Ningún presidente africano asistió en la capital de Zambia a la inauguración de la 11 Conferencia Internacional sobre Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual en Africa, y eso demuestra que no existe voluntad política para combatir la pandemia, según muchos delegados presentes.
"Quizá haga falta que un presidente africano muera de sida para que los gobernantes tomen la enfermedad en serio", dijo un delegado al final de la ceremonia de inauguración el domingo.
Tampoco asistió el presidente de Zambia, Fredrick Chiluba, aunque se había anunciado que inauguraría la reunión que concluye este jueves. Una conferencia presidencial, también prevista para el domingo, debió ser cancelada.
Para los miles de delegados que se reunieron en Lusaka, es una clara señal de la falta de seriedad y voluntad política de los líderes africanos para combatir el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), que representa la mayor amenaza al desarrollo continental.
Unos 5.000 delegados de todo el mundo asisten a la conferencia. Muchos esperaban que los gobernantes asistieran para evaluar críticamente la respuesta a la pandemia y para estimular el diálogo sobre problemas relacionados con ella.
Millones de africanos murieron de sida desde la primera conferencia en 1985.
Más de 30 por ciento de las mujeres de algunas ciudades de Africa oriental y austral son portadoras de VIH (virus de inmunodeficiencia humana) o están enfermas de sida, informó el director ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/Sida (Onusida), Peter Piot.
"Un maestro muere de sida en Costa de Marfil casi cada día escolar. La situación nos debería enojar o entristecer mucho", agregó Piot.
Se calcula que 70 por ciento de los nuevos portadores de VIH en 1998 en todo el mundo vivían en Africa subsahariana, según datos de Onusida. Entre los niños menores de 15 años, la proporción asciende a 90 por ciento.
En Zambia, por ejemplo, la posibilidad de que un joven de 15 años muera de sida es de 60 por ciento. En Botswana, Namibia, Swazilandia y Zimbabwe, más de 20 por ciento de las personas entre 15 y 49 años viven con VIH o sida.
"Las cifras son tan abrumadoras que superan nuestros límites de comprensión. La epidemia no sólo cobra vidas, sino que cambia la naturaleza de la vida en Africa", destacó Calisto Madavo, vicepresidente del Banco Mundial para Africa.
El sida es mucho más que un problema de salud, sostuvo Madavo. En más de una decena de países, la mayoría de ellos en Africa austral y oriental, la esperanza de vida a principios del próximo siglo bajará de 64 a 47 años debido al sida, un descenso de 25 por ciento.
"Supongamos por un minuto que uno de los factores de desarrollo de un país disminuye en forma similar. Un 25 por ciento de caída en la producción agrícola sería considerado un colapso", dijo Madavo, quien reconoció que el Banco Mundial no hizo lo suficiente para combatir la pandemia.
Ningún país de Africa subsahariana gasta más de uno por ciento del presupuesto de salud contra el sida. En casi todos los países africanos, el presupuesto para la salud es mucho menor al de la defensa.
"Los gobiernos deben llevar la delantera y la comunidad internacional debe estar preparada para apoyarlos mediante una enérgica e inmediata respuesta. Sólo los gobiernos pueden crear condiciones más favorables para que otros asuman sus funciones", dijo Madavo.
Madavo prometió más recursos para enfrentar la enfermedad, pero advirtió que no se trata sólo de dinero. "Sin el compromiso, ninguna cantidad de dinero hará diferencia alguna", afirmó. (FIN/IPS/tra-en/lm/pm/aq/he/99