El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo hoy que ya es hora de que Indonesia acepte la ayuda internacional para restablecer la paz en Timor Oriental mediante el envío de una fuerza dirigida por Australia.
Aunque aseguró que la ONU (Organización de las Naciones Unidas) no tiene intención de abandonar el territorio timorense, Annan dijo que la violencia imperante desde el referéndum de autodeterminación del 30 de agosto supera la capacidad de Unamet, la misión del foro mundial en Timor Oriental.
"Es evidente que llegó la hora para que Indonesia busque la ayuda de la comunidad internacional para cumplir su responsabilidad de garantizar el orden y la seguridad al pueblo de Timor Oriental", declaró Annan.
Australia, Filipinas, Malasia y Nueva Zelanda aseguraron a Annan que enviarán soldados a la fuerza internacional.
Si Indonesia se niega a permitir el ingreso de fuerzas internacionales en Timor Oriental, "no puede escapar a la responsabilidad de lo que podría corresponder, según las denuncias que nos llegan, a crímenes contra la humanidad", advirtió.
Annan agregó que creía prematuro en esta etapa crear un tribunal de la ONU que juzgue a los sospechosos de crímenes contra la humanidad, aunque dejó la puerta abierta para hacerlo en el futuro si Yakarta no pone fin a la violencia de milicias proindonesias opuestas a la independencia de Timor Oriental.
Las declaraciones del secretario general fueron la señal más clara de que la ONU decidió aumentar la presión diplomática sobre Yakarta después de días de gestiones infructuosas para persuadir a Indonesia de cesar la violencia.
Cinco embajadores del Consejo de Seguridad de la ONU, dirigidos por el namibio Martín Andjaba, siguen negociando con funcionarios indonesios para enviar la fuerza internacional a Timor Oriental.
Pero hasta el momento no lograron el consentimiento del presidente Bacharuddin Jusuf Habibie ni del comandante del ejército general Wiranto.
De todas maneras, la ONU ahora tiene más apoyo internacional para enviar la fuerza de mantenimiento de paz. Estados Unidos dio su respaldo a la medida y otros aliados de Indonesia, como China, señalaron que están dispuestos a considerarla.
El embajador chino Shen Guofang dijo que China tiene una "mentalidad abierta" sobre el envío de fuerzas extranjeras a Timor Oriental, pero reiteró que antes se debe obtener "el consentimiento del gobierno indonesio".
El cambio de actitud de Estados Unidos envalentonó a la ONU. El presidente estadounidense Bill Clinton declaró el jueves que "si Indonesia no pone fin a la violencia, debe invitar a la comunidad internacional a ayudarla a restaurar la seguridad".
Annan destacó que Yakarta no garantizó la seguridad en Timor Oriental desde el referéndum en que casi 80 por ciento de los electores optaron por la independencia, tras casi 24 años de ocupación indonesia.
"Timor Oriental degenera en la anarquía. Las milicias antiindependentistas, que fueron derrotadas por abrumadora mayoría en las urnas, perpetran una orgía de saqueos, incendios y asesinatos", denunció.
Funcionarios internacionales confirmaron que las milicias balearon el centro de la ONU en Dili, la capital timorense, la noche del jueves, y que fuerzas indonesias no hicieron nada para impedir el ataque.
Las milicias amenazaron con invadir el centro y dispararon al aire mientras las fuerzas indonesias observaban, señalaron los funcionarios.
Sólo quedan 50 empleados de la ONU en el territorio, por lo cual muchos acusaron al foro mundial de dejar a los timorenses a merced de la violencia de las milicias y de sus aliados en las fuerzas armadas indonesias.
Annan reconoció que Indonesia no cumplió el compromiso asumido el 5 de mayo cuando acordó con Portugal, la antigua potencia colonial de Timor Oriental, mantener la seguridad en el territorio.
Pero Annan negó que la ONU supiera de antemano que iba a ocurrir este tipo de violencia, y aseguró que está escandalizado por lo ocurrido.(FIN/IPS/tra-en/fah/aq/ip/99