La historia de intriga, pasión y droga que en México envuelve el homicidio de un popular presentador de televisión tomó un curso inusitado al ser llamado a declarar ante un fiscal el presidente de la cadena donde la víctima trabajaba, la segunda del país.
El presidente de Televisión Azteca, Ricardo Salinas Pliego, y el director de noticias de la misma cadena, Raúl Sánchez, fueron citados por la Procuraduría General de Justicia de la capital por retener información relevante sobre el asesinato de Francisco Stanley, perpetrado el 7 de junio.
Stanley fue baleado en la calle en pleno día, según un plan fraguado desde la cárcel por un narcotraficante, que tuvo la complicidad de una modelo y, al parecer, del acompañante del presentador en su programa de televisión, el no menos popular Mario Bezares, preso desde el 27 de agosto.
Tal es la hipótesis del procurador de la ciudad de México, que convocó a Salinas Pliego y a otros personajes de TV Azteca, ante la evidencia de que Sánchez habló por teléfono con un delincuente, Jesús Peralta, que podría aportar importantes elementos a la investigación.
Peralta, quien purga una condena de 45 años en una cárcel del estado de México, colindante con la capital, aseguró a Sánchez que tenía en su poder un esquema del plan de asesinato de Stanley, trazado por el autor intelectual, el narcotraficante Luis Amezcua.
El informante sostuvo además que Stanley, presentador del programa "Una tras otra", de TV Azteca, fue muerto debido a que "andaba metido en deudas muy fuertes" con narcotraficantes.
A cambio de una suma no especificada, Peralta dio a TV Azteca su versión del homicidio, por el que cinco sicarios habrían recibido de pago dinero en efectivo y cocaína.
Al ser divulgado por la prensa el contenido de las conversaciones de Sánchez con Peralta, el periodista de TV Azteca afirmó que su intervención fue sólo una "investigación periodística".
Sánchez puntualizó que no había entregado a las autoridades la grabación de su diálogo con Peralta porque "desconocía que hubiese un plazo perentorio para ofrecer la información".
En TV Azteca "hemos colaborado en todo lo posible (con las autoridades) y así lo demostraré presentándome a declarar", agregó.
Las órdenes de presentación dictadas por la Procuraduría de Justicia no implican la responsabilidad de las personas citadas en el asesinato, pero fuentes de esa oficina destacaron que ejecutivos de TV Azteca conocían el informe y no lo entregaron a las autoridades.
Portavoces de TV Azteca negaron que Salinas Pliego y otros representantes de la emisora hubieran sido convocados a declarar, como dijo la Procuraduría.
El procurador general de la capital, Samuel del Villar, afirmó el 28 de agosto que la muerte violenta del presentador obedeció a un ajuste de cuentas por deudas con el narcotráfico.
Para matar al presentador se organizó un "complot de acción sincronizada", con la intervención de Amezcua, llamado "el rey de las metanfetaminas", que introducía sus drogas en Estados Unidos y que está preso en una cárcel de máxima seguridad de México.
Amezcua y su hermano Jesús son requeridos por la justicia estadounidense.
Erasmo Pérez es señalado como autor material del asesinato y la modelo Paola Duarte como enlace entre aquél y Amezcua y Bezares, quienes habrían contado con el apoyo del chofer-guardaespaldas de Stanley, de acuerdo con la Procuraduría.
Stanley, a quien TV Azteca hizo participar en la amplia y millonaria campaña "Vive sin drogas", llevaba en sus ropas medio gramo de cocaína cuando fue asesinado en la puerta de un conocido restaurante del sur de la ciudad de México.
Los exámenes médicos practicados al cadáver del presentador mostraron que había inhalado droga horas antes de su muerte y que era consumidor habitual de enervantes.
Bezares, presente en el momento de la agresión, salvó su vida al demorarse en el baño del restaurante. Los análisis revelaron que también había consumido cocaína.
Varios medios de prensa aseguraron que Stanley suministraba drogas a personajes de la farándula de México, para lo cual mantenía relaciones con narcotraficantes.
Un juez penal dictó auto de prisión contra de los presuntos implicados en el caso Stanley, dando inicio a una batalla legal que acapara la atención mayoritaria de los mexicanos.
Homiciio calificado, tentativa de homicidio y lesiones, son los cargos que enfrentan los acusados en un caso que incluye una demanda del procurador Del Villar contra el abogado de los hermanos Amezcua por el delito de amenazas. (FIN/IPS/pf/ff/ip cr/99