El gobierno de Venezuela reaccionó hoy con muestras de desprecio e indiferencia a las acusaciones de una organización paramilitar colombiana de derecha, y aseguró que está preparado para repeler eventuales agresiones.
"Los despreciamos", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, José Vicente Rangel, consultado por acusaciones de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) según las cuales Venezuela favorece a la guerrilla.
Rangel calificó a los paramilitares colombianos de "personas totalmente descalificadas", y planteó que se trata de grupos que practican "el crimen, el asesinato y la masacre".
El jefe de la AUC, Carlos Castaño, escribió una carta al comisionado para la Paz del gobierno colombiano, Víctor Ricardo, en la cual acusa al presidente venezolano Hugo Chávez de intervenir en el conflicto de ese país a favor de la guerrilla.
Castaño aseguró que aviones venezolanos intervinieron durante un combate en Colombia para proteger la retirada de la guerrilla, y acusó al gobierno de Chávez de parcialización "frente a nuestro conflicto interno".
La carta también asegura que la "complicidad de las autoridades venezolanas con la guerrilla ha sido suficiente para demostrar del lado de quién están en este conflicto". El jefe de la AUC también acusó a Panamá.
Castaño dijo que los paramilitares no se detendrán "ante obstáculos internacionales" para combatir la guerrilla y dijo que quienes sean complices, enlaces o proveedores de estos grupos podrán considerarse "objetivos militares".
Rangel calificó de "ridiculez" las acusaciones de los paramilitares.
"A una gente que nos está amenazando nosotros respondemos con el desprecio", precisó el canciller, quien descartó emitir pronunciamientos oficiales sobre el asunto pues "no vale la pena perder tiempo en eso".
El ministro del Interior, Ignacio Arcaya, consideró la acusación de favorecer a la guerrilla "una locura sin pies ni cabeza", y la atribuyó a "unos grupos irregulares que ya han emitido opiniones completamente falsas".
"Nosotros estamos dispuestos a repeler cualquier acción que se base en esas amenazas", añadió Arcaya.
En Venezuela "mantenemos soberanía contra quien sea", advirtió el ministro de Defensa, Raúl Salazar. "Cualquier grupo que pase para acá tiene que encontrarse con nosotros", precisó.
Sin embargo, planteó que lo esencial es lograr la paz en Colombia, porque de lo contrario "no habrá paz" en la frontera.
El conflicto colombiano tiene un fuerte impacto sobre la frontera de más de 2.000 kilómetros con Venezuela, un país donde sus repercusiones incluyen secuestro de aviones y personas, hechos de violencia y extorsiones.
En los últimos meses también se registraron flujos de desplazados colombianos, que cruzan el límite para escapar de los paramilitares.
El secuestro de un avión comercial en la zona de frontera y su posterior devolución por parte de las FARC a comienzos de agosto llevó a Chávez a declarar que podría reunirse con esa fuerza guerrillera, aun sin autorización del gobierno colombiano, para mitigar el impacto de la violencia en Venezuela.
Las declaraciones detonaron un largo intercambio de declaraciones gubernamentales, en el marco del cual Colombia defendió el principio de no intervención, mientras Venezuela reafirmaba su interés por colaborar con la paz.
El intercambio de declaraciones amainó de mutuo acuerdo a comienzos de este mes, tras una serie de contactos binacionales y ratificaciones de buena voluntad entre los dos países. (FIN/IPS/lc/mj/ip/99