El presidente de Indonesia, Bacharuddin Jusuf Habibie, declaró hoy que su gobierno confiará la composición de la fuerza internacional de paz en Timor Oriental a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Se prevé que Australia encabezará el contingente, que incluiría a miles de hombres, aunque diplomáticos de Indonesia y otros países asiáticos pretenden que la fuerza sea predominantemente de Asia oriental.
Varios países expresaron su voluntad de aportar soldados para la fuerza internacional, entre ellos Portugal, el antiguo dominador colonial de Timor Oriental.
"Confiaré la conformación de la fuerza a la ONU. No mencionaré qué países deberían integrarla", respondió Habibie a la pregunta de si Australia y Portugal participarían del contingente.
"Para ser claro, confío en que el secretario general y el Consejo de Seguridad de la ONU ayudarán a resolver con sensatez el problema de Timor Oriental", agregó Habibie.
La Cámara de Representantes de Indonesia respaldó este lunes la decisión de Habibie, con objeciones de algunos sectores.
"Tras escuchar la explicación del presidente, la Cámara expresó su comprensión de la decisión gubernamental", declaró el presidente de la Cámara, Harmoko, en una conferencia de prensa posterior a una reunión de los diputados con Habibie.
Previamente, diputados integrantes de la Comisión de Asuntos Exteriores, Defensa y Seguridad habían declarado que, aunque en principio concuerdan con la necesidad de una fuerza de paz extranjera, protestarían contra la participación de países con "intereses" en Timor Oriental.
Esos países, según los diputados de la Comisión, son Australia, Nueva Zelanda y Portugal. "La presencia de tropas de estos tres estados sólo producirá un caos, porque obviamente no son neutrales", declararon.
En un cambio radical de política, Habibie anunció el domingo por la noche que Indonesia está dispuesta a aceptar una fuerza de paz internacional "para restaurar la paz y la seguridad en Timor Oriental, proteger a su pueblo y hacer aplicar el resultado" del plebiscito de autodeterminación realizado el 30 de agosto.
La decisión se produjo casi dos semanas después de que 78,5 por ciento de los timorenses orientales optaron por la independencia de Indonesia, que se anexó el territorio en 1976. La anexión nunca fue reconocida por la ONU.
Marzuki Darusman, miembro de la Comisión Nacional sobre Derechos Humanos, concordó en que una fuerza internacional de pacificación constituye "la mejor decisión".
Sin embargo, señaló, es importante anticiparse a problemas como la posibilidad de enfrentamientos armados entre los cascos azules y las milicias proindonesias, contrarias a la independencia de Timor Oriental.
"Si se aprecia hostilidad hacia Indonesia por parte de tropas de ciertos países, habrá más probabilidad de choques armados y las milicias ofrecerán mayor resistencia", previno Marzuki.
Por esa razón, "creo que la ONU debería dar participación a más soldados con rasgos asiáticos", agregó.
El canciller filipino Domingo Siazon declaró en Auckland al final de la cumbre del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico que la fuerza internacional debería ser predominantemente "de Asia oriental".
En Yakarta, el presidente del Consejo Indonesio Ulema, Ali Yafie, exhortó al gobierno y al ejército a excluir de la fuerza de paz a países "con intereses creados y doble moral".
Yafie también exhortó a la ONU a investigar acusaciones de irregularidad e imparcialidad por parte de su Misión de Asistencia en Timor Oriental (Unamet) durante la votación.
Algunas figuras de oposición censuraron a Habibie, cuya posición política se vio afectada por la crisis de Timor Oriental en medio de la campaña para las elecciones presidenciales de noviembre.
Dimyati Hartono, presidente del directorio del Partido-Lucha Indonesio por la Democracia, criticó a Habibie por haber decidido ofrecer por su cuenta la independencia de Timor Oriental.
"Timor Oriental todavía es territorio de Indonesia. Habibie debió haber solicitado la aprobación del parlamento antes de tomar esa decisión, pero el presidente prefiere complacer a extranjeros antes que respetar a su propio pueblo", declaró Hartono.
Mientras, continúan llegando informes a Yakarta sobre ataques a civiles de Timor Oriental por parte de paramilitares y sobre el sufrimiento de los refugiados debido a la escasez de suministros básicos.
Se estima que el número de personas asesinadas en Timor Oriental desde el anuncio del resultado del plebiscito, el 4 de septiembre, podría llegar hasta 7.000. (FIN/IPS/tra-en/ky-idc/js/mlm/ip-hd/99