Los operadores del mercado bursátil de Venezuela pidieron hoy al gobierno eliminar un impuesto a sus transacciones, pues de lo contrario, aseguran, será imposible conjurar la crisis que afecta al movimiento de capitales.
"Pedimos la eliminación del impuesto al débito bancario en el mercado de capitales", precisó el presidente de la Asociación de Casas de Bolsa venezolanas, Gonzalo Alonso, al advertir que su aplicación desde mayo ha tenido "un efecto pernicioso".
El representante de las operadoras bursátiles destacó en una reunión con corresponsales extranjeros acreditados en Caracas que la eliminación del gravamen podría considerarse, en vista del fuerte aumento en los precios petroleros que mitiga la crisis fiscal venezolana.
La Bolsa de Valores de Caracas informó que en 1999 el promedio de transacciones diarias es de 6,7 millones de dólares, la mitad que en 1998 y apenas la cuarta parte de lo registrado en 1997.
Alonso precisó que antes del impuesto al débito, aplicado desde mayo, movimientos de entre ocho y 10 millones de dólares diarios eran normales, pero ahora hay "suerte cuando pasa de un millón".
El impuesto al débito bancario de 0,5 por ciento se paga por las transacciones del sistema financiero, y fue aprobado por el presidente Hugo Chávez como medida de emergencia contra la crisis económica.
El gravamen también fue aplicada a operaciones bursátiles, lo cual, según representantes del mercado de capitales, encareció tanto las transacciones que colocó al sector al borde del abismo.
El índice bursátil de Caracas registró este lunes la mayor alza de los últimos tres meses, de 6,25 por ciento, pero se transaron menos de 1,5 millones de dólares, la mayor parte de esa cantidad en operaciones basadas en Nueva York.
La Bolsa de Valores informó que cerca de 90 por ciento de las transacciones se concentran en los American Depositary Receipts (ADR) emitidos por 16 empresas venezolanas en Nueva York, que no pagan el impuesto al débito.
"Es un impuesto de guerra, un impuesto confiscatorio", alertó Alonso, quien recordó que cuando se aplicó el país enfrentaba "una emergencia fiscal sin precedentes" en medio de "un escenario horroroso".
Pero la emergencia fiscal fue mitigada después de que el petróleo, sostén de la economía venezolana, pasó de unos siete dólares por barril a más de 20 dólares esta semana.
La recuperación del precio ya elevó el ingreso promedio por barril calculado por el gobierno para 1999 de nueve a 13,75 dólares.
Sin embargo, el gobierno aún no ha indicado si tiene previsto acortar la vigencia del impuesto al débito, cuya aplicación debería concluir a comienzos del próximo año.
"Este impuesto hay que quitarlo", insistió el presidente de la Asociación de Corredores de Bolsa, Luis Benshimol, quien destacó que la caída de las actividades bursátiles restringe las posibilidades de capitalización de las empresas.
"Hay una necesidad importantísima de capitalización en el sector industrial venezolano", planteó Benshimol. Pero los recursos que antes se buscaban en la Bolsa ya no están disponibles pues no hay inversionistas interesados.
En este escenario, "las empresas no pueden emitir papeles". Tanto Alonso como Benshimol argumentaron que el descenso en las operaciones priva al Estado de recaudaciones normales en esta actividad por un monto superior a lo que hubieran recogido del impuesto al débito.
Destacaron que la aparición de este gravamen en el mercado de capitales, aplicable tanto a la compra como a la venta, hace necesaria una ganancia de cinco por ciento para salir sin pérdida de una operación accionaria, lo que definieron como "una estructura costosa".
En la Bolsa de Nueva York, donde se cotizan los ADR, la rentabilidad necesaria para conjurar los costos es de un dieciseisavo por ciento, según los operadores venezolanos.
La crisis de la Bolsa de Valores de Caracas había sido planteada hace casi un mes por su presidente, Alejandro Salcedo, quien envió una carta a Chávez advirtiendo que este mercado pasó del cuarto al último lugar de América Latina en cuanto a su capitalización.
Salcedo planteó al mandatario venezolano que el impuesto al débito es causante de 70 por ciento de esa crisis. Pero esa carta aún no tiene respuesta, según comentó a la revista Primicia, de Caracas. (FIN/IPS/lc/mj/if/99