Un diputado afirmó hoy que existen grupos de derecha armados en Chile, a propósito de los disparos de civiles contra manifestantes en la noche del sábado último, que dejaron como resultado un muerto y cuatro heridos.
El gobierno informó, en tanto, que investiga el origen de los ataques que dieron un fin violento a la jornada relativamente tranquila del 26 aniversario del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
Boris Gatica, de 22 años, murió al recibir dos impactos de bala de desconocidos que desde un automóvil abieron fuego contra manifestantes que levantaron una barricada e incendiaron neumáticos en una avenida del sudeste de la capital.
Jaime Pichilef, también de 22 años, falleció en una barriada del sur de Santiago, a consecuencia de un ataque cardíaco provocado, según el parte médico, por un principio de asfixia a raíz de bombas lacrimógenas lanzadas por la policía de Carabineros.
En otros dos sectores de barriadas populares resultaron heridos, por disparos desde automóviles en marcha, Patricio González (28 años), Manuel Díaz (23), Joel Rertes (18) y Patricio Pizarro (15).
El diputado Rodolfo Seguel, del cogobernante Partido Demócrata Cristiano, señaló que los autores de los ataques serían miembros de grupos de extrema derecha vinculados a organismos represivos de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90).
El ministro del Interior, Raúl Troncoso, quien ejerce las funciones de vicepresidente de la República en ausencia del presidente Eduardo Frei, dijo este lunes que pese a los muertos y heridos el balance del aniversario del golpe es positivo.
Troncoso subrayó que los incidentes fueron menores en relación a otros años, en que la conmemoración del golpe de Estado se caracterizó por violentos enfrentamientos entre manifestantes de izquierda y las fuerzas antimotines de Carabineros.
Durante la dictadura, los aniversarios del cruento derrocamiento de Salvador Allende daban lugar a un amplio despliegue represivo en contra de las manifestaciones en el centro de Santiago y en las barriadas populares.
Desde comienzos de la década del 80 fueron frecuentes las muertes causadas por las noches en sectores populares, por agentes de civil que abrían fuego contra manifestantes desde automóviles sin placas de identificación.
Esta práctica pareció reeditarse el sábado último con los incidentes, que además de la muerte de Gatica y los cuatro heridos, incluyeron disparos contra un hogar de menores y la detonación de una bomba en una sucursal del Banco Santander.
Este último atentado pudo ser obra de partidarios de Pinochet, que intentarían hostigar a una empresa española, para protestar así por la probable extradición a Madrid del ex dictador, detenido en Londres desde octubre de 1998.
De acuerdo a la denuncia de Seguel, ex agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) y la Central Nacional de Informaciones (CNI) estarían detrás de los ataques registrados durante la noche del sábado.
La DINA fue el primer cuerpo de policía secreta del régimen dictatorial y actuó hasta fines de 1977, para ser sustituida por la CNI, disuelta en febrero de 1990, un mes antes de que Pinochet entregara el gobierno al presidente Patricio Aylwin.
El viceministro del Interior, Guillermo Pickering, dijo que el gobierno investiga el origen de los grupos autores de los disparos y aseguró que las autoridades están alerta ante estos casos, que "no son comunes".
Fuentes policiales señalaron que están bien encaminadas las diligencias para aclarar el homicidio de Gatica, el cual probablemente no tuvo una motivación política, pese a las aprensiones de Seguel y del gobierno.
Una de las hipótesis de la policía es que se trató de una acción de defensa de un conductor ante el bloqueo de la calle y cobro de "peaje" por parte de las personas que levantaron la barricada. (FIN/IPS/ggr/ag/ip-hd/99