Dirigentes políticos y de la sociedad civil de Colombia pidieron hoy a Panamá y Venezuela que eviten reacciones extremas ante las amenazas recibidas de paramilitares colombianos, para evitar fricciones fronterizas.
Portavoces del opositor Partido Liberal y de la Comisión Nacional de Paz señalaron a los países vecinos que el conflicto interno de Colombia convierte a las fronteras en escenario favorable de distintas manifestaciones de presión.
Las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que nuclean a paramilitares de derecha, incluyeron a las fuerzas de seguridad de Panamá y Venezuela entre sus objetivos de guerra, según advirtieron en una carta al Comisionado para la Paz del gobierno colombiano, Víctor Ricardo.
Las AUC aseguraron a Ricardo que la guardia nacional venezolana y la policía panameña ayudan a las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en zonas fronterizas.
El presidente del Congreso legislativo colombiano, Miguel Pinedo, del Partido Liberal, afirmó que la actitud asumida por las AUC es "lamentable" y no concuerda con las intenciones de realizar negociaciones de paz con el gobierno que que este grupo ha manifestado.
El ex canciller Augusto Ramírez, miembro de la Comisión Nacional de Paz, que aglomera a organizaciones civiles que buscan la paz, señaló que si las AUC tienen pruebas de parcialidad del ejército venezolano o la policía panameña con la guerrilla colombia "deben entregarlas a las autoridades y no amenazar".
El líder de las AUC, Carlos Castaño, advirtió en su mensaje que su organización no se detendrá "ante los obstáculos internacionales para combatir a la subversión", y declaró "objetivo militar a quienes actúen como enlaces, provedores y cómplices" de la guerrilla en las fronteras.
Las AUC critican también el incipiente diálogo de paz entre el gobierno y las FARC, así como la actitud del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, a quien acusan de apoyar a los grupos rebeldes en su lado de la frontera.
Castaño aseguró que aviones militares venezolanos atacaron a paramilitares "con el objetivo de proteger la retirada de la guerrilla" en los combates librados dos semanas atrás entre las AUC y las FARC en la zona fronteriza de Catatumbo, en el nordeste colombiano.
"Ese acto constituye una injerencia en el conflicto interno" y una abierta "violación del derecho internacional humanitario", afirmó el líder de las AUC en su mensaje a Ricardo.
Así mismo, Castaño comunicó "públicamente a la cancillería colombiana y a la presidenta" Mireya Moscoso que ha declarado "objetivo militar a todos aquellos miembros de la Guardia Nacional" de Panamá que "trabajan en abierta connivencia con las FARC en la frontera".
Castaño afirmó también que tiene "pruebas fehacientes" de las actividades de narcotráfico y tráfico de armas en esa zona fronteriza y de "los sitios en los cuales se refugian los guerrilleros colombianos en ese país bajo la protección de la Guardia Nacional".
El presidente del Partido Liberal, Luis Vélez, dijo que los países vecinos deben tener una actitud tolerante con los pronunciamientos de paramilitares y guerrilleros, que procuran extender sus enfrentamientos más allá de la frontera.
Vélez pidió al gobierno un pronunciamiento "inmediato" respecto de las afirmaciones de Castaño "para evitar cualquier fricción con los países vecinos".
Mientras, en el sur, las autoridades investigan la supuesta participación de las FARC en el secuestro de 12 extranjeros en la fronteriza localidad ecuatoriana de Sucumbíos.
El secretario ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica, Vicente Martínez, dijo a radioemisoras de colombianas que, según versiones, los autores del secuestro de los extranjeros tenían acento colombiano.
Algunos analista afirman que las actividades de la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico son utilizadas por Estados Unidos para presentar a Colombia como una amenaza para la seguridad hemisférica, que podría llevar hasta a una posible intervención militar.
No obstante, la cancillería colombiana consideró, en un comunicado enviado a embajadas en la región, consideró que estas afirmacipones son "alarmistas y sin sentido", al igual que Estados Unidos en sus últimas declaraciones al respecto.
Según el mensaje de la cancillería, Colombia "jamás aceptará presiones indebidas ni intervenciones foráneas" para solucionar sus problemas internos.
No obstante, el gobierno expresó en ese mimso comunicado su preocupación por las actividades que grupos armados irregulares y narcotraficantes desarrollan en la frontera y por el tráfico de armas, precursores químicos y lavado de dinero procedente de los vecinos.
Según Bogotá, la manera de solucionar estos problemas "y mantener las mejores relaciones con los vecinos es actuando bajo el marco establecido por el derecho Internacional", según el cual son los gobiernos los que deciden cuándo y en qué condiciones debe expresarse la solidaridad. (FIN/IPS/yf/mj/ip/99