El fallo emitido hoy por el juez británico Ronald Bartle, a favor de la extradición del ex dictador chileno Augusto Pinochet a España, fue recibido en Chile por las víctimas de violaciones de los derechos humanos como un triunfo de la humanidad
Los seguidores del ex dictador (1973-1990) sostuvieron, en cambio, que el dictamen del magistrado estableció el peor escenario, constituyendo "un vejamen" para Pinochet y Chile, y exhortaron al gobierno de Eduardo Frei a presionar a España y Gran Bretaña para que se libere al ex dictador por motivos de salud.
Los chilenos madrugaron este viernes para seguir a través de los despachos directos de la televisión desde Londres la trascendental audiencia en que Bartle acogió los 35 cargos por tortura que el juez español Baltasar Garzón presentó en el pedido de extradición del actual senador vitalicio de 83 años.
Amnistía Internacional (AI), la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (AFDD) y otros organismos humanitarios destacaron que el trascendental fallo acogió el criterio de que los 1.198 casos de desapariciones forzadas en Chile son un delito permanente y una tortura mental contra los familiares de las víctimas.
Pinochet, detenido desde el 16 de octubre de 1998 en la capital británica, fue autorizado a no comparecer en la corte y se enteró del fallo a través de la televisión en su residencia del barrio londinense de Virginia Waters, acompañado por su esposa, Lucía Hiriart, y dos de sus cuatro hijos, Jacqueline y Marco Antonio.
La audiencia comenzó a las seis de la mañana de Chile (11:00 horas de Londres) y se prolongó 23 minutos, en los cuales Bartle dio lectura a su dictamen de 20 páginas, en el cual establece que la tortura es un delito de jurisdicción universal.
Según el dictamen que el Comité de Apelaciones de la Cámara de los Lores emitió el 24 de marzo, Pinochet era imputable, para los efectos de su extradición, sólo por delitos contemplados en la Convención Internacional contra la Tortura, vigente en Gran Bretaña, España y Chile desde diciembre de 1988.
El gobierno de Frei argumentó que, en virtud de ese instrumento internacional, Chile tiene "el mejor derecho" de juzgar al ex dictador. Pero España rechazó la propuesta de un arbitraje, por lo cual las autoridades chilenas someterán el caso a la Corte Internacional de Justicia.
Este paso, que se materializaría en noviembre, no interferirá en el juicio en la capital británica, en el cual se abre ahora un período de 15 días, como plazo para que la defensa de Pinochet apele ante el Tribunal Superior de Londres el fallo de Bartle.
Se espera que la apelación sea presentada al filo de ese plazo, a la espera de que el ministro del Interior de Gran Bretaña, Jack Straw, pueda establecer que Pinochet, de 83 años, no está en condiciones de soportar un largo proceso y lo libere por motivos de salud.
El abogado Fernando Barros, asesor del ex dictador, precisó desde Londres que estos motivos de salud son un resorte político, diferente a las razones humanitarias o de compasión, que normalmente se aplican una vez que culmina un proceso con una "sentencia ejecutoriada".
La prolongación del juicio pasó a ser un hecho el jueves, luego de que el canciller español Abel Matutes anunciara que su gobierno apelaría en caso de un fallo favorable al ex dictador. El anuncio de Matutes confirmó que la única vía para un regreso pronto de Pinochet a Chile pasa por las razones de salud o de clemencia.
Bartle, quien debe acogerse ahora a jubilación, cerró su carrera judicial con un fallo que sorprendió aún a los más optimistas detractores de Pinochet, sobre todo por tratarse de un juez reconocidamente conservador, como señaló en Londres el escritor chileno Ariel Dorfman.
Las hipótesis sobre un dictamen favorable a la extradición apuntaban sobre todo a la aceptación parcial de los 34 casos de tortura y uno de conspiración para torturar, que Garzón completó en su acta acusatoria sólo después del 24 de marzo, ya que hasta entonces había presentado un solo cargo de esa naturaleza posterior a diciembre de 1988.
Bartle no sólo consideró viables los 35 cargos informados por el juez español, sino que además avaló el principio del carácter permanente e imprescriptible el delito de desaparición forzada, en tanto no aparezca la víctima, asimilándolo a la tortura psicológica para los familiares.
El magistrado británico precisó que a él no le corresponde establecer si el ex dictador es culpable o inocente de los delitos que se le imputan, ya que eso debe ser determinado por la justicia española, si se concreta finalmente la extradición para que Pinochet sea procesado en España.
"Es un fallo más positivo de lo que habíamos pensado. Representa un hito histórico para los familiares de los desaparecidos y es lo más favorable para el pueblo de Chile", dijo en Londres a la estatal Televisión Nacional chilena la secretaria general de la AFDD, Mireya García.
La presidenta de la AFDD, Viviana Díaz, dedicó con emoción en Santiago este triunfo judicial a la memoria de Sola Sierra, su antecesora en el cargo, fallecida hace menos de cuatro meses, el 1 de julio. "Lamentamos no poder compartir esta alegría con ella", dijo.
"Hemos logrado algo muy esperado por nosotros y que parecía imposible para muchos por las presiones a favor de Pinochet del gobierno y la derecha. Este es un fallo histórico no sólo para nosotras, sino para la humanidad entera", señaló Díaz.
La AFDD realizó una vigilia en su sede desde la tarde del jueves a la espera del fallo y convocó a una marcha para el mediodía de este viernes en el centro de Santiago, de celebración del inicio formal del juicio de extradición a España del ex dictador.
En la Fundación Pinochet se concentraron también los partidarios del senador vitalicio, quienes recibieron el dictamen de Bartle con desaliento y lágrimas, así como gritos en contra los gobiernos español y británico e incluso contra la reina Isabel II de Gran Bretaña.
El general retirado Luis Cortés Villa, secretario ejecutivo de la Fundación Pinochet, dijo que el fallo de Bartle representa "el peor escenario para Chile y los chilenos" y un vejamen, ya que se está procesando "a un ex presidente de Chile, senador y ex comandante en jefe del Ejército".
Según Cortés, Pinochet tiene una gran entereza anímica y moral, pero "física y médicamente está pasando por su peor momento", por lo cual insistió en que el gobierno debe presionar a Gran Bretaña y España para conseguir su liberación por razones de salud. (FIN/IPS/ggr/ff/hd ip/99