MIGUEL LLUCO TIXE: Hacia un movimiento indígena latinoamericano (2- E)

IPS: ¿Actuar para cambiar un gobierno denunciado y desgastado, como el de Bucaram, para ser defraudados por el nuevo presidente, Fabián Alarcón? ¿No tiene derecho la gente a sentirse utilizada?

LLUCO TIXE: Sí, tiene ese derecho. Pero, pese a todo, febrero (de 1997) marcó un hecho fundamental en la historia de nuestro país, porque la población demostró que no estaba dormida, que eran millones, sin distinción de clase o partido, los ecuatorianos y las ecuatorianas preocupados por la suerte del país.

Había una aspiración de cambio en el pueblo. Sin embargo, mirando en perspectiva vemos que sólo se cambió de personas, pues las estructuras siguieron siendo las mismas. Ahí está el error. Pero la responsabilidad no fue del pueblo, sino de sus dirigentes.

IPS: Usted participó en la toma de la Catedral (de Quito) y en la solución acordada por el Congreso para destituir a Bucaram, y después luchó contra la corrupción del gobierno de Alarcón.

LLUCO TIXE: Asumo la responsabilidad que me toca. En aquel momento también creí como tantos que la salida que se dio era la única posible. Tal vez si hubiéramos buscado otra (solución), por fuera de los partidos políticos tradicionales, la realidad habría sido otra y yo no habría tenido que denunciar hechos de corrupción.

El valor que tuvo el pueblo para levantarse y el mandato que otorgó fueron burlados por los políticos tradicionales.

IPS: ¿Será por esa falta de credibilidad de los partidos políticos tradicionales que el movimiento indígena, durante la movilización de julio de este año, prefirió conversar directamente con el gobierno sin mediación del parlamento?

LLUCO TIXE: Con su último levantamiento, el movimiento indígena demostró que tiene una gran fuerza, porque puede movilizar a decenas de miles de personas y paralizar el país. Además, se vio la cohesión de sus instancias de dirección. Estas dos cosas le dan un poder que no tienen otros movimientos indígenas del continente.

De esa forma, logró que el gobierno (de Jamil Mahuad) derogara varias medidas y borró de la escena a esos políticos oportunistas que siempre hacen acuerdos y componendas a la sombra de una gran movilización. Nosotros tenemos una representación política, que es Pachakutik, y nada tienen que conversar otros sectores a nuestras espaldas.

IPS: Pero los indígenas cuestionaron a ciertos diputados de Pachakutik que buscaban dialogar con el gobierno sin que hubiera decisión del movimiento en ese sentido.

LLUCO TIXE: Y está bien, porque los diputados deben escuchar el mandato del pueblo indígena y deben saber que se les puede remover. Lo importante de Pachakutik es que sus legisladores están obligados a rendir cuentas a las organizaciones que representan, y si no, tienen que irse.

Eso fue entendido por los diputados, quienes asumieron sus errores y saben que son sólo un apoyo de los movimientos, son sus representantes en el Congreso, pero nunca pueden sustituir la representación directa que tienen las organizaciones que dirigen un levantamiento y por lo tanto son ellas que deciden si conversan o no con el gobierno.

En nuestro I Congreso, realizado entre el 6 y 8 de agosto, las bases del movimiento dejaron claro que si se rompen las mesas de concertación entre los movimientos sociales y el gobierno, Pachakutik renunciará a la segunda vicepresidencia del parlamento, que está a cargo de la compañera Nina Pacari.

IPS: ¿Qué balance hace usted de la actuación de Pachakutik en cargos públicos?

LLUCO TIXE: Le voy a dar un ejemplo: en Guamote, en mi provincia (Chimborazo, en la Sierra Central) se alcanzó una amplia participación de las comunidades, con una destacada gestión del alcalde y de los concejales de nuestro movimiento.

Aunque hay mucho ejemplos, el del gobierno municipal de Guamote demuestra a muchos que los indígenas somos capaces de gobernar y muy bien.

Una característica son las asambleas municipales, donde representantes de las comunidades analizan el presupuesto, priorizando necesidades y realizando un control y seguimiento de las inversiones.

IPS: ¿Y en el Congreso?

LLUCO TIXE: Es un espacio muy difícil y complicado y además, hundido en una crisis ética tan profunda que perdió gran parte de su credibilidad. Los valores morales se habían perdido, con las prácticas corruptas, el doble discurso.

Nuestra presencia fue positiva, porque llegamos sin los vicios políticos tradicionales. Fue como una inyección de sangre nueva al parlamento.

IPS: Cuando usted fue diputado, presentó varios proyectos de ley, cuyo tratamiento se demoró. ¿Qué conclusiones extrae de esa experiencia legislativa?

LLUCO TIXE: Con el transcurso del tiempo fuimos aprendiendo que algunos legisladores bloquean proyectos ajenos y esperan que se les ofrezca algo para ponerlos en marcha. Ofrecer algo no es necesariamente dinero, sino el intercambio de favores: yo te apoyo hoy, pero tú me apoyas mañana.

Nosotros no estamos de acuerdo con esa actitud, que está como institucionalizada en todos los poderes del Estado. Para cambiar esa realidad estamos luchando desde adentro, pero la solución no se logrará de un día para otro.

En todo caso, debemos decir que no todos los legisladores manejan esas prácticas institucionalizadas y por eso, es posible a pesar de todo lograr resultados.

IPS: ¿Puede señalar ejemplos?

LLUCO TIXE: La aprobación del Convenio 169 de la OIT sobre los derechos de los pueblos indígenas por diputados de todos los sectores nos demuestra que muchas veces podemos ponernos de acuerdo en temas que, como éste, son de vital importancia para amplios sectores del país.

Esta ratificación nos demuestra que todos los sectores políticos representados en el Congreso estamos de acuerdo con la plurinacionalidad, que es un tema muy sentido para los indígenas. Y es claro que también hay muchos asuntos en los que nos podemos poner de acuerdo para sacar adelante al país.

Otro hecho importante es demostrar que el Congreso puede realizar una tarea fiscalizadora responsable, sin interés de figuración personal o partidista. Demostramos que es posible la lucha contra la corrupción sin que tome un tinte político.

El Congreso debe actuar con prudencia, como para brindar a la justicia los elementos que necesita para asumir su papel y después, cuando lo asume, respetar su actuación sin entrometernos en ella, como cuando denunciamos la utilización (irregular) de gastos reservados por parte del ex ministro de Gobierno César Verduga. (SIGUE/3-E

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