El ex dictador Augusto Pinochet, sometido en Londres a un proceso de extradición a España, prefiere morir fuera de Chile antes de aceptar que se le libere por razones humanitarias, afirmó hoy en esta capital su hija Lucía.
"Mi padre entró a Gran Bretaña por la puerta ancha y quiere salir por la puerta ancha o si no prefiere morir en el extranjero", dijo Lucía Pinochet Hiriart, hija mayor del ex dictador, ante un centenar de miembros de la Fundación Pinochet.
Este martes se vivió en Londres la segunda jornada del proceso que podría culminar con la entrega a la justicia española del general retirado y senador vitalicio que encabezó la dictadura chilena desde septiembre de 1973 hasta marzo de 1990.
Rodrigo Pérez de Castro, coordinador de la Fundación Pinochet reiteró en la capital británica el pesimismo de los partidarios del ex dictador, porque en este proceso los aspectos políticos trascienden a los judiciales, según dijo.
En términos similares se manifestó el lunes el general retirado Luis Cortés, secretario ejecutivo de la Fundación Pinochet, quien estimó que finalmente deberá invocarse el deterioro físico y psicológico del ex dictador para liberarlo.
Los observadores y analistas estiman altamente improbable que el ex gobernante de facto gane el juicio en el tribunal de Bow Street, que debe limitarse a dictaminar si el pedido de extradición de las autoridades españolas es admisible.
La acusación contra Pinochet del juez español Baltasar Garzón se fundamenta en 35 casos de tortura y uno de conspiración para torturar, cometidos en Chile entre diciembre de 1988 y marzo de 1990, fecha en que finalizó la dictadura.
El 24 de marzo último el Comité de Apelaciones de la Cámara de los Lores, máximo tribunal británico, dispuso que el ex dictador chileno es imputable internacionalmente sólo a través de la Convención contra la Tortura, ratificada por Gran Bretaña en diciembre de 1988.
El gobierno de Chile comenzó este martes las gestiones para llevar ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, la contienda con España acerca de la competencia de ese país para procesar a Pinochet.
El argumento del gobierno de Eduardo Frei es que la justicia de este país tiene prioridad para juzgar delitos cometidos en Chile, más aún si desde enero de 1998 se han presentado en Santiago 45 querellas criminales contra Pinochet.
El juez Juan Guzmán, quien tramita unas 25 de esas querellas ya acogidas a trámite, enviará en los primeros días de octubre a Londres un exhorto (escrito diplomático) con un interrogatorio de 100 preguntas para Pinochet.
Esa gestión difícilmente alterará el desarrollo del proceso de extradición, que solo podría verse cuestionado si el juez Guzmán formulara cargos específicos contra Pinochet y pidiera, a partir de ahí, que se le extradite desde Gran Bretaña a Chile.
Frei y su canciller, Juan Gabriel Valdés, decidieron recurrir a la Corte Internacional de Justicia en busca de una definición de principios judiciales, sabiendo que un arbitraje en esa instancia puede prolongarse por unos dos años.
Por un tiempo similar puede extenderse el juicio de extradición en Londres, si una vez pronunciada la sentencia de primera instancia, que se espera para unas tres semanas más, las partes entran en el engorroso trámite de apelaciones.
Todos los escenarios jurídicos, en Londres o La Haya, trazan un largo camino para el eventual regreso a Chile de Pinochet, por lo cual el gobierno de Frei ve como la ruta más cercana y probable la de las razones humanitarias.
El ministro del Interior de Gran Bretaña, Jack Straw, podría otorgar clemencia al anciano ex dictador y permitir que regrese a Chile atendiendo a su deteriorada salud, si es que el tribunal de Bow Street determina finalmente que es extraditable a España.
La otra posibilidad para que Straw aplique las razones humanitarias pasa por un agravamiento de la diabetes, cardiopatías y otras enfermedades que padece Pinochet para derivar en un peligro inminente de muerte.
"Mi padre nunca ha aceptado las razones humanitarias para volver a Chile. Mi padre es un hombre digno que prefiere morir antes que regresar por razones de salud, pues entró a Gran Bretaña por la puerta ancha", recalcó Lucía Pinochet.
Esas declaraciones sugieren que el ex dictador apelará en caso de un fallo desfavorable para él en el juicio de extradición, lo cual diferirá a su vez una decisión de Straw, quien no desea interferir en el curso de ese proceso.
Las palabras de Lucía Pinochet contrastaron con anteriores declaraciones de su hermano Marco Antonio Pinochet, quien hace un mes dijo que su padre no se negaría a ser liberado por razones humanitarias. (FIN/IPS/ggr/dm/ip hd/99