Un estudio establece riesgos y formas de prevenir y afrontar desastres naturales en esta ciudad de la costa del océano pacífico, la de mayor población de Ecuador, en el marco de un proyecto de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La investigación traza un estado de situación de la amenaza sísmica y los eventuales daños y peligros colaterales, la historia de los desastres naturales en Guayaquil y una simulación de pérdidas hipotéticas de edificaciones en caso de terremotos.
El trabajo fue realizado por el Proyecto Radius (Herramientas de Evaluación del Riesgo para el Diagnóstico de Zonas Urbanas contra Desastres Sísmicos, por su sigla en inglés), una instancia creada por la ONU.
Contiene manuales con mapas y aplicaciones geográficas, que servirán de herramientas a la alcaldía para conformar una unidad especializada en prevención de desastres.
Esta unidad tendrá la misión de ejecutar un plan maestro, capaz de reducir riesgos en caso de sismos y otras catástrofes.
El plan de prevención será ejecutado en tres etapas por el municipio de Guayaquil, en conjunto con 50 instituciones y organizaciones no gubernamentales locales que han participado en su elaboración.
La primera etapa será dedicada a la prevención, la segunda a las formas de sobrellevar la secuela del posible desastre hasta que la ciudad recobre el ritmo normal, y la tercera a la rehabilitación y reconstrucción.
Radius está siendo ejecutado por la Universidad Católica de Guayaquil, la alcaldía y la Secretaría del Decenio Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales.
Además de Guayaquil, también forman parte del proyecto las ciudades de Izmi, en Turquía, Antofagasta, en Chile, Tijuana, en México, Addis Abeba, en Etiopía, Bandung, en Indonesia, Skopie, en Macedonia, Tashkent, en Uzbekistán, y Zigong, en China.
Estas nueve ciudades fueron elegidas por ser las que tienen menos planes para enfrentar desastres de las 100 que se postularon.
El terremoto ocurrido en agosto en Izmi, Turquía, fue un alerta para las otras ocho ciudades que integran el Proyecto Radius, con el que la ONU busca disminuir las consecuencias de los sismos y otros desastres naturales en grandes poblaciones de países en desarrollo.
Para Jaime Argudo, representante de la ONU en el Proyecto Radius-Guayaquil, lo ocurrido en Turquía debe servir de aprendizaje.
"Faltó tiempo para prepararse. Los agarró de sorpresa, el número de víctimas sobrepasó las 10.000 personas y los daños materiales fueron muy cuantiosos", reflexionó.
Argudo dijo que, de ocurrir un sismo como el de Turquía, en las actuales condiciones de Guayaquil los resultados serían catastróficos, ya que podrían morir de 10.000 a 20.000 personas.
El Proyecto Radius también ha venido desarrollando talleres para difundir la necesidad de prevenir los desastres naturales y el plan de manejo de riesgos que deberá instrumentar la alcaldía.
También se están editando en folletos las normas o manuales prácticos sobre la manera de actuar de la sociedad en caso de desastres y las medidas a adoptar para mitigar los efectos de un sismo.
Los dos tipos de desastres naturales que ha soportado Guayaquil en este siglo fueron lluvias torrenciales, como las de 1997 por efecto del fenómeno climatológico de El Niño, y movimientos telúricos.
Las intensas y prolongadas lluvias inundaron varios barrios de la ciudad y dejaron al descubierto la precariedad del alcantarillado urbano, mientras que los temblores causaron víctimas y daños materiales, aunque no en la proporción de lo ocurrido con sismos registrados en otras zonas del país.
Guayaquil sufrió en este siglo 32 sismos, siendo los más destructivos los registrados en 1906, con una magnitud de 8,6 en la escala de Ritcher, en 1942, con 8 grados, en 1971, con 7,5, y en 1980, con 6.5 grados.
En 1942 murieron más de 50 personas, se derrumbaron tres edificios de hormigón armado y hubo daños en la mampostería de numerosas viviendas.
En 1980, murieron sepultadas nueve personas y fueron afectadas 34 escuelas y 49 viviendas, que tuvieron que ser demolidas posteriormente.
Según el informe de Radius, el centro y norte de Guayaquil son las zonas más riesgosas en caso de sismos.
Alex Villacrés, integrante del proyecto en representación del Instituto de Investigación y Desarrollo de la Universidad Católica de Guayaquil, explicó que en ambos sitios se agrupa la mayor cantidad de edificios de más de cuatro pisos, de los cuales "420 son de construcción mixta, muy vetustas y en mal estado".
En las evaluaciones se determinó que de las 372.597 edificaciones que se levantan en el perímetro urbano, 71 por ciento es de hormigón armado, uno por ciento es de acero y 28 por ciento de madera o caña.
Las viviendas de madera o caña son altamente sensibles si son de dos o más pisos, mientras que 75 por ciento de las construidas en hormigón no tiene características sismoresistentes y podrían experimentar importantes daños.
Los hospitales están en condiciones de soportar sismos de intensidad menor, pero solo 50 por ciento resistiría uno de intensidad 8 en la escala Ritcher.
El Proyecto Radius permitirá esbozar un escenario sobre el que se proyectarán los posibles efectos de un terremoto, tanto en las construcciones como en las líneas de servicios de agua potable, alcantarillado, energía eléctrica y teléfonos.
En el marco de este plan se realizará también un estudio adicional sobre las características del suelo, pues de ello depende que un terremoto afecte más a un sector que otro.
"En el momento del sismo, las tuberías de agua, alcantarillas, calles y pasos a desnivel de zonas cuyo suelo no sea estable serán más afectadas", dijo Villacrés.
Destacó que en el proyecto se va a estudiar que estructuras deben ser mejoradas con urgencia, por que "hay hospitales y escuelas que, en caso de detectárseles fallas, habrá que mejorar".
Con la información recolectada sobre Guayaquil y el tipo de suelo en que está asentada se hará una simulación para determinar de que manera se comportarían los habitantes de la ciudad ante un sismo como el ocurrido en 1942", agregó Villacrés. (FIN/IPS/kl/dm/pr en/99