El consumo de drogas y alcohol tiene un alto costo económico en Chile, con pérdidas anuales para las empresas del orden de los 86 millones de dólares, de acuerdo a un estudio difundido hoy.
El informe de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) muestra que la drogadicción tiene un impacto laboral mayor en los estratos de altos ingresos, mientras que en las capas medias y bajas predominan los casos de alcoholismo.
El estudio, basado en datos de 1998, indica que 30,4 por ciento de los accidentes laborales están vinculados al consumo de drogas o alcohol entre los hombres, en tanto que entre las mujeres el índice es de 20 por ciento.
En números absolutos, la accidentabilidad laboral tiene un perfil fundamentalmente masculino, ya que sobre un total de 248 casos recopilados por la ACHS, 230 corresponden a hombres y sólo 18 a mujeres.
En Chile se registra en los últimos años un incremento moderado, pero sostenido, del consumo entre la población de drogas lícitas (alcohol, tabaco y medicamentos) e ilícitas (marihuana, cocaína y alucinógenos).
En el caso de las drogas lícitas, las autoridades establecieron restricciones a la venta en farmacias de tranquilizantes y estimulantes, que ahora se expenden sólo con receta médica nominal que queda retenida en el establecimiento.
Del mismo modo, varios municipios fijaron horarios de atención al público a los comercios que expenden bebidas alcohólicas, obligando al cierre nocturno de estos locales, además de aumentar las multas por ventas de esos productos a menores de 18 años.
En lo que respecta a las sustancias ilícitas, se estima que 5,3 por ciento de la población chilena, de casi 15 millones de habitantes, las consumió en 1998, según la Comisión Nacional de Drogas y Estupefacientes (Conace).
El mayor consumo se registra en personas entre 19 y 25 años, con predominio de hombres, aunque se observa un incremento entre los adolescentes, por la acción de mafias que venden drogas en las cercanías de los colegios.
El médico Marcelo Trucco, de la ACHS, señaló que "el consumo de alcohol y drogas está en todas las empresas", pero permanece oculto, lo cual impide abordar el problemas con mayor decisión y estrategias permanentes.
El facultativo explicó que 70 por ciento de los adictos a drogas y al alcohol están incorporados al mundo laboral, lo cual repercute en una baja en la productividad de las empresas y otras pérdidas.
Con excepción de la pasta base de cocaína, cuyo consumo aumentó en Chile en los últimos años, los adictos a drogas ilícitas, como el clorhidrato de cocaína y los alucinógenos, son personas de altos ingresos, a menudo ejecutivos de empresas.
Trucco aclaró que en términos de impacto económico son mayores las consecuencias del consumo de alcohol, que es legalmente aceptado, que la ingesta de estimulantes, asociada a conductas delictivas de narcotráfico.
El Instituto Libertad y Desarrollo, vinculado a partidos de derecha, calculó que el costo para el país por las pérdidas en las empresas vinculadas al alcoholismo y la drogadicción es de 86 millones de dólares al año, según cifras de 1998.
Esta suma se descompone en 32,1 por ciento en costos de disuasión, 9,9 en prevención y también 9,9 por ciento en rehabilitación, en tanto las muertes por alcohol y drogas implican 29,9 por ciento de los costos.
El ausentismo laboral, el bajo rendimiento y los errores en el trabajo son las manifestaciones más cotidianas del efecto en la productividad y en las finanzas de las empresas de este fenómeno.
Trucco subrayó que independientemente de las medidas que adopten los empresarios y el Estado, la afición a las drogas y al alcohol debe controlarse desde la familia y continuar en los establecimientos educacionales. (FIN/IPS/ggr/mj/he ip/99
