Trasladarse de un sitio a otro es un verdadero dolor de cabeza en Cuba, donde el déficit de transporte público figura entre los principales problemas que enfrentan los más de 11 millones de habitantes de este país caribeño.
La situación determinó el uso masivo de la bicicleta, por la que han optado en especial los jóvenes, pero muchas personas se ven obligadas a realizar largas caminatas para ir a su trabajo.
"Con mis piernas puedo contar, con el transporte público, no", afirmó Zoila Fons, una traductora de inglés que desistió hace tiempo de esperar un autobus "que demora horas en pasar y cuando por fin llega, está repleto".
Más de 40 por ciento de los traslados de 500 metros a cinco kilómetros se realizan a pie en La Habana, una ciudad de 2,2 millones de personas.
Sólo 550 ómnibus estaban en servicio en la capital al finalizar 1998, y la cantidad de viajes diarios de esas unidades había disminuido ocho veces en relación con 1991, cuando el promedio era de 31.000 por día, informó la prensa oficial.
El transporte publico de pasajeros es insuficiente y deficiente en La Habana, reveló una encuesta del Centro de Investigación y Desarrollo del Transporte, que entrevistó a unas 11.000 personas.
La encuesta arrojó un promedio de 1,78 desplazamientos diarios por habitante, lo que aumenta a 2,55 en el caso de trabajadores.
El trabajo y el estudio son el motivo de 50 por ciento de los desplazamientos. La distancia media recorrida en la ciudad es de 4,6 kilómetros y el tiempo promedio en los diferentes medios de transporte, incluida la espera en las paradas, es de 38 minutos.
La velocidad oscila entre 4,2 kilómetros por hora en los recorridos a pie y 12,8 kilómetros por hora en automóvil, según el estudio del Centro de Investigación y Desarrollo del Transporte.
De acuerdo con la investigación, 70,5 por ciento de los viajes que se efectúan en la capital corresponde a distancias entre 500 metros y cinco kilómetros, y de ellos, 42 por ciento se realizan a pie y 10 por ciento en bicicleta.
En los viajes de más de cinco kilómetros (29,5 por ciento), la mayor parte se hace en unidades de empresas de transporte estatales. Se estima que en La Habana circulan más de 40.000 vehículos de este sector.
Además de autobuses, el transporte público en La Habana cuenta con los denominados "camellos", camiones con remolque con capacidad para 300 personas que trasladan alrededor del 40 por ciento de los pasajeros.
La red la completan taxis estatales que cobran en pesos cubanos y en dólares, automóviles de alquiler de transportistas independientes y vehículos de empresas estatales y de capital mixto.
El servicio de pasajeros comenzó a decrecer a partir de 1989, debido fundamentalmente a la carencia de piezas de repuesto y limitaciones con el combustible, que provenían del desaparecido bloque socialista europeo.
La encuesta señaló que las personas optan mayoritariamente por ir a pie al trabajo (36,2 por ciento), a los centros de estudios (57,3 por ciento) y a actividades socioculturales (44,7 por ciento). Como segunda opción aparece la bicicleta.
"La bicicleta proporciona independencia, no tienes que esperar por nadie, sales cuando quieres y empleas un tiempo menor que en la espera de otro medio de transportación", afirmó José de Dios Martínez, un mecánico de automóviles.
"Sin embargo, contra su uso conspiran la falta de cortesía vial, el calor, la alimentación deficiente y el mal estado de las calles", puntualizó.
Dentro de los esfuerzos por paliar la crisis del transporte, el gobierno cubano adquirió a principios de esta década una gran cantidad de bicletas en China, que se vendieron a precio módico en centros laborales y estudiantiles, lo que contribuyó a descongestionar en parte las pobladas paradas de autobuses.
Los automóviles particulares de alquiler, operados por trabajadores independientes autorizados o ilegales, es el medio de transporte que más se ha desarrollado en los últimos tiempos, pese a su alto costo.
La tarifa mímima, de 10 pesos (igual a dólares al cambio oficial y 0,5 dólares en las casas de cambio), parece muy alta respecto del salario medio mensual, de poco más de 200 pesos.
"No todos los días puedo darme el lujo de parar un carro (automóvil) de alquiler, pero el 'camello' de Alamar (barrio habanero a 16 kilómetros del centro) está muy malo, de modo que a menudo no tengo alternativa", dijo Silvia Cabrera, una profesional que gana 340 pesos mensuales.
En tanto, en el resto de las provincias del país, la situación es mucho más compleja y prácticamente "no se puede hablar de que exista un servicio público de transportación de pasajeros", según han reconocido las propias autoridades.
El ministro de Transporte, Alvaro Pérez Morales, indicó que con el ensamblaje de unos 300 autobuses de pasajeros para el servicio urbano se espera aliviar algo el crítico panorama.
Se calcula que el programa, que se desarrolla en colaboración con la empresa alemana Mercedes Benz, tendrá este año un costo de 27 millones de dólares.
Los planes prevén la entrega de al menos 200 autobuses por año, para incrementar la flota actual, de unas 3.000 unidades en todo el país, cinco veces menos que antes del inicio de la crisis económica.
Pero las autoridades ya han reconocido que la solución del problema del transporte público aún demorará, porque en las actuales condiciones económicas se considera imposible recuperar el nivel de servicio de la década pasada. (FIN/IPS/pg/ag/tr/99