Las controversias entre vecinos en la capital de Argentina por asuntos menores, como ruidos molestos, mascotas que ensucian aceras o una discoteca que altera la tranquilidad, son resueltos ahora sin necesidad de pasar por los juzgados mediante la llamada mediación comunitaria.
La nueva modalidad consiste en plantear la queja a una persona neutral a los vecinos en disputa. El mediador no aporta una solución ni asesora acerca de los derechos del afectado, sino que lo escucha y acerca a la otra parte para que en conjunto alcancen un acuerdo.
El proyecto, que en principio se aplica en casos de menor entidad, tiene como objetivo abarcar también asuntos más complejos.
Sergio Abrevaya, Coordinador del Programa de Mediación Comunitaria, explicó a IPS que la meta es armonizar la convivencia entre vecinos, mejorar su calidad de vida y lograr un cambio de mentalidad.
"La gente piensa que debe llevar sus problemas al Estado para que se los solucione, pero cuando llega a los centros de mediación se encuentra con que se le devuelve el poder de resolver el conflicto y lo ayuda a acordar con la contraparte", señaló Abrevaya.
Un indicador de esa actitud es que los centros que funcionan en los ex consejos vecinales, que eran estatales, tiene una mayor afluencia de público que el resto.
La mediación comunitaria comenzó en 1997 y funciona en Buenos Aires en 16 centros, en los que operan 32 mediadores contratados por el gobierno de la ciudad.
Desde su creación se atendieron unas 1.500 solicitudes de mediación y se calcula que los beneficiados son alrededor de 10.000. Los responsables del programa estiman que este año se duplicará la canitdad de usuarios que utilizaron el servicio en 1998.
"El nivel de eficacia de la mediación es muy alto", subrayó Abrevaya, quien informó se resolvieron más de 600 de los 969 casos presentados en 1998.
En algunos casos no se llega a acuerdos, pero no por falta de voluntad sino de recursos económicos para solucionar el diferendo.
Pero aún en esos casos los mediadores consideran cumplido el objetivo de mejorar la convivencia, ya que los vecinos se conocen y el afectado reconoce el intento de la otra parte de buscar alguna solución, aunque en ese momento no se pueda aplicar.
Los mediadores son personas capacitadas para resolver disputas sin la intervención de abogados y jueces, y su estrategia se basa en el convencimiento de que expresar el conflicto es más saludable que vivir con temor o actuar con violencia.
Si se habla del problema se reduce la tensión y mejora la convivencia, aseguran.
La misma experiencia se está realizando en escuelas primarias y secundarias, donde se trabaja con maestros, directores, padres y alumnos para que ellos mismos medien en los conflictos entre pares o con otros miembros de la comunidad educativa.
La psicóloga Rosaura Paulero, que interviene en el programa de capacitación en escuelas, explicó a IPS que la meta es disminuir el nivel de violencia, fortalecer valores democráticos y de participación.
Niños y jóvenes que participan del programa aseguran que a partir de esta experiencia la relación con sus padres o hermanos ha cambiado y perciben que los adultos les explican sus razones de otro modo y que ellos, a su vez, los escuchan desde otra perspectiva.
La experiencia se amplió desde 1998 con la llamada mediación multiparte, en la intervienen grupos de vecinos que discuten soluciones con instituciones de distinto tipo o empresas, como puede ser una discoteca muy ruidosa o un supermercado que hace su carga y descarga en una calle muy transitada.
Un ejemplo de ello es lo ocurrido con un supermercado denunciado por interferir con el tránsito en la carga y descarga de mercadería, que modificó la entrada y salida de camiones aceptando las sugerencias estético-edilicias de los vecinos para mantener el estilo arquitectónico del barrio.
Otro caso exitoso de mediación sucedió en un barrio en el que los vecinos protestaban por la acumulación de basura en un terreno aledaño al ferrocarril. La empresa de recolección consideraba que la solución al problema correspondía a otra compañía, hasta que se llegó a un acuerdo.
Para ello, los mediadores convocaron a todas las partes en disputa a una asamblea, donde la empresa acusada aceptó recolectar la basura y la firma concesionaria del servicio de trenes se comprometió a lavar la acera.
Los vecinos quedaron satisfechos con la solución alcanzada y con su demostrada capacidad para influir de manera positiva en la resolución de un problema que les afectaba de manera grave en su calidad de vida.
En esta modalidad de mediación multiparte hubo en 1998 unos 90.000 beneficiados, indicaron los coordinadores. (FIN/IPS/mv/dm/pr/99)