Los medios de comunicación de Turquía dejaron de tratar al líder kurdo Abdulá Ocalan, condenado a muerte y en espera de una apelación ante la Corte Suprema de Justicia el 4 de octubre, como el principal enemigo público del Estado y ahora lo muestran como un político más.
"No pasa un día sin que tengamos una declaración de Abdulá Ocalan. Casi se ha convertido en uno de nuestros políticos habituales. Esto es un poco demasiado", declaró el primer ministro Bulent Ecevit.
A principios de año, cuando Ocalan fue juzgado en una prisión de alta seguridad en la isla de Irmali, cerca de Estambul, una feroz campaña de los medios de comunicación lo trató de "traidor" y de "asesino de bebés".
Fiel a la promesa de convertirse en un leal ciudadano turco, ahora Ocalan difunde por los medios su opinión sobre los problemas del país, expresa su solidaridad con las víctimas del terremoto del 17 de agosto, comunica sus ideas acerca del proceso de democratización y del papel de Turquía en un mundo globalizado.
Los medios, al parecer con aprobación oficial, devolvieron a Ocalan su título de "líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK)" en lugar del de "asesino de bebés", y sus propuestas de paz parecen ser tomadas en serio por el ejército turco, luego de que su partido apoyara sus declaraciones con acciones.
Luego de que Ocalan llamara al cese de las operaciones armadas el 2 de agosto, los guerrilleros kurdos comenzaron a retirar sus fuerzas y el partido renunció a la lucha armada como medio para alcanzar la autonomía kurda.
Ocalan instó a sus fuerzas a retirarse de inmediato luego del terremoto de agosto, en anticipación del plazo fijado originalmente para el 1 de septiembre.
Durante su juicio, Ocalan reconoció la "futilidad de continuar con la lucha armada por la independencia (kurda)", y propuso en su lugar la "coexistencia pacífica de kurdos y turcos en una república democrática con derechos culturales para todos los grupos étnicos".
Juzgado en condiciones consideradas insatisfactorias por observadores internacionales, Ocalan se las arregló para acorralar a Ankara y obligar a la Unión Europea y a Estados Unidos a presionar respecto del asunto principal, la situación de los 12 millones de kurdos en Turquía.
"Terminamos con la lucha armada de una vez y para siempre", declaró Osman Ocalan, hermano de Abdulá y portavoz del PKK.
"Nos alentó la actitud de la comunidad internacional en la crisis de Kosovo. Estamos convencidos de que la comunidad internacional puede solucionar el problema de los kurdos a través de medios políticos", dijo.
"Esperemos a ver qué sucede", respondió el jefe del estado mayor turco, el general Huseyin Kivrikoglu, al referirse a la decisión de los líderes del PKK.
"De hecho algunos cientos de kurdos dejaron las fronteras turcas, pero estamos convencidos de que la mayoría no abandonará el país sino que se dirigirá a las ciudades para participar en la política", dijo Kivrikoglu.
De manera poco habitual, el jefe militar también dejó de lado la terminología de guerra psicológica y se refiere ahora a Ocalan como "el líder del PKK".
"El líder del PKK ya confirmó que no pueden obligar a Turquía a aceptar demandas como la 'independencia' (de Kurdistán) o la 'federación' (kurda)…También admitió que en este país existen los derechos", declaró el general.
"Los alcaldes de 37 provincias y distritos pertenecen a HADEP (un partido vinculado con el PKK). Mientras estén en esos cargos dentro del orden actual, nadie hará nada contra ellos", aseguró Kivrikoglu en una declaración de prensa.
El comandante se negó a discutir la posible ejecución de Ocalan, exigida hasta hace poco por la mayoría de los medios y las figuras de la clase dirigente de Turquía.
"El ejército debería permanecer en silencio. Somos una parte en el conflicto, y cuando nos piden nuestra opinión podríamos actuar emotivamente", dijo.
Dirigentes del PKK en el exilio interpretan este inusual intercambio entre Ocalan y Kivrikoglu a través de los medios como una "negociación indirecta".
"Esto es un gesto" del ejército turco, interpretó Cemil Bayik, jefe del Ejército Popular de Liberación de Kurdistán (ARGK), la facción armada del PKK.
"El jefe del estado mayor turco admite abiertamente que están en guerra (con nosotros) y que son una parte en la guerra", dijo en una declaración difundida por la estación satelital prokurda Medya TV, con sede en Londres.
Bayik recalcó, sin embargo, que es sólo el comienzo de un "lento proceso" hacia un acuerdo de paz.
"Esto es una forma de negociación" confirmó Umit Firat, un intelectual kurdo independiente de Estambul. "Aunque el estado turco no menciona ninguna negociación indirecta, parece que las acciones recíprocas del ejército y de la guerrilla concuerdan".
"Estoy seguro de que, aunque en un nivel bajo, hay funcionarios que negocian con el líder del PKK encarcelado. Dentro del Estado toma impulso un proceso visible hacia una solución y esto es muy poco probable sin la participación de Ocalan", dijo Firat a IPS.
"La presión internacional también influye. En todas las decisiones importantes de política internacional el gobierno turco siempre estuvo abierto a la influencia de Estados Unidos, y observamos un período de transición y consultas con Washington", indicó.
Umit Ozdag, especialista en asuntos kurdos de la Universidad Gazi de Ankara, concuerda en que la participación estadounidense aumentará a medida que se acerque la fecha de la visita del primer ministro Ecevit a Washington, el día 28.
"La diplomacia estadounidense tiene más experiencia y es más sabia que la europea", dijo Ozdag. "Pueden evitar discutir el asunto abiertamente a alto nivel, pero ya negociaron el tema a niveles más bajos", agregó, refiriéndose a la visita que hizo a Turquía en agosto el subsecretario de Estado para los derechos humanos, Harold Koh.
Las declaraciones de Koh acerca de la necesidad de que Ankara "reconozca las identidades étnicas y garantice las libertades culturales a los kurdos" irritaron al gobierno y a los políticos conservadores.
A juicio de Ozdag, las acciones de Ocalan están más relacionadas con las tácticas del líder kurdo para llevar el asunto a nivel internacional que con una rendición franca.
"Al dejar de lado la lucha armada y retirar sus demandas originales Ocalan apunta a enfrentar a Ankara con la comunidad internacional", recalcó.
Sin embargo, "el Estado turco carece de cuadros capaces de manejar esta nueva fase. Todavía no sabemos con quién sentará Turquía las bases para la paz", dijo Firat. (FIN/IPS/tra-en/nm/ak/at/aq/ip/99