/BOLETIN-AMBIENTE/ EE UU: Ochenta millones de dólares para frenar la sobrepesca

Uno de los mayores donantes privados de programas de conservación ambiental anunció que gastará este año 80 millones de dólares para frenar el exceso de pesca en los océanos y para reducir las emisiones industriales en China.

La Fundación Packard, cuyos fondos proceden de acciones de la firma de computación Hewlett-Packard, es la segunda organización filantrópica de Estados Unidos, luego de la Fundación Bill y Melinda Gates, que lleva los nombres del fundador de la compañía informática Microsoft y de su esposa.

Este año, la Fundación Packard calcula que donará un total de 450 millones de dólares.

La Fundación también anunció el lunes que gastará 175 millones de dólares en el próximo quinquenio para proteger tierras cultivables y otras áreas sensibles en el estado de California, especialmente en el agrícola Central Valley, donde las granjas pierden terreno ante construcciones edilicias.

Julie Packard, vicepresidenta de la Fundación y bióloga marina, reconoció que muchos problemas de conservación, especialmente de los ambientes oceánicos, son mundiales.

Por eso, este año la Fundación concentrará sus gestiones en la amenaza del exceso de pesca y sus técnicas destructivas.

"Se reconoce que estamos pescando por encima de la capacidad sustentable de los océanos", dijo Packard, que dirige el Acuario de la Bahía de Monterrey, en California, financiado por su entidad filantrópica.

El incremento de la demanda de alimentos marinos y las prácticas pesqueras destructivas tuvieron efectos desastrosos para la salud de los océanos, dijo.

Una solución está en manos de los consumidores. "Elijan con sensatez y ayudarán a garantizar océanos saludables para el futuro", manifestó la Fundación.

Mediante la financiación de una campaña-guía del consumidor, Packard espera contener el poder adquisitivo de los consumidores estadounidenses para salvar las existencias ictícolas del mundo.

A través de guías impresas e información, disponibles incluso en la red informática Internet, la Fundación catalogará los tipos de peces y mariscos que están amenazados por la sobrepesca.

A través del Consejo de Administración Marina, Packard también financia un esfuerzo internacional para etiquetar productos del mar que han sido apresados en pesquerías sustentables y no devastadas.

"La opción consumista aquí en Estados Unidos puede tener un gran impacto. Somos el segundo importador mundial de comestibles marinos", recordó.

Mientras el Halibut de Alaska o la trucha arcoiris podrían ser una buena elección, los consumidores deberían evitar otras especies como la corvina chilena y el "orange roughy"(arripis georgianus), un pez comestible de las costas de Australia y Nueva Zelanda.

Este padeció la sobrepesca en los años 80, lo que causó alarma en los conservacionistas porque crece muy lentamente y requiere hasta 20 años para llegar a multiplicarse.

A través del Fondo Mundial de la Naturaleza, el Centro para la Conservación Marina y otras organizaciones, la Fundación Packard intenta evitar la destrucción de arrecifes coralinos y la práctica de usar cianuro y explosivos para pescar, según Mark Sutton, funcionario de pesquerías sustentables de la entidad.

Debido a que el comercio de peces para acuarios hogareños en América del Norte y Europa, así como en los mercados de Hong Kong, requieren especímenes vivos, los pescadores usan una solución de cianuro de sodio para atontar y capturar peces en los arrecifes de coral del Sudeste Asiático.

Eso y la práctica de emplear dinamita para matar cardúmenes enteros está devastando los arrecifes, declaró Sutton.

"Es imaginable el impacto que pueden tener en el frágil ecosistema de los arrecifes semejantes métodos de pesca. Lo que antes fueron prístinas barreras coralinas ahora son paisajes lunares", se lamentó.

Añadió que Packard trabaja con gobiernos y organizaciones no gubernamentales (ONG) en la región occidental del Pacífico para fortalecer su capacidad de proteger áreas marinas.

Por ejemplo, la Alianza Internacional de Vida Marina, con sede en Manila y financiada por Packard, trabaja en la región entrenando a ex pescadores dinamiteros para que usen métodos de captura más benignos, apuntó Sutton.

Como parte de los 80 millones de dólares en donaciones conservacionistas, expresó que, junto con la Fundación de Energía, lanzó en China, en marzo de este año, el programa de energía sostenible que promueve energía eficiente y renovable en el país más poblado de la Tierra.

Packard trabaja con empresas en Estados Unidos para crear productos que usen menos energía o de fuentes renovables como el sol y el viento.

La Fundación cree que también debe contribuir a reducir las emisiones en China, el segundo productor mundial de gases con efecto invernadero causados por la ignición de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas, declaró Hal Harvey, presidente del Programa.

"El programa apunta a prestar ayuda a agencias, expertos y empresarios chinos para que resuelvan por sí mismo los problemas energéticos", agregó Harvey.

Por pedido de ONG chinas, el Programa promoverá políticas de transferencia tecnológica vinculando a expertos locales con los métodos empleados en otros países.

El programa apunta a prestar ayuda a China para que implemente la Ley de Conservación de Energía aprobada en 1997, que implica el cambio hacia el abastecimiento de energía limpia reduciendo al mismo tiempo su consumo.

La reducción del consumo energético se puede lograr por medio de técnologías más eficaces, apuntó Harvey. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/ego/aq/en/99

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