El gobierno de China no logró reprimir a los seguidores del movimiento espiritual Falun Gong pese a proscribirlo, realizar una intensa campaña de propaganda en su contra y encarcelar a sus líderes.
El movimiento, con millones de seguidores, fue proscripto en julio de este año. Luego, las autoridades intentaron demonizar a su líder y fundador residente en Estados Unidos, Li Hongzhi, acusándolo de intentar hundir a este país en el caos social.
Desde el anuncio de la proscripción, el público recibió constantes mensajes sobre la supuesta maldad, superstición y engaño de su líder exiliado.
El gobierno comparó a Falun Gong con cultos infames como Aum Shinri Kyo, de Japón, y la Secta Davidiana de Texas, Estados Unidos, y también acusó a sus líderes encarcelados de robar secretos de Estado.
Ahora, las autoridades consideran nuevas leyes que prohíban todos los "cultos heréticos".
Pese a esta campaña sin tregua, los líderes comunistas de China no lograron reprimir a los adherentes de Falun Gong.
Seguidores del movimiento realizaron esta semana una sentada frente a la Gran Sala del Pueblo, en Beijing, donde el Congreso Nacional del Pueblo (parlamento) estaba reunido para discutir la nueva ley.
"El efecto venenoso de esa secta sobre la sociedad no tiene precedentes", declaró Hou Zongbin, presidente de la Comisión de Asuntos Internos y Judiciales del parlamento, citado por la agencia oficial de noticias Xinhua.
La protesta silenciosa duró hasta que los manifestantes fueron llevados por la policía. Decenas de miembros fueron detenidos, golpeados y torturados, afirmaron el jueves unos 30 seguidores de Falun Gong.
La determinación de cientos de personas a correr ese riesgo agrava el dilema del gobierno, que no sabe cómo hacer frente al resurgimiento de la religión popular en sustitución de la debilitada ideología del régimen comunista.
"El Partido no quiere admitir que el único 'delito' de Falun Gong fue la manifestación realizada el 25 de abril frente a Zhongnanhai", dijo un taxista de nombre Huang. "Eso los asustó mucho".
Ese día, 10.000 seguidores de la secta rodearon Zhongnanhai, la sede de los líderes del Partido Comunista, para exigir el reconocimiento oficial de su movimiento, en la mayor protesta pública realizada en Beijing desde el movimiento estudiantil por la democracia, en 1989.
La protesta enfureció al presidente Jiang Zemin, jefe del Partido, quien aparentemente no tenía conocimiento previo de la manifestación y ordenó entonces una investigación del movimiento, que resultó prohibido tres meses después.
Falun Gong combina creencias tomadas del budismo y el taoísmo con técnicas tradicionales de ejercicios físicos y respiración ("qigong") que supuestamente permiten absorber la energía cósmica y beneficiarse de ella.
El movimiento, desarrollado por Li Hongzhi, atrajo principalmente a jubilados, amas de casa y desempleados, que pueden verse de mañana temprano en los parques, practicando sus ejercicios. Falun Gong sostiene que tiene 10 millones de miembros sólo en China.
Las autoridades se alarmaron tanto por el número de adeptos, que excedería la cantidad de miembros del Partido Comunista, como por el hecho de que entre ellos hay muchos actuales y antiguos funcionarios del partido.
Aunque los líderes de Falun Gong declararon varias veces que no tienen motivaciones políticas y sólo poseen una organización vaga, el gobierno considera al movimiento como una amenaza a la estabilidad social de este país.
"Se trata de un culto contrario a la ciencia, a la sociedad y al gobierno", declaró esta semana Zhang Qiyue, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Si el parlamento aprueba la ley propuesta, todos los "cultos heréticos" como Falun Gong quedarán prohibidos.
Las autoridades están muy preocupadas por la explosión de religiones populares, especialmente en vísperas del cambio de milenio, señalaron analistas.
Los rumores y movimientos relacionados con el cambio de milenio han florecido en el interior, entre ellos muchos cultos que predicen el fin del mundo. En algunas iglesias cristianas clandestinas, los creyentes se reúnen para leer a Nostradamus y aguardar el apocalipsis.
La agencia Xinhua exhortó a todos los funcionarios judiciales, policías y fiscales a vigilar a "aquellos que organizan y usan cultos heréticos para instigar el desorden, engañar y asesinar personas, violar mujeres y estafar a la gente".
La primera víctima individual de esta campaña contra los cultos fue un líder religioso de Xiangtan, en la provincia de Hunan, que fue ejecutado este mes tras ser acusado de violar a 13 mujeres y predicar el fin del mundo.
Mientras aplica su propaganda contra Falun Gong y otras "religiones ilegales", el Partido Comunista lanzó su propia cruzada por una nueva espiritualidad.
Este año, las autoridades inauguraron el premio nacional al "héroe del ateísmo" para combatir el surgimiento de viejas y nuevas religiones.
Uno de los cinco ganadores fue Sima Nan, de 43 años, premiado por su incansable lucha contra Falun Gong.
Sima conduce un programa de televisión destinado a desmitificar los supuestos poderes sobrehumanos de los líderes espirituales, en el que él mismo realiza trucos y explica que "todo es ciencia y nada más".
Los trucos incluyen romper una cuchara con la respiración, quebrar un palillo de comer con un billete y masticar vidrio. (FIN/IPS/tra-en/ab/js/mlm/cr-hd/99