jóvenes y personas de recursos limitados, quienes deben controlar su gasto en comunicaciones.

El informe de la UIT reconoció, sin embargo, que el precio de esos teléfonos aún es prohibitivo para la mayoría de los ciudadanos de los países en desarrollo. Las tarifas de las comunicaciones con los móviles son, en promedio, hasta cuatro veces las de la telefonía mediante líneas fijas.

Los usuarios de móviles pagan en promedio unos 40 centavos de dólar por minuto de comunicación, mientras los de telefonía con líneas fijas abonan menos de 10 centavos.

Por ese motivo, entre otros, la explotación de servicios de telefonía móvil se ha vuelto uno de los negocios más brillantes de los últimos tiempos. Las diez principales compañías operadoras de ese tipo de servicios en el mundo obtuvieron en 1998 ganancias por 10.000 millones de dólares, libres de impuestos.

La rentabilidad del sector de los móviles se ubicó en 17 por ciento de la inversión arriesgada, aunque el sector más tradicional de la industria de las telecomunicaciones no quedó muy rezagado, con beneficios de 10 por ciento.

Sin embargo, algunos nubarrones amenazan a la próspera industria del móvil, en especial por motivos ambientales y sanitarios.

Ambientalistas y urbanistas critican con severidad el empleo de antenas móviles y han promovido campañas para que sean erradicadas, alegando que afean el paisaje.

Por otra parte, los telefónos móviles y su infraestructura comparten el estigma de otras tecnologías eléctricas y electromagnéticas sospechosas de causar daños a la salud de las personas.

En el informe de la UIT se recordó que "nadie puede garantizar en absoluto que el electromagnetismo emanado de redes eléctricas, de televisión, de comunicaciones móviles y de otras fuentes no sea nocivo para la salud".

La organización observó, sin embargo, que tampoco hay pruebas contundentes de lo contrario. (FIN/IPS/pc/mp/dv sc/99

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