Las ciudades que aprovechen las oportunidades de la globalización y de la localización serán las más aptas para superar los problemas urbanos del siglo XXI, asegura el Banco Mundial en un informe sobre desarrollo divulgado hoy.
El término globalización refiere a la unificación de los mercados mundiales, y localización indica el creciente poder económico y político de las ciudades, provincias y administraciones locales.
La descentralización del poder a nivel provincial y local puede conducir a un gobierno más eficiente, sostiene el Informe de Desarrollo Mundial, el vigésimosegundo publicado por el organismo multilateral.
El mundo se alejará cada vez más "del autoritarismo practicado en distintas partes entre los años 60 y 80", agrega.
En algunos países de América Latina, la responsabilidad de servicios públicos como la educación, la salud, los caminos, el agua y el saneamiento ahora corresponde a gobiernos locales semiautónomos, según el informe.
En Argentina y Colombia la educación primaria se descentralizó a los niveles intermedios de gobierno, y en Chile es responsabilidad de los municipios. También aumentó la transferencia de poder financiero a los gobiernos subnacionales, sobre todo en Brasil, Colombia y México.
El informe del Banco Mundial destaca que la globalización y la localización serán las fuerzas gemelas que darán forma a la economía del futuro.
"El mundo se empequeñece, pero en el proceso, también se hace más complicado, lo cual hace que un enfoque integral y pragmático del desarrollo sea más importante que nunca", dice Shahid Yusuf, el principal autor del informe.
A medida que la globalización encoge al mundo, la localización multiplica la variedad de ambientes políticos. Las estrategias de desarrollo que prosperen se notarán más rápidamente en el próximo siglo que en el pasado y, a la vez, las consecuencias de sus errores se sentirán antes y con mayor fuerza, advierte Yusuf.
Abrumadas por el crecimiento demográfico, las ciudades del Sur en desarrollo no logran brindar todos los servicios básicos.
Al menos 13 por ciento de la población urbana del mundo en desarrollo, o sea 220 millones de habitantes, no tiene acceso al agua potable, y casi el doble de esa cifra ni siquiera tienen letrinas rudimentarias.
Hace 50 años, sólo 41 de las 100 ciudades más grandes se encontraban en países en desarrollo, pero en 1995 ya había 64, y la tendencia continúa.
La mitad de los residuos sólidos en las ciudades en desarrollo no se recolectan y provocan múltiples enfermedades transmitidas por el agua o por factores relacionados con ella, como la malaria y la fiebre del dengue.
"La mitad de la población urbana de los países en desarrollo padece una o más de estas enfermedades", señala el informe.
Un ex empleado de la Autoridad de Desarrollo de Delhi, en India, asegura que esta es la "institución más corrupta del país", y que nada se construye, legal o ilegalmente, sin sobornar a un funcionario.
En el vecino Pakistán existen problemas similares con la vivienda. La ciudad de Karachi sólo otorgó 27.000 permisos de construcción entre 1987 y 1992, aunque se necesitan 80.000 por año para cubrir la demanda.
En los países en desarrollo, el sector público tuvo más éxito cuando se asoció con las comunidades, a veces para erradicar las viviendas insalubres. Los Programas de Mejoramiento de Indonesia, aplicados en 500 zonas urbanas desde 1968, beneficiaron a 15 millones de personas.
En Filipinas, el informe señala que el Programa Comunitario de Hipotecas es otro ejemplo de un proyecto de vivienda relativamente exitoso.
Desde 1988, la iniciativa, de propiedad de la comunidad y aplicado por ella, otorgó préstamos en 33 ciudades a través de 300 proyectos que permitieron a los habitantes adquirir las tierras en que viven.
Así mismo, los planes de microcrédito siguen elevando de la pobreza a millones de habitantes del medio urbano.
El Fondo del Círculo Completo, en Chicago, Estados Unidos, y el sistema de préstamos de emergencia, de Mumbai, India, ayudaron a mujeres pobres a generar sus propios ingresos.
El informe del Banco Mundial destaca que los países en desarrollo deben mejorar con urgencia la calidad de vida de sus ciudades.
En Nueva Delhi, entre 10 y 12 por ciento de los niños de 5 y 6 años padecen asma bronquial, principalmente debido a la contaminación del aire.
En Bangkok, un estudio de 1990 calculó que entre 30.000 y 70.000 niños y niñas podrían perder al menos cuatro puntos de su coeficiente intelectual debido a la gran cantidad de plomo en el aire.
"La localización en los sectores… del agua y la energía es una prioridad. Cada vez que se crea un sistema centralizado en México hay discriminación partidaria", aseguró Luis Manuel Guerra, director del Instituto Autónomo de Ecología.
"Pero también nos percatamos de que uno tiene que ser cuidadoso de no sobrecargar a los municipios que son relativamente débiles en recursos humanos y económicos", agregó.
Pero el sector privado no abarca a los estratos más bajos de la población en muchos países, añade el Banco Mundial.
En las ciudades del nordeste de Brasil, el costo del saneamiento se redujo sensiblemente porque, en vez de conectar individualmente las casas a los caños de agua, el agua se distribuye desde un sólo punto que conecta con la cuadra entera.
Pero si China, por ejemplo, no reduce la contaminación del aire, los costos de la salud por esta razón aumentarán de 32.000 millones de dólares en 1995 a 98.000 millones en el 2020, advierte el informe.
Nueve de las 10 ciudades con el aire más contaminado se encuentran en China. Las ciudades industriales de Jiaozou, Lanzhou, Wanxian y Yichang tienen una concentración de partículas nocivas que excede los 500 microgramos por metro cúbico de aire, muy por encima de los 100 microgramos que la Organización Mundial de la Salud considera aceptable.
Por otra parte, los avances técnicos también pueden atentar contra las soluciones generales. El desarrollo de la medicina hace posible que los habitantes de los países pobres se protejan a sí mismos contra la enfermedad, agrega el informe.
Los filtros y el agua embotellada, el aire acondicionado, la seguridad privada y los tanques sépticos permiten que los hogares adopten sus propias soluciones a los problemas de saneamiento, seguridad y contaminación. Esto aisló a los ricos de los problemas que afectan a las urbes.
"La capacidad de protegerse uno mismo y a su familia existe en la vida urbana de hoy, lo cual socava el impulso de buscar cambios que beneficien a la sociedad en general", advierte el informe.
"Como consecuencia de estos avances, las ciudades se dividen entre quienes pueden pagar para satisfacer sus necesidades y quienes no".
Los gobiernos municipales y las empresas públicas con frecuencia se concentran en una parte de la ciudad y descuidan al resto, lo cual ahonda la división, subraya el Banco Mundial. (FIN/IPS/tra-en/gm/mk/aq/dv/99