Lo llaman "sugargate" y es un escándalo que podría arruinar la carrera política de los primeros ministros de India y Pakistán, hace poco enfrentados en una guerra no declarada.
En India, donde la semana próxima comienzan las elecciones de un nuevo gobierno, un acuerdo de importación de azúcar de Pakistán se transformó en el tema principal de la campaña del opositor Partido del Congreso.
Documentos suministrados esta semana a la prensa por el Congreso revelaron que los principales beneficiarios del acuerdo de importación de 80.000 toneladas de azúcar, firmado en febrero, fueron el primer ministro paquistaní Nawaz Sharif y su familia, propietarios de una planta procesadora de azúcar.
El acuerdo sirvió de marco ese mismo mes para la visita a Lahore del primer ministro indio Atal Bihari Vajpayee y fue aclamado como un hito diplomático por el gobernante Partido Bharatiya Janata hasta que estalló el conflicto fronterizo de Kargil, en mayo.
Escépticos de ambos lados de la frontera señalaron entonces que la jerarquía militar de Pakistán estaba notoriamente ausente de la fiesta de recepción ofrecida por Sharif a Vajpayee y su séquito de diplomáticos, periodistas y estrellas de cine.
Para mayo, grupos fuertemente armados de militantes mujaidines respaldados por el ejército paquistaní estaban atrincherados en montañas del lado indio de la frontera, desde donde bombardearon una importante ruta que conecta Srinagar, la capital del estado de Cachemira, con la localidad de Leh.
El ejército indio tardó tres meses en expulsar a los intrusos, pero durante el conflicto, el ministro de Defensa indio George Fernandes procuró absolver a Sharif de toda culpa y en cambio responsabilizó a los generales de Islamabad.
Los combates terminaron en julio cuando el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, presionó a Paquistán para que retirara a sus intrusos de Kargil, evitando así una peligrosa escalada del conflicto entre ambos países vecinos, que poseen armas nucleares.
Pero el acuerdo del azúcar no resultó afectado pese al conflicto que cobró 2.000 vidas y costosos equipos militares de ambas partes, destacó el Partido del Congreso.
Para colmo, el contrato fue firmado en un momento de superproducción de azúcar en India, que arruinó a numerosos agricultores, destacó Kapil Sibal, portavoz del Congreso.
"En efecto, la familia de Sharif fue la más beneficiada, los cultivadores indios de caña los más perjudicados, y nuestros soldados lo pagaron con su vida", afirmó Sibal.
"Una de las primeras medidas que debieron adoptarse (tras el estallido del conflicto de Kargil) fue la suspensión de la importación de azúcar", destacó.
El acuerdo en su conjunto fue respaldado por la poderosa Oficina del Primer Ministro, y por lo tanto toda la responsabilidad cabe a Vajpayee, subrayó Sibal.
Sin embargo, un portavoz de dicha Oficina negó los cargos de Sibal, a los que calificó de "ridículos".
Una declaración oficial posterior no desmintió la importación de azúcar, pero señaló que es realizada exclusivamente por empresas privadas y que el gobierno no tuvo participación directa.
Según la declaración, desde que el gobierno de Vajpayee asumió el poder, en marzo de 1998, aumentó los aranceles de importación de azúcar de cero al actual 27,5 por ciento para proteger la industria nacional.
India es a la vez el mayor productor y el mayor consumidor mundial de azúcar, un producto considerado políticamente sensible porque la industria genera importantes ingresos y numerosos empleos en las zonas rurales.
La importación de azúcar de Pakistán con bajos aranceles aduaneros naturalmente enojó a los productores indios, que pretenden una tarifa mínima de 50 por ciento para poder sobrevivir.
La Unión Europea cobra entre 200 y 240 por ciento por la importación de azúcar, Estados Unidos cerca de 130 por ciento, el vecino Bangladesh 200 por ciento y Tailandia 100 por ciento.
Industriales azucareros señalan que el gobierno debió haber promovido la exportación y no la importación de azúcar en vista del excedente nacional de producción, que el año pasado llegó a 10 millones de toneladas.
"No tiene sentido que India gaste valiosos recursos en la importación de azúcar cuando hay excedente en este país", dijo S.L. Jain, presidente de la Asociación de Productores de Azúcar de India. (FIN/IPS/tra-en/rdr/mlm/ip-dv/99