El fin de la breve luna de miel entre la izquierda y la derecha de México diluyó el proyecto de creación de una gran alianza nacional para enfrentar en las elecciones del 2000 al PRI, el partido con más años en el poder en la comparación internacional.
El derechista Partido Acción Nacional (PAN) anunció la noche del martes su rechazo al método de elección del candidato de la coalición a la presidencia, diseñado por un consejo de 14 personalidades designadas con ese objetivo.
La propuesta del consejo planteaba realizar tres encuestas previas a una consulta nacional para elegir al candidato.
El PAN proponía la realización de una encuesta mediante urnas móviles que permitieran participar a unos 270.000 ciudadanos, mientras el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) defendía que se llevara a cabo una elección primaria en 25.000 urnas.
La comisión negociadora del PAN en el mayor proyecto político de oposición en la historia del país acusó al consejo de personalidades de no cumplir los objetivos para los que fue creado.
El partido derechista objetó que el proyecto no especificara el valor de las encuestas y el de la consulta, ni estableciera mecanismos para dirimir controversias o garantizar la limpieza del proceso.
Tras divulgar la disolución de la junta de "notables", uno de sus integrantes, José Agustín Ortiz, lamentó la falta de reconocimiento al trabajo del grupo por parte del PAN, cuya respuesta, dijo, constituyó "un ataque verdaderamente brutal".
"Culpar a otros de sus propios errores es injusto. Sabíamos que estábamos en las patas de los caballos y ahora nos echan la culpa de su propio fracaso", afirmó Ortiz.
El también ex consejero Sergio Aguayo sostuvo este miércoles que "el problema de fondo es que el PAN nunca estuvo convencido de ir a las urnas a competir por la candidatura a la presidencia".
Para Aguayo, los panistas están convencidos de que su candidato, el ex gobernador del central estado de Guanajuato y ex directivo de la empresa Coca Cola Vicente Fox, puede ganar los comicios del próximo año.
Aguayo subrayó que el PAN está en su derecho de apartarse del proyecto que pudo haber cambiado el rumbo de la historia de México, "pero no puede esperar que otros paguemos la factura de sus ambiciones insatisfechas".
La guerra de encuestas que se intensifica a medida que avanzan las campañas electorales reveló que más de 60 por ciento de los mexicanos otorgaban a la alianza amplias posibilidades de poner fin a siete décadas de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El PRD señaló al panismo como único responsable del naufragio de un proceso de negociación de cuatro meses, emprendido en aras de alcanzar la transformación democrática de México.
El partido centroizquierdista que gobierna hace dos años la ciudad de México lamentó la determinación del PAN, que "dio cristiana sepultura a la alianza" y que tendrá que dar explicaciones al país por su actitud.
El PRD, tercera fuerza electoral mexicana, ratificó su determinación de acudir a la cita del 2000 en alianza con las organizaciones que se adhirieron al proyecto de alianza opositora, entre las cuales figuran el Partido del Trabajo y el Verde Ecologista Mexicano.
Un día después de que Cuauhtémoc Cárdenas presentó su renuncia al gobierno de la capital mexicana para luchar, por tercera ocasión consecutiva, por la presidencia del país, Rosario Robles se convirtió este miércoles en la primera mujer al frente de la ciudad que es el centro político nacional.
Cárdenas expresó su respaldo a Robles, una economista de 43 años que estaba al frente de la poderosa y conflictiva Secretaría de Gobierno capitalina y que inició su gestión con el beneplácito de amplios sectores políticos y empresariales de la ciudad.
El aspirante izquierdista a la presidencia mexicana inició este miércoles formalmente la ardua tarea de recuperar el capital político y apoyo popular que poseía al asumir el gobierno de la ciudad de México.
Cárdenas perdió popularidad, en gran medida, por las dificultades que tuvo para resolver los inmensos problemas de seguridad, transporte y vivienda que padece una de las urbes más grandes del mundo.
Según los observadores, el PAN sufrirá en las urnas las consecuencias de haber dado marcha atrás. En atención a tal pronóstico, la decisión del PAN obliga a Fox a redoblar sus esfuerzos para desterrar la amenaza del voto de castigo.
"No vamos a ir a una aventura y punto. Y si tenemos que pagar el precio, lo pagamos y por adelantado", señaló el ex candidato del PAN en los comicios de 1994, Diego Fernández, para quien la búsqueda de una alianza opositora "fue un episodio más en la vida política mexicana". (FIN/IPS/pf/mj/ip/99