El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, advirtió hoy que no responderá las amenazas de los paramilitares derechistas de Colombia que acusaron a su gobierno de favorecer a la guerrilla.
"A palabras necias oídos sordos", respondió Chávez al plantear que su gobierno "no va a caer en provocaciones" del grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
El líder de las AUC, Carlos Castaño, denunció en una carta a las autoridades colombianas la parcialización de Chávez frente al conflicto interno y la "complicidad de las autoridades venezolanas con la guerrilla".
Castaño también advirtió en el texto divulgado el fin de semana que los paramilitares no se detendrían ante "obstáculos internacionales" para combatir la guerrilla, cuyos cómplices, enlaces o proveedores serían considerados "objetivos militares" por las AUC.
Las declaraciones de Castaño "tratan de perturbar una sana intención, la única en la cual debemos insistir quienes tengamos la buena voluntad de acercamiento con Colombia, que es el camino de la paz", advirtió Chávez.
El presidente venezolano dijo que la necesidad de cooperar con los esfuerzos de paz en Colombia se incluirá en la agenda de los viajes que realizará en los próximos meses a Estados Unidos, Europa y Asia.
Además, alertó sobre la necesidad de que la comunidad internacional se ponga "de frente y bien firme en contra de la pretensión intervencionista y militarista sobre Colombia", lo cual sería "nefasto" para ese país y para la región.
Las autoridades venezolanas han reaccionado con indiferencia frente a la declaración de la organización paramilitar, que también atacó y amenazó a la Guardia Nacional de Panamá.
"Los despreciamos", se limitó a comentar el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, José Vicente Rangel, quien descartó emitir una declaración oficial de respuesta pues "no vale la pena perder tiempo en eso".
Representantes gubernamentales han calificado las acusaciones de los paramilitares colombianos de "ridiculez" y de "locura sin pies ni cabeza".
Al mismo tiempo, aseguraron que las fuerzas armadas venezolanas están atentas para repeler cualquier ataque en su frontera de más de 2.000 kilómetros con Colombia.
"Cualquier grupo que pase tiene que encontrarse con nosotros", aseguró el ministro de Defensa, Raúl Salazar, quien garantizó que las fuerzas de seguridad defenderán la "soberanía contra quien sea" en la zona de frontera.
La región fronteriza es una verdadera "zona caliente" para Venezuela, pues allí repercute el conflicto colombiano a través de acciones de la guerrilla, narcotraficantes y delincuentes comunes.
Secuestro de aviones y personas, extorsiones a empresarios de la región y delitos comunes son frecuentes en esa zona.
El secuestro de un avión comercial venezolano en agosto llevó a Chávez a plantear la posibilidad de reunirse con la guerrilla, aun sin permiso del gobierno colombiano, con el fin de conjurar el impacto de la violencia sobre este país.
Esas declaraciones detonaron un intenso y de a ratos tenso intercambio entre los dos gobiernos, en el cual Colombia pidió respeto al principio de la no intervención en conflictos internos.
Los dos países actuaron de mutuo acuerdo para terminar con ese intercambio de declaraciones hace dos semanas. (FIN/IPS/lc/mj/ip/99
