AMBIENTE-PERU: Gas licuado, una alternativa frente al plomo

El uso de gas licuado de petróleo en los vehículos de transporte se perfila como una alternativa limpia y económica frente a la contaminación que la gasolina con plomo ha generado en la capital de Perú.

Unos 5.000 vehículos estarían usando este combustible en Lima, aunque son muy pocos los centros de expendio de combustible que la venden. En el mundo lo utilizan 27 países, entre ellos Alemania, Brasil, Canadá, Corea, Estados Unidos y Japón.

La gasolina constituye el principal factor de contaminación por plomo en América Latina, según diversos estudios.

El plomo, al penetrar en el organismo humano causa diversos daños. Imposible de detectar en sus inicios, puede generar problemas neurológicos irreversibles, en especial si quienes lo reciben tienen deficiencia de nutrientes.

El precio es uno de los principales motivos para seguir usando gasolina con plomo. En Perú, por ejemplo, la diferencia entre las gasolinas con y sin plomo es de aproximadamente 50 centavos de dólar por galón (3,8 litros).

Esta diferencia, aparentemente poco significativa, es determinante para los empobrecidos conductores de transporte público, principales usuarios de este tipo de combustible.

"Lo que no saben es que todo lo que ahorraron consumiendo gasolina con plomo lo tendrán que invertir en tratamientos médicos", afirmó Enrique Jacoby, investigador del Instituto de Investigación Nutricional (IIN), entidad que realizó un estudio comparativo sobre la contaminación en la capital peruana.

El gas licuado de petróleo, en cambio, es mucho más barato. El galón, que tiene un equivalente de 103 octanos, cuesta alrededor de 1,2 dólares, frente a más de dos dólares de la gasolina de 84 octanos.

Los estudios realizados por el IIN demostraron que los huesos de las momias preincaicas contienen 500 veces menos plomo que las de un habitante actual de Lima.

Otro estudio, realizado entre 40 niños de uno a cinco años que viven en uno de los distritos de más tránsito de vehiculos, en la zona este de la capital, arrojó contaminación por encima de los límites máximos permitidos en 60 por ciento de ellos.

La situación es más grave si se toma en cuenta que del total de niños contaminados, el 30 por ciento presentaba anemia nutricional.

"Los niños con una dieta baja en nutrientes como calcio, fósforo, hierro y zinc, y vitaminas C y D, están más expuestos a la absorción de plomo en sus organismos", dijo el pediatra Ernesto Zapata, del Ministerio de Salud.

La relación entre niveles de absorción de plomo y alimentación es muy estrecha. "Por ejemplo, si la persona está en ayunas su organismo puede absorber hasta 45 por ciento de plomo, en cambio, si ha ingerido alimentos, su absorción será de sólo seis por ciento", afirmó.

Zapata señaló que estudios realizados en los países industrializados muestran una relación entre los niños con alta exposición al plomo y baja inteligencia.

"Algunos médicos cuestionan estos estudios, pero lo que sí es evidente es que los altos niveles de plomo en la sangre son inversamente proporcionales a la función y habilidad cognoscitiva", precisó.

Aunque aclaró que ningún nivel de exposición al plomo puede considerarse inócuo, subrayó que los niños, las gestantes y todas las personas expuestas por razones de trabajo a la emisión de gases de automotores son las más perjudicadas.

Entre éstas últimas incluye a policías de tránsito, choferes y personal que realiza labores en la vía pública, como los vendedores ambulantes.

En Estados Unidos y Europa la gasolina con plomo está prohibida.

En Estados Unidos, alrededor del nueve por ciento de la población tiene signos de contaminación con plomo. En la década del 80, antes de la prohibición, la mitad de la población estaba afectada.

Argentina, México y Perú, son los países de la región donde se están buscando alternativas para restringir este tipo de combustible.

En el extremo opuesto se ubica la República Dominicana, donde, de acuerdo a los estudios de la Fundación Amigos de los Niños Libres de Plomo, el 60 por ciento de la población presenta signos de contaminación.

Sin embargo, la gasolina no es el único contaminante. Las pinturas, los objetos de cerámica e incluso algunos juguetes también contienen plomo, que es fácilmente ingerido, sin que las personas se den cuenta.

Los artesanos de los países andinos suelen usar los desechos de las minas para el acabado de sus piezas de cerámica, como tazas y vasijas para alimentos.

La reconstrucción de automóviles es otra fuente de contaminación, especialmente para los niños que juegan alrededor.

Según informes del Hospital del Niño de Lima, la mayor cantidad de menores intoxicados por plomo que ingresan a ese nosocomio resultaron afectados al inhalar los vapores emanados de los tallares mecánicos. (FIN/IPS/zp/ag/en-he/99

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