Los problemas más graves del mundo son la pobreza y la inequidad, y América Latina es la región de "diferencia mayor entre ricos y pobres", advirtió en la capital de México el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn.
En América Latina, donde residen unos 490 millones de personas, 175 millones son pobres y 75 millones sobreviven en condiciones de extrema pobreza, destacó Wolfensohn.
El funcionario citó informes del Banco Mundial según los cuales 3.000 millones de personas, la mitad de la población mundial, subsisten con dos dólares diarios, y cerca de 1.000 millones lo hacen con un dólar al día, lo cual los ubica en la extrema pobreza.
Un requisito indispensable para avanzar hacia el desarrollo es disponer de gobiernos "transparentes, limpios y decentes", y sólo un sistema judicial honesto podrá enfrentar la corrupción, advirtió.
Si no se ataca la corrupción, habrá desviaciones y se hará "un agujero en el barco", explicó Wolfensohn, al tiempo que recomendó la implementación de sistemas de inspección y supervisión dentro de las instituciones financieras.
El presidente del Banco Mundial visitó la capital mexicana para asistir a las celebraciones del 65 aniversario de la estatal Nacional Financiera (Nafin).
Wolfensohn sostuvo que no es posible resolver una crisis financiera si no se da respuesta a las crisis sociales o si no se piensa en la pobreza.
El Banco Mundial canalizará en los próximos dos años a México 5.200 millones de dólares en préstamos para programas de asistencia a la población pobre y apuntalar la estabilidad en términos marcroeconómicos, anunció Wolfensohn el lunes.
Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), rama regional del Banco Mundial, incrementará hasta 40 por ciento los créditos para este país el año próximo, informó el presidente de esa entidad financiera, Enrique Iglesias.
Wolfensohn precisó que a partir de ahora y hasta el 2001, México recibirá 600 millones de dólares en respaldo a los programas de descentralización territorial y otros 500 millones para continuar la reforma del sistema bancario.
Unos 700 millones de dólares serán destinados a servicios de salud, infraestructura estatal y mantenimiento de carreteras, y 120 millones más a la mejora de la calidad del aire y otros programas ambientales.
La deuda externa de México asciende a 165.315 millones de dólares, de acuerdo con datos oficiales.
En los próximos 18 meses, este país podría recibir hasta 1.800 millones de dólares, de los cuales 800 fueron concedidos ya para financiar el programa de Fortalecimiento a Estados y Municipios, precisó el secretario (ministro) de Hacienda, Angel Gurría.
Con el nuevo préstamo, el total de recursos entregados por el BID a México en 1999 alcanzó 1.300 millones de dólares.
Iglesias sostuvo que "cada proyecto" financiado por el BID "es un pequeño laboratorio que apunta un poco a mejorar políticas económicas y así trabajar y aprender juntos".
El presidente del BID llamó a "repensar al Estado". Los bancos de desarrollo deben seguir existiendo, pero como puentes entre la instancia estatal y la sociedad, señaló Iglesias.
El sector privado debe recibir apoyo, incluidos los agentes más pequeños. Los subsidios deben perdurar, "siempre y cuando sean transparentes y temporales", según el presidente del BID.
El principal reto de los Estados es brindar "la solución de los asuntos sociales y la inserción a la economía global".
Apenas cinco por ciento de las cerca de 50 millones de pequeñas y medianas empresas de América Latina tienen acceso al crédito, aunque este sector es determinante para la creación de empleos.
El Banco Mundial calculó que 28,6 por ciento de los 97 millones de mexicanos son pobres. La economía de este país ocupa el puesto número 13 en el mundo y registra un ingreso por persona de 3.000 dólares anuales.
América Latina, con un ingreso por persona de casi 4.000 dólares al año, concentra 74 por ciento de sus habitantes em ciudades y zonas metropolitanas, lo que la convierte en la región más urbanizada del mundo.
El Banco Mundial señaló que el combate a la pobreza involucra los esfuerzos del gobierno, la sociedad civil, el sector privado y la misma población, lo que significa la efectiva descentralización de decisiones. (FIN/IPS/pf/mj/if/99