Las dos mujeres que postulan a la presidencia de Chile en las elecciones de diciembre acusaron hoy a los canales de televisión por excluirlas del debate que sostendrán el próximo martes los dos principales candidatos, Ricardo Lagos y Joaquín Lavín.
La candidata ecologista Sara Larraín protestó personalmente ante la sede de la Asociación Nacional de Televisión (Anatel), en el centro de Santiago, acusándola de "bipolarizar" la campaña y desconocer garantías constitucionales sobre el pluralismo político.
La abandera del Partido Comunista, Gladys Marín, estudiaba en tanto la posibilidad de una presentación ante los tribunales que sancione a la Anatel u obligue a los canales a abrir los debates a todos los candidatos presidenciales.
Las ocho principales estaciones de señal abierta de la televisión chilena transmitirán directamente este martes, en cadena, el debate entre Lagos, postulante del oficialismo, y Lavín, candidato de la oposición derechista.
En la competencia para los comicios presidenciales hay seis candidatos, Lagos, Lavín, Marìn, Larraín, Tomás Hirsch del Partido Humanista, y Arturo Frei Bolívar, un disidente democristiano apoyado por la llamada Unión de Centro-Centro (derecha populista).
La elección está polarizada entre Lagos y Lavín, que acaparan los espacios en los medios informativos y llevan a cabo costosas campañas, mientras los otros cuatro candidatos están relegados en el interés de la prensa.
Marín y Larraín denunciaron que esta polarización es promovida por la prensa y particularmente por los medios televisivos, que no actúan con criterio pluralista, lo cual implica, a su juicio, desinformar al público.
El Consejo Nacional de Televisión, organismo estatal autónomo, emitió hace dos meses un cuerpo de directrices sobre el pluralismo en la campaña presidencial, recomendando que se dé una cobertura informativa equilibrada a todos los candidatos.
Lo cierto es que los canales y los principales medios de prensa escrita adoptaron fórmulas de equilibrio en sus volúmenes de tratamiento informativo a Lagos y Lavín, con una atención mínima y a menudo inexistente a los demás candidatos.
Las encuestas indican que la pugna electoral está restringida a la oficialista Concertación por la Democracia, una coalición de centroizquierda, y al pacto Unión por Chile, que reúne a los dos mayores partidos de derecha.
Es probable, según algunos sondeos de opinión, que ni Lagos ni Lavín alcancen mayoría absoluta el 12 de diciembre y que deban enfrentarse en una segunda vuelta, restringida sólo a ellos como candidatos, prevista para el 16 de enero.
Las candidaturas menores aspiran a tener una presencia testimonial en el escenario político chileno y se quejan de que los votantes están siendo forzados a pronunciarse sólo entre dos opciones que contribuyen a mantener polarizado al país.
Los comunistas, que hasta el golpe de Estado de 1973, convocaban a 12 por ciento del electorado, aspiraban a recuperar con Marín un respaldo en torno a ocho por ciento, pero en las encuestas su candidatura no supera tres por ciento.
El diversificado espectro progresista, que incluye a Lagos, Marín, Larraín y Hirsch, se ve limitado en su variedad electoral por la premisa del "voto útil", que se traduciría en apoyar al candidato oficialista para impedir un triunfo de Lavín.
En la derecha, las aspiraciones de Frei Bolívar de capitalizar los votos de los sectores más duros, identificados con el ex dictador Augusto Pinochet (1973-90), se han visto también frustrados por la concentración de las adhesiones en Lavín.
La candidata ecologista, que aparece en las encuestas con un apoyo inferior a uno por ciento, regaló a los directivos de Anatel un "televisor bipolar", como denominó a un receptor con gran parte de su pantalla bloqueada.
Anatel está promoviendo un "debate televisivo excluyente", con lo cual favorece un "fraude electoral", al vulnerar la igualdad de derechos prevista en la Constitución, dijo Larraín.
"Si los integrantes de Anatel, al organizar un debate presidencial con sólo dos de los seis candidatos, creen que la televisión chilena debe informar sólo dos visiones del país, queremos ahorrarles trabajo regalándoles un modelo de televisor bipolar", señaló.
Pilar Armanet, presidenta del Consejo Nacional de Televisión, recibió los reclamos de los comandos de Marín y Larraín, y les aclaró que su organismo carece de atribuciones para impedir el debate presidencial del próximo martes.
Una vez transmitido el debate, ambas candidaturas pueden hacer una presentación ante el consejo, que sólo entonces podría establecer si los ocho canales se hacen acreedores a algún tipo de sanción por violar las normas sobre pluralismo.
Armanet advirtió que el problema es complejo, porque están involucrados simultáneamente dos principios, el del pluralismo, que implica la equidad informativa, y el de la libertad de expresión, que impediría interferir en la programación de los canales. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/99