TIMOR ORIENTAL: Clinton pide el ingreso de fuerza internacional

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, pidió hoy a Indonesia que permita el ingreso en Timor Oriental de una fuerza internacional de mantenimiento de la paz, y culpó a los militares indonesios de la situación "inaceptable" que impera en el territorio.

Clinton declaró que "ahora queda claro que los militares indonesios ayudaron y fomentaron la violencia de las milicias" proindonesias que padece Timor Oriental desde que sus habitantes votaron por abrumadora mayoría por la independencia en un referéndum el 30 de agosto.

La Casa Blanca divulgó las declaraciones de Clinton mientras este hacía una escala en Hawai en camino a Nueva Zelanda para asistir a una cumbre con gobernantes asiáticos.

"Es sencillamente inaceptable. El gobierno y los militares indonesios deben revertir su rumbo, hacer todo lo posible para poner fin a la violencia y permitir que una fuerza internacional… restaure la seguridad" en Timor Oriental, agregó Clinton.

Este viernes se denunciaron ataques contra el centro de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Dili, la capital timorense, por las milicias proindonesias contrarias a la independencia del territorio que Yakarta ocupa desde 1975.

Las declaraciones de Clinton reflejaron el cambio de política de Washington hacia la crisis en Timor Oriental, que en las últimas 36 horas se había caracterizado por una actitud de "esperar para ver" si el comandante militar indonesio general Wiranto cumpliría su promesa de aplacar a las milicias.

Washington ya había suspendido sus relaciones militares con Yakarta, y funcionarios del Pentágono (Ministerio de Defensa) confirmaron este viernes que también podría congelar la venta de armas a ese país.

Clinton y otros altos funcionarios también dijeron el jueves que Yakarta no recibirá miles de millones de dólares en préstamos de organismos financieros multilaterales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), hasta que Yakarta coopere plenamente con la ONU.

Las últimas declaraciones de Clinton dejan en claro que Washington cree que Wiranto no puede o no quiere imponer el orden en Timor Oriental, ni cooperar con la ONU para permitir la independencia de la ex colonia portuguesa.

Washington cree que los militares indonesios actúan por su cuenta y que el presidente Bacharuddin Jusuf Habibie ya no tiene poder sobre ellos.

El asesor de seguridad nacional Sandy Berger dijo, en el avión que traslada a Clinton a Nueva Zelanda, que el presidente no se comunicó con Habibie antes de hacer sus declaraciones. "Nos concentramos en quienes creemos están tomando las decisiones: los militares indonesios", explicó.

No se sabe qué puede ocurrir ahora.

Yakarta se negó tajantemente a permitir que fuerzas extranjeras ingresen a Timor Oriental, aunque Wiranto habría dicho este viernes que el gobierno no se opone a la idea del contingente de paz, pero cree que aún no es el momento.

Australia, cuyas tropas están listas para encabezar el contingente internacional, así como Estados Unidos, indicaron que no ingresarán a Timor Oriental sin el consentimiento indonesio. Razones políticas, militares y diplomáticas explican esta actitud.

Los países asiáticos no integrarían la fuerza internacional, como pretende Washington, si Yakarta se opone, explicaron fuentes del gobierno.

Además, Indonesia tiene a más de 20.000 soldados en el territorio que se resistirían al ingreso de la fuerza internacional, dijo un funcionario.

Finalmente, el ingreso unilateral de la fuerza de paz tendría graves consecuencias políticas en Indonesia, que atraviesa una delicada transición a un gobierno democrático, según funcionarios estadounidenses y defensores de los derechos humanos que critican al gobierno de Clinton por su pasividad en la crisis.

"El clima político es muy tenso y cada vez más contrario a la ONU y a Occidente", según Sidney Jones, una experta en Indonesia y directora para Asia de la organización de derechos humanos Human Rights Watch.

La cobertura de los medios de comunicación indonesios y las declaraciones de políticos de ese país muestran a los acontecimientos en Timor Oriental como parte de un intento de Australia y Estados Unidos para proteger sus intereses estratégicos, dijo.

"En este ambiente, aceptar una fuerza internacional dirigida por esas potencias sería un suicidio político para Habibie o Wiranto, y ambos lo saben", agregó.

"Eso significa que incluso advertencias explícitas sobre las consecuencias económicas de permitir que continúe la violencia (en Timor Oriental) no tendrán efecto", sostuvo.

En ese sentido, Paul Wolfowitz, embajador ante Indonesia durante el gobierno de George Bush, advirtió que no se deben tomar iniciativas que fomenten el nacionalismo de Yakarta.

"Multiplicaría la tragedia de Timor Oriental por 1.000 si aislamos a Indonesia de tal forma que las fuerzas democráticas de ese país son arrojadas a los brazos de los matones que orquestaron la tragedia actual… y anularía la prometedora, pero frágil, transición democrática", advirtió.

Analistas políticos en Washington discrepan sobre lo que deben hacer Estados Unidos y otros países si Yakarta no acepta la fuerza de paz.

Washington considera prohibir la venta de armas e imponer sanciones comerciales contra Indonesia, además de coordinar con el FMI y el Banco Mundial para bloquear préstamos que se consideran vitales para la recuperación económica de Yakarta tras la crisis financiera desatada en Asia en julio de 1997. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/aq/ip/99

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