Más de 20 por ciento de los habitantes de la capital colombiana se desempeñaron en el primer semestre de este año en la economía informal, según el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), y algunos analistas opinan que la cifra es aún mayor.
En la capital, de seis millones de habitantes, hay casi 1,3 millones de empleos informales y 589.239 desocupados, según datos divulgados en el foro Mercado de Trabajo en Bogotá, realizado en la Cámara de Comercio.
El abogado laboralista Eugenio Llanos señaló que el DANE no cuenta a los trabajadores ambulantes que venden productos de escaso valor.
Esas personas, que también están en el mercado laboral y trabajan hasta 32 horas semanales, son en su mayoría desplazados que llegaron a Bogotá, en la región central del país, buscando mejores oportunidades, dijo Llanos a IPS.
El experto indicó que los ingresos mensuales de los vendedores ambulantes no llegan a 100 dólares. La canasta básica en Colombia cuesta unos 300 dólares (dos salarios mínimos).
Un estudio de la Cámara de Comercio de Bogotá sobre el empleo informal en la capital, que se dio a conocer a fines de agosto, señaló que 33 por ciento de los trabajadores informales se dedican al comercio, 27 por ciento a los servicios, 18 por ciento a tareas vinculadas a la industria, y el resto a ventas ocasionales.
La más novedosa forma de trabajo informal se está dando este año en las llamadas "televentas", que consisten en la instalación de tiendas de campaña en barrios pobres, para ofrecer toda clase de productos a precios bajos.
Los organizadores de las "televentas" contratan a actores de televisión con escasas oportunidades de trabajo para que realicen publicidad de las ferias en ese medio de comunicación, durante horarios de baja audiencia.
Alcira Fuentes vende pijamas y ropa interior femenina que transporta en una caja de cartón, y se instala en cualquier esquina del centro de la ciudad, lejos de la mirada de la policía.
Fuentes dijo a IPS que, para ella, Bogotá fue "como un paraíso" cuando llegó de su natal Popayán, unos 400 kilómetros al sudoeste de la capital, en 1987.
Al comienzo "todo marchó bien" con las ventas en la calle. Podía "ganar para mi sustento y el de mi hija y aun quedaba algo de dinero para otras cosas", relató.
Ahora estos vendedores se ven afectados por la crisis económica, que se expresó en una caída de la producción de 6,60 por ciento durante el primer semestre de este año, y también por un plan de "recuperación del espacio público" de la Alcaldía de Bogotá.
Alfredo Rubiano, presidente del Sindicato de Comerciantes Menores, afirmó que ese plan sólo ha traido más pobreza para los vendedores del sector informal, y que la persecución de la policía viola su libertad de trabajo.
Gonzalo Giraldo, director de la Asociación Colombiana de Pequeños Comerciantes, opinó a su vez que la falta de canalización de recursos económicos hacia las pequeñas y medianas empresas impide que se creen más empleos en la capital.
El alcalde de Bogotá, Enrique Peñaloza, anunció que los vendedores callejeros serán trasladados a espacios cerrados, y que realizará obras de infraestructura con las que se crearán 60.000 puestos de trabajo en corto plazo.
Gustavo Petro, diputado de Bogotá, comentó que ese plan no es la solución para la reactivación económica de la capital, donde el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social autorizó el cierre de 41 empresas durante el primer semestre de 1999, y otras 12 esperan autorización para cerrar.
Según el organismo estatal, el cierre de empresas en el primer semestre de este año dejó sin trabajo a 2.098 personas, de las cuales 905 pertenecían al sector de la salud pública.
También esperan autorización para cerrar diez empresas de otras ciudades, que dejarán 443 desempleados. Una fuente del Ministerio de Trabajo que quiso ser identificada pronosticó que por lo menos la mitad de esas personas llegarán a Bogotá en busca de una nueva oportunidad laboral.
Colombia tiene una población de 37 millones de habitantes, de los cuales 10 millones integran la población económicamente activa. Según el DANE, 20 por ciento de estos últimos son desempleados y 20 por ciento subempleados (personas que trabajan menos de 40 horas por semana). (FIN/IPS/yf/mp-ff/pr lb/99