La ayuda humanitaria no llega a las 600.000 personas que huyeron de sus hogares en Timor Oriental, afirman organizaciones no gubernamentales europeas mientras se espera que la fuerza internacional de paz asuma el control completo del territorio.
"La situación se deteriora sin cesar y las bajas aumentan, pero sólo se dio acceso a dos organizaciones de ayuda, mientras la necesidad de una intervención humanitaria masiva es cada vez más urgente", dijo Gianni Ruffini, de la red de Organizaciones Voluntarias para la Cooperación en Emergencias (VOICE).
Los refugiados se encuentran en "condiciones críticas". Las agencias de ayuda, ansiosas por ingresar al territorio para suministrar alimentos, agua y servicios sanitarios, cuidados médicos y refugio, culpan al ejército indonesio por las restricciones.
"Si aumentan las condiciones de seguridad, las organizaciones no gubernamentales humanitarias están listas para entrar a Timor Oriental para llevar de inmediato ayuda de emergencia", dijo Rufini en una carta al nuevo comisario europeo para asistencia humanitaria y al desarrollo, Poul Nielson.
VOICE, que representa a 80 organizaciones no gubernamentales europeas, pidió a la nueva Comisión Europea, organismo ejecutivo de la Unión Europea (UE), y al Parlamento Europeo que utilicen su influencia sobre el gobierno indonesio para que se levanten las restricciones.
Desde Estrasburgo, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que el martes pidió a los 41 países que lo integran que reconocieran la independencia de Timor Oriental, urgió a Indonesia a autorizar el ingreso de organizaciones humanitarias.
El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la semana pasada el envío a Timor Oriental de una fuerza multinacional liderada por Australia para detener la violencia.
El primer contingente de la fuerza de 7.000 integrantes comenzó a hacerse cargo de sus responsabilidades, rodeado por unos 20.000 soldados y policías indonesios.
Este territorio fue anexado por Indonesia en 1975, cuando Portugal, hasta entonces su potencia colonial, lo abandonó. Un tercio de la población fue asesinada por fuerzas indonesias entre 1975 y 1978, según la organización Amnistía Internacional.
La ONU declaró a Timor Oriental territorio administrado por Portugal, una resolución sin consecuencias prácticas hasta 1998, cuando cayó el régimen dictatorial de Alí Suharto en Indonesia luego de la crisis financiera asiática.
Casi 80 por ciento de los timorenses se pronunciaron por la independencia en un referéndum supervisado por la ONU el 30 de agosto, resultado que desató lo que parece ser un plan bien preparado para destruir la infraestructura del país y expulsar a la mayoría de la población.
Además de la Cruz Roja y la organización de ayuda católica Caritas "ninguna otra organización no gubernamental puedo ingresar a Timor Oriental, a pesar de las declaraciones del Ministerio del Interior de Indonesia" en sentido contrario, dijo Rufini a IPS.
El Programa Mundial de Alimentos, una agencia de la ONU, arrojó desde aviones paquetes con víveres sobre Timor Oriental, pero reconoció que se trata de una medida de emergencia ante la falta de otros medios para llegar a la población.
El Comité Internacional de la Cruz Roja comenzó una operación el viernes para asistir a las víctimas de la violencia pero "encontró dificultades logísticas como la falta de medios adecuados para descargar los aviones y vehículos" en Dili.
El Comité calcula que 600.000 de los 800.000 habitantes de Timor Oriental fueron desplazados por la violencia desatada por las milicias y el ejército indonesio luego del referéndum.
Unos 500.000 refugiados correrían serios riesgos de salud y nutricionales, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
"Muchas organizaciones están listas para ingresar al territorio aunque la fuerza de paz no haya ocupado todas sus posiciones. Esto llevará semanas y no podemos esperar ese tiempo porque la gente se muere de hambre, no hay doctores, instalaciones médicas, alimentos ni refugios", dijo Rufini.
El miércoles, un grupo de refugiados asaltó un depósito en Dili en busca de alimentos y ropa.
La organización no gubernamental humanitaria Oxfam dijo la semana pasada que estaba lista para regresar a Timor Oriental tan pronto como fuera posible. "Hay mucho trabajo que hacer para ayudar a los timorenses a sobrevivir y a rehacer sus vidas", declaró entonces.
Las organizaciones humanitarias calculan que unas 190.000 personas huyeron a las colinas en Timor Oriental y casi 200.000 personas cruzaron la frontera hacia Timor Occidental, muchas de ellas obligadas por soldados indonesios y paramilitares proindonesios.
"Si no son asesinados por tropas indonesias, morirán de hambre y por falta de atención médica", advirtió el líder de la resistencia timorense y ganador del premio Nobel de la Paz, José Ramos Horta.
Los trabajadores de las agencias de ayuda también advirtieron que miles de refugiados, que cruzaron hacia Timor Occidental, territorio controlado por Indonesia, pronto sufrirán una gran escasez de alimentos si se continúa negando el acceso a las agencias de ayuda extranjeras.
La fuerza pacificadora internacional, "que trágicamente llegó demasiado tarde para salvar la vida de muchos timorenses", no tiene autoridad legal para ingresar a Timor Occidental, y no hay planes para arrojar paquetes con alimentos allí, según Oxfam.
Además de Timor Oriental, muchos países como Afganistán o Etiopía necesitan con urgencia ayuda humanitaria. La mayor parte de la misma procede, por lo general, de la UE, el mayor donante de ayuda humanitaria.
Los recursos de la UE son canalizados mediante acuerdos bilaterales por los países miembros y a través de la Oficina Humanitaria de la Comunidad Europea, la mitad de cuyo presupuesto de este año ya se destinó a los Balcanes.
"La crisis de Kosovo no sólo concentró mucha atención política. También absorbió la mayoría de los recursos humanos, técnicos y financieros de las organizaciones humanitarias. Muchas organizaciones no gubernamentales no pueden brindar ayuda a Timor Oriental y otras áreas ahora", dijo Rufini a IPS.
"Alrededor de la mitad del presupuesto humanitario de la Comisión Europea fue destinado a la crisis de Kosovo, excediendo las necesidades reales", señaló.
Unas 250 organizaciones no gubernamentales llegaron a Kosovo luego del fin de los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a Yugoslavia, una cifra desproporcionadamente alta que refleja la prioridad que dan a la región los principales países donantes, según VOICE.
La situación de varios países, como Yugoslavia, Macedonia y Albania, es peor que la de Kosovo, "a tal punto que los albaneses comenzaron a emigrar hacia Kosovo, donde la situación es mucho mejor debido a la gran cantidad de ayuda disponible", dijo Rufini. (FIN/IPS/tra-en/ns/ak/at/hd/99