Mientras los socorristas escarban en los escombros dejados por el terremoto de Taiwan esta semana, científicos de China afirman que ciertas señales pueden ayudar a predecir los sismos y que han tenido bastante éxito hasta ahora.
Aunque sostienen que la predicción exacta de terremotos es imposible, los expertos destacaron varios casos en que sus advertencias sobre inminentes temblores de tierra previnieron cuantiosas pérdidas humanas y materiales.
En septiembre de 1990, antes de los 11 Juegos Asiáticos, los sismólogos informaron que imágenes satelitales infrarrojas indicaban una "anomalía térmica" en una zona media de Beijing.
En base a la energía indicada por el movimiento subterráneo, anunciaron un terremoto de tres a cuatro grados en la escala de Richter en los días siguientes.
En la mañana del primer día de los juegos, un temblor de tierra de cuatro grados sacudió la localidad de Shahe, a unos 10 kilómetros de la villa olímpica.
La Oficina Sismológica del Estado también destacó la predicción de otros sismos, incluso uno de siete grados en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China, y otro de 7,4 grados en la península de Kamchatka, en Rusia.
Y "de las siete advertencias sobre terremotos hechas en Japón en 1997, seis fueron relativamente precisas y sólo una equivocada", resaltó el sismólogo Qiang Li, de la Oficina Sismológica del Estado.
La primera predicción exitosa anunciada por sismólogos chinos fue el 4 de febrero de 1975, cuando un sismo sacudió Haicheng, en la provincia de Liaoning. Más de un millón de personas evacuaron la ciudad sólo dos horas y media antes del terremoto.
"Científicos de todo el mundo elogiaron la predicción. Fue la primera vez en la historia que se avisó con precisión sobre un sismo superior a siete grados en la escala de Richter", recordó Qiang.
Sin embargo, los científicos señalan que no hay forma de predecir los terremotos con certeza, pese a la alta tecnología satelital disponible.
"Es imposible formular la llamada 'predicción de los tres elementos': dónde, cómo y cuándo ocurrirá un gran temblor de tierra", afirmó el investigador Geng Qingguo.
En 1997, científicos estadounidenses publicaron en la revista Science su conclusión de que que los terremotos son impredecibles, ya sea con una anticipación de meses, días u horas.
No obstante, expertos chinos sostienen que la Tierra ofrece ciertas pistas sobre su actividad sísmica.
La mayor dificultad en la predicción de sismos radica en que el movimiento ocurre en el interior del planeta y no es fácil de observar.
La corteza terrestre tiene unos 30 kilómetros de espesor, y los terremotos de mediana o gran intensidad se originan a 10 o 20 kilómetros de profundidad. Hasta ahora, la exploración subterránea más profunda sólo alcanzó los 10 kilómetros por debajo de la superficie.
Pero la Oficina Sismológica descubrió aumentos abruptos de temperatura en gran parte de la superficie terrestre y la capa inferior de la atmósfera en los sitios donde ocurre un sismo. El calor se desprende del movimiento de las placas tectónicas, explicó.
Por lo tanto, "en base a estas señales y en combinación con cambios de temperatura, topografía y otros fenómenos meteorológicos, los científicos son capaces de determinar dónde, cuándo y de qué magnitud será un terremoto", sostuvo Qiang.
Todos los días ocurren movimientos de tierra. Se estima que anualmente se producen unos cinco millones de temblores, de los cuales sólo se detectan 50.000 y apenas 1.000 causan destrucción en grado variable.
Sismólogos chinos vaticinaron que, en los próximos años, un terremoto destructivo podría afectar el norte de este país.
Tras la advertencia, el Consejo Estatal decidió en julio de 1998 convertir los alrededores de la capital, Beijing, en una zona antisísmica.
El denominado "Círculo de la Capital", de 150.000 kilómetros cuadrados, tiene una alta densidad de población. Unos 60 millones de personas viven en sus 10 ciudades, entre ellas Beijing y Tianjin. (FIN/IPS/tra-en/pa/js/mlm/en/99