El 98 por ciento de las empresas que conforman el aparato productivo de Perú está constituido por pequeñas y microempresas (pymes), sector considerado fundamental en los planes de desarrollo de este país en los próximos años.
Se consideran microempresas las que cuentan con menos de 10 trabajadores, generalmente familiares, y la mayoría son informales.
En confección y calzado, las pymes se han convertido en las más dinámicas de la economía peruana, pues generan empleo mediante redes de comercialización, igualmente informales.
Por su importancia como genedoras de puestos de trabajo en un país donde el desempleo y el subempleo asciende a 49,9 por ciento de la población económicamente activa, las pymes son respaldadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Victor Tockman, director regional de la OIT, afirmó en una reunión internacional en Lima que "los planes para disminuir el desempleo y subempleo en Perú deben focalizarse en el sector de la pequeña y microempresa".
El PNUD coopera en la promoción a la pequeña y microempresa en Perú a través de un proyecto destinado a superar su aislamiento y su dificultad de acceso al sistema financiero, así como a mejorar su participación en el mercado local y externo.
El Proyecto de Promoción de la Pequeña y Micro Empresa, desarrollado por el Prompyme, organismo público de promoción, y el PNUD, trabaja en cinco programas de apoyo sectorial.
El primero organiza y promueve que las compras de las entidades estatales se efectúen prioritariamente a pymes, el segundo promueve la subcontratación, vinculando a las pequeñas y microempresas con las grandes y medianas, y el tercero apoya sus posibilidades de comercialización.
"En el campo comercial, los programas se orientan a mejorar la oferta exportable del sector, así como organizar y promover 'show rooms', ferias y otros mecanismos de promoción nacional o regional", dijo Ricardo Martinotti, secretario ejecutivo del Prompyme y contraparte peruana en el convenio con el PNUD.
"También estamos promoviendo la creación de consorcios entre pequeñas y microempresas, para utilizar el potencial de eficiencia colectiva que tiene el sector, para impulsarlas a la conquista de nuevos mercados", agregó Martinotti.
El primer vicepresidente de Perú, Ricardo Márquez, empresario textil y presidente de Prompyme, afirmó que las pymes representan hoy la principal reserva existente para el desarrollo futuro, la creación de nuevo empleo y la superación de la pobreza.
"El Estado peruano promueve su crecimiento y le busca respaldo de las organizaciones internacionales", indicó.
Márquez subrayó la importancia del sector por el hecho de que "el modelo de crecimiento de las grandes empresas es ahora el de la subcontratación de empresas menores", para reducir costos de producción y crecer sin aumentar el personal propio.
"Si queremos insertarnos en forma competitiva en la economía mundial tenemos que tomar en cuenta esa tendencia empresarial", aseveró.
Márquez comentó que durante una visita a Italia comprobó que la mayor empresa de pantalones vaqueros del país no tenía una sola máquina de coser, ya que sólo diseña y encarga la confección fuera.
En Perú, el 50 por ciento de las pymes se concentra en el sector de servicios y comercio, 12 por ciento en la agricultura y 10 por ciento en la industria, y muy pocas de ellas se orientan al mercado externo.
La expansión del sector de pequeñas y microempresas industriales es considerado prioritario por las autoridades peruanas, por su alta capacidad de generar empleo y sus posibilidades de ser orientadas hacia la exportación.
Hasta la década pasada, el modelo de crecimiento industrial apoyado por el gobierno peruano se basaba en promover, mediante créditos estatales baratos, inversiones en grandes empresas fabriles con el respaldo de barreras de protección arancelaria.
Esta concepción del desarrollo fue reemplazada por la línea de economía de mercado, que eliminó a la banca estatal de fomento y suprimió la protección arancelaria, medidas que forzaron a la industria local a competir con la producción exterior.
"Esperábamos que la banca privada reemplazara a la banca estatal de fomento, pero eso fue sólo teoría, pues luego nos dimos cuenta que los bancos privados no concedían el crédito adecuado para las posibilidades y necesidades del sector", señaló Marquez.
Como respuesta a esa omisión de la banca privada, se creó por ley el Banco de Materiales, que vende o concede créditos a las pymes para la adquisición de máquinas y herramientas.
"También hemos creado Maquicentros, utilizando los equipos de los institutos de capacitación tecnológica que tiene el Ministerio de Educación, que cuentan con maquinaria para las industrias metalmecánica, de madera, calzado y confecciones textiles", expresó Márquez.
"Durante la mañana y hasta las 15 horas, las máquinas de los institutos tecnológicos los usan los estudiantes, después de esa hora y hasta las 10 de la noche las alquilamos a los pequeños empresarios y a los clubes de madres", agregó.
Dentro de estas pautas, entre enero y marzo del este año se apoyó la constitución y formalización de 1.082 micro y pequeñas empresas, que generaron unos 4.800 nuevos puestos de trabajo. (FIN/IPS/al/ag/dv/99