El ex comandante de la Fuerza Aérea de Chile Gustavo Leigh falleció hoy para pasar a la historia como uno de los cabecillas del golpe de Estado de 1973 y primer disidente de la cúpula dictatorial en 1978.
Con el fallecimiento de Leigh, el ex dictador Augusto Pinochet, bajo arresto en Londres desde octubre de 1998, es el único sobreviente de los cuatro jefes militares que el 11 de septiembre de 1973 derrocaron al presidente Salvador Allende.
Leigh, de 78 años, ingresó el jueves último al hospital de la Fuerza Aérea en Santiago, en estado muy grave, a raíz de una nueva complicación de las secuelas que le dejaran las cinco heridas de bala que sufrió en un atentado contra su vida en 1990.
El 30 de agosto de 1996 falleció el almirante José Toribio Merino, quien tomó la comandancia de la Marina el mismo día del golpe contra Allende y fue, junto a Leigh, principal inspirador y promotor del cruento pronunciamiento militar.
Dos semanas después de Merino, el 13 de septiembre, murió el general César Mendoza, ex jefe superior de la policía de Carabineros, elevado también a ese cargo el mismo día del golpe de Estado de 1973.
La muerte de Leigh coincidió con la tercera jornada en Londres del juicio que determinará si el general Pinochet es extraditable a España, en su condición de ex dictador y ex comandante del Ejército, para ser procesado por crímenes contra la humanidad.
Leigh estaba también en la llamada lista de los "extraditables" del juez español Baltasar Garzón, quien enjuicia, además de Pinochet, a unos 40 ex altos funcionarios civiles y militares de la dictadura chilena (1973-90).
Pinochet se sumó a última hora a la conspiración para derrocar a Allende, que tuvo como sus principales gestores a Merino y a Leigh, correspondiendo a este último la decisiva planificación del bombardeo al palacio presidencial de La Moneda.
Cinco años menor que Pinochet, Leigh era el comandante más antiguo de la Junta Militar instalada tras el golpe, ya que Allende lo había nombrado a la cabeza de la Fuerza Aérea el 20 de agosto de 1973.
Pinochet, designado jefe del Ejército el 23 de agosto, hizo prevalecer el mayor peso de su arma en la Junta, apoyado por Merino, con lo cual Leigh y la Fuerza Aérea quedaron relegados en la escala de mando gubernamental.
El jefe de la aviación se dio a conocer internacionalmente al día siguiente del golpe, al proclamar que el nuevo régimen tenía como objetivo "extirpar el cáncer marxista" para barrer con la obra y los seguidores del gobierno de Allende.
Fiel a esa consigna, la Fuerza Aérea se involucró tanto como el Ejército y la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) en crímenes contra los derechos humanos durante los primeros años de la dictadura.
Las rivalidades de Leigh con Pinochet se agudizaron cuando éste último se hizo nombrar Jefe Supremo de la Nación el 27 de junio de 1974, para encabezar así el Poder Ejecutivo y dejar a la Junta Militar como órgano legislativo de la dictadura.
El jefe de la aviación postulaba una estrategia política cercana a un modelo fascista clásico, con propuestas de dotar al régimen militar de una base de apoyo popular estructurada a partir de sindicatos y otras organizaciones de base.
Pero ese objetivo fue rápidamente aventado por Pinochet, que optó por rodearse de asesores civiles conservadores en lo político y neoliberales en lo económico, para gestar un modelo grato a los grandes grupos empresariales.
La disidencia de Leigh con la dictadura llegó al límite en 1978, cuando el jefe de la Fuerza Aérea concedió una entrevista al diario italiano Il Corriere della Sera, en la cual demandó una fecha de término para el régimen militar.
El 24 de julio de ese año, Pinochet, Merino y Mendoza destituyeron a Leigh, en un golpe contra todo el alto mando de la Fuerza Aérea, ya que nueve generales pasaron a retiro con la designación de Fernando Matthei como nuevo comandante en jefe.
El cerebro del golpe de 1973 pasó a ser así "el general disidente", pero su salida no generó mayores problemas para Pinochet en el frente militar y el dictador salió a la postre fortalecido de ese episodio.
Retirado de la Fuerza Aérea, Leigh perdió protagonismo y mantuvo durante años un discreto perfil de opositor a la dictadura hasta que el restablecimiento de la democracia, en 1990, lo sorprendió dedicado a actividades empresariales.
En su oficina de corretaje de propiedades en Santiago fue atacado a balazos el 21 de marzo de 1990 por un comando de tres miembros de la llamada fracción autónoma del insurgente Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
Leigh recibió cinco proyectiles que le comprometieron diversos órganos y le significaron la pérdida de un ojo, no obstante lo cual salvó su vida, aunque con graves secuelas para su estado de salud.
En agosto de 1996 estuvo varias semanas conectado a un respirador mecánico, en la que fue su penúltima batalla contra la muerte en una lucha que perdió finalmente este miércoles. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/99