/Ciudades de América Latina/ MEXICO: Capital, una jungla en el cemento

Detrás de las toneladas de cemento de la capital de México sobrevive una jungla. Millones de ratas, perros, gatos, pájaros, insectos, murciélagos y otras especies compiten por un espacio, contaminan y casi siempre derrotan los programas diseñados para acabarlos y regular su reproducción.

Herederos de la antigua fauna de lo que hoy es la ciudad de México e hijos del crecimiento urbano, los animales conviven con 20 millones de personas, más de tres millones de automóviles, alrededor de 1.000 kilómetros cuadrados de cemento y 17.000 kilómetros lineales de calles y avenidas.

La disponibilidad permanente de alimento, en especial obtenido en la basura, y los miles de lugares propicios para anidar, impiden que tenga éxito la lucha por regular la fauna capitalina, dijo Jesús Figueroa, miembro de la Unidad de Fauna Nociva de la Dirección General de Servicios Urbanos de la capital mexicana.

Cada día, ejércitos de trabajadores del gobierno de la ciudad y algunas unidades del cuerpo de bomberos, ponen trampas, fumigan, desarman madrigueras y panales de peligrosas abejas y sacrifican cientos de animales, en particular perros y gatos callejeros.

Pero los animales permanecen. Dos millones de perros, un millón de gatos y más de 50 millones de ratas forman parte de la fauna.

También conviven cerca de 320 especies de aves, tres de roedores, 15 de hormigas, 13 de cucarachas, 24 de murciélagos, 33 de lagartijas, dos de alacranes y más de 15 de arañas, señala un investigación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Figueroa explicó a IPS que el mayor problema en la actualidad es la excesiva cantidad de ratas y de perros callejeros, pues constituyen un peligroso foco de contaminación.

Para combatir a las ratas se usan químicos y trampas, pero eso nunca será efectivo si no se recoge y procesa la basura en forma expedita, pues allí está uno de sus principales hábitats, advirtió.

La capital y su zona conurbana genera cada día 19.621 toneladas de basura, lo cual ubica a la ciudad como una de las cinco del mundo que más desechos produce, indican investigaciones oficiales. Treinta por ciento de la basura tarda en ser recogida de calles y mercados de dos a siete días.

No hay ninguna zona de la ciudad que pueda ser declarada libre de ratas, por lo que la presencia de ese roedor es considerada por las autoridades un serio peligro para la salud pública.

El Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM informó en septiembre que detectó en varios lugares de la capital mexicana que en el aire flotan residuos de pelo y orina de ratas.

Las ratas contribuyen al contagio de enfermedades como leptospirosis, toxoplasmosis, triquinosis, peste, rabia, salmonelosis, sarna y micosis, entre otras. Además, infecciones de la piel relacionadas a parásitos como piojos, pulgas y garrapatas.

Los roedores tienen un promedio de entre tres y siete camadas por año y viven hasta 18 meses, tiempo en el cual una pareja de estos animales puede tener decenas de crías.

Otro animal que se considera reproductor de enfermedades es el perro callejero y también los que viven en casas, pues a ambos se les permite dejar sus desechos y pelaje en la vía pública, lo que posteriormente se integra a la atmósfera.

La Dirección de Servicios de Salud Pública indica que se sacrifican un promedio diarios de más de 200 perros callejeros.

Los animales mueren por la aplicación de una sobredosis de anestesia, considerado el método menos violento. Otros, la mayoría, son sacrificados con la introducción de un émbolo en el cerebro o la aplicación de un choque eléctrico.

Los gatos tampoco se salvan de la mano del hombre. Más de 80 de esos mamíferos son sacrificados diariamente para luego venderlos para supuestas investigaciones científicas, denuncia la Asociación de Protección de Animales.

Entre otros animales, también perseguidos por el hombre, aunque considerados beneficiosos, están los murciélagos, que viven en parques y en viejas construcciones.

De las 24 especies de murciélagos detectados en la capital, 10 son habitantes permanentes y el resto anida solo en ciertas épocas del año. La mayoría son insectívoros y polinívoros.

Los mamíferos voladores, atacados por el hombre bajo la creencia que son dañinos, polinizan flores y esparcen semillas, algo difícil en una ciudad como la capital mexicana, donde el cemento crece.

Controlar la fauna capitalina es un reto difícil para las autoridades. Los planes para regular su existencia nunca tendrán éxito sin la colaboración de los ciudadanos y la mejora de los servicios públicos, advierten las autoridades. (FIN/IPS/dc/dm/en/99

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