La firma del acuerdo entre los sectores de papel y celulosa de Argentina y Brasil pareció sellar una tregua entre los dos países, enfrentados por asuntos comerciales, pero sólo se trata de una pausa hasta fines de año.
La prueba de que la turbulencia continúa bajo la superficie se manifiesta en la cantidad de pequeños conflictos sectoriales que persisten y en la decisión brasileña de desactivar, y no anular todavía, la amenaza de restricciones a la importación de 400 productos de Argentina.
El acuerdo del calzado, formalizado el miércoles en Montevideo, fue el primer signo de voluntad de paz de los dos países. Los empresarios acordaron un cupo de exportaciones brasileñas a Argentina para lo que resta del año y para el primer semestre del 2000.
En materia de papel y celulosa, los industriales suscribieron el jueves en Buenos Aires un acuerdo que fija un cupo de 5.000 toneladas de venta de papel brasileño en el mercado argentino para el último trimestre de este año. Brasil había enviado hasta ahora más de lo pactado.
El conflicto en el Mercosur (Mercado Común del Sur) estalló cuando Brasil devaluó el real, su moneda, en enero, generando un problema de competitividad para las exportaciones de Argentina, sujetas a una paridad cambiaria fija. Desde entonces, el intercambio cayó 30 por ciento.
Los industriales papeleros -cuyo acuerdo alude sólo a un tipo de papel- y el sector del calzado resolvieron dos conflictos amenazantes, pero sobreviven y cobran dimension ahora otras rencillas entre productores de uno y otro lado que se disputan mercados.
El gobierno brasileño siguió adelante este jueves con la prometida inspección sanitaria de 13 empresas lácteas de Argentina que realizan ventas a Brasil, un control que causa malestar a los productores afectados.
En Brasil hay denuncias de competencia desleal por importaciones de leche, arroz y trigo que los exportadores argentinos cotizarían por debajo de los valores del mercado para asegurarse clientela.
Mientras, horticultores argentinos volcaron un camión cargado de tomates procedente de Brasil y exigieron la inspección bromatológica de la mercadería.
Un estudio conocido en Brasil de la consultora Adimar Schievelbein determinó que de las nueve acciones "antidumping" iniciadas en Brasil en 1997 se pasó a 47 en 1998, de las cuales 18 dieron lugar a la exigencia de derechos compensatorios.
Pero Brasil fue sólo el segundo entre los países en desarrollo que presentaron ese tipo de denuncias ante la Organización Mundial de Comercio. El más activo es Argentina, que entre los sospechosos señala una y otra vez a su vecino del Mercosur.
Los analistas señalan que la calma en las relaciones comerciales bilaterales no implica la superación de la tormenta, pasó sino que se trata de una tregua que podría prolongarse hasta el 10 de diciembre, cuando se instale en la Presidencia de Argentina el triunfador en las elecciones del 24 de octubre.
Para noviembre se anuncia la visita a Buenos Aires del presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, quien se entrevistará con el vencedor en los comicios a fin de comenzar a definir temas de interés común de cara a la próxima ronda del Milenio de negociaciones comerciales multilaterales.
Una vez atendidas las urgencias de la agenda, los dos gobiernos deberán reanudar negociaciones para avanzar en la integración del bloque, al que pertenecen también Uruguay y Paraguay, en momentos en que el Mercosur soporta la recesión económica más aguda desde su creación. (FIN/IPS/mv/ff/if/99