La conmemoración de los 507 años de la llegada de los españoles a América encontró a la población indígena, mayoritaria en América Central, postrada por la miseria y el abandono de los gobiernos y reclamando con largas caminatas un cambio en las condiciones de vida.
Un centenar de indígenas costarricenses del pueblo ngöbe, ubicado en la frontera de Costa Rica con Panamá, caminó 300 kilómetros para reclamar en San José al presidente Miguel Angel Rodríguez sus derechos a la tierra, autonomía y ayuda contra la pobreza.
En Guatemala, alrededor de 10.000 indígenas campesinos llegaron también el martes a la capital para presentar al gobierno un pliego de peticiones que incluye la demanda de tierras, acceso al desarrollo y justicia social.
Los indígenas costarricenses fueron recibidos el lunes por Rodríguez, a quien le pidieron respuesta inmediata a las peticiones planteadas hace un año, entre ellas autonomía y reconocimiento de sus territorios, medidas contra la usurpación de sus tierras y planes de desarrollo para sus comunidades.
Rodríguez, en el poder desde 1998, indicó que el avance en la solución de los problemas planteados por los indígenas no ha sido el esperado. Se estudia un deslinde de tierras y el mandatario encargó un programa de compra de predios "acorde con las posibilidades económicas del Estado".
El gobierno anunció un aporte de 170.000 dólares anuales durante tres años para el desarrollo de las comunidades y conformó a partir del martes una comisión de gobierno que estudiará las demandas, un año después de haber sido planteadas.
En general, los problemas de estos pueblos se solucionan lentamente en América Central. Los habitantes del pueblo ngöbe, más conocido en Costa Rica como guaymí, han habitado históricamente los territorios que hoy pertenecen a este país y a Panamá.
Por esa razón, para ellos la frontera entre ambos países no existe y se desplazan hacia uno u otro territorio en busca de trabajo o de mercado para sus escasos productos. En territorio costarricense existen 5.474 y en el panameño 52.000 personas.
Debido a esta migración, los guaymíes, los primeros habitantes de Costa Rica, fueron considerados extranjeros en su propia tierra hasta 1991, cuando se les dio derecho a ser considerados costarricenses por nacimiento.
En el caso de Panamá, en marzo de 1997, la Asamblea Legislativa aprobó una ley que reconoce su derecho a la tierra. Años antes ya había sido reconocida su nacionalidad.
Tanto los costarricences como los panameños "están entre los grupos que presentan los mayores niveles de pobreza absoluta en sus respectivos países", señala el informe Estado de la Región 1999, elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Esto es así "no solo en relación con los índices nacionales, sino también respecto de la región en la cual viven y trabajan", agrega el informe.
"Las tierras son nuestro principal problema, muchos de nuestros recursos son explotados, no nos pagan bien nuestros productos agrícolas y tenemos grandes problemas de acceso a las comunidades, lo que hace más difícil sacar la producción", dijo Rubén Centeno, uno de los líderes de la marcha a San José.
Costa Rica cuenta con ocho etnias indígenas con un total de 30.000 personas, que no alcanza a llegar a uno por ciento del total de población, calculada en 3,5 millones de habitantes.
En Guatemala, donde la población es mayoritariamente indígena, la marcha campesina presiona por la entrega de títulos de tierras, el cumplimiento de los acuerdos de paz y una justicia sin discriminación, entre otros objetivos.
La Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (CNOC) aseguró el lunes, en un comunicado, que la marcha es parte de la lucha de los indígenas para que se solucionen los conflictos de tierras que, en Guatemala, cobran vidas.
Los campesinos demandan que se cumplan los acuerdos de paz, suscritos en diciembre de 1996, que tienen que ver con el respeto a la identidad y derechos de los pueblos indígenas, su derecho a la tierra y medidas para su desarrollo económico.
Se calcula que 60 por ciento de la población guatemalteca es de origen maya, una de las culturas autóctonas más desarrolladas que encontraron los españoles cuando llegaron a tierras centroamericanas.
En Honduras, las poblaciones marginadas también protagonizaron este martes protestas pacíficas, que fueron reprimidas con dureza por la policía antimotines, en demanda de su derecho a la tierra.
Representantes de las etnias lenca, chortís, garífuna y pech, así como negros, se sumaron a las protestas de campesinos, pescadores y público en general con motivo del antigüamente llamado Día de la Raza.
Ochenta por ciento de los seis millones de habitantes de Honduras viven en condiciones de pobreza.
Dirigentes de los pueblos nativos dijeron que todas las etnias viven acosadas por la pobreza y el despojo de sus tierras, sin carreteras de acceso para sacar sus productos, servicios de salud ni educación.
Los indígenas reclaman al presidente Carlos Flores el cumplimiento de acuerdos según los cuales debería proveérseles tierras, servicios y créditos para cultivos.
Además, se pronunciaron contra una reforma a la Constitución que pretende autorizar la venta de tierras costeras a extranjeros, con el fin de atraer inversión extranjera en el sector de turismo.
Para el Consejo Mundial de Pueblos Indígenas, el derecho a la tierra y a los territorios autónomos es un derecho ancestral e inalienable, pero aún constituye su principal motivo de lucha. (FIN/IPS/mso/mj/hd pr/99