Los militares de Chile, que se negaban a apelar a razones humanitarias para pedir la liberación del ex dictador Augusto Pinochet, detenido en Londres, aceptan ahora ese argumento del gobierno de Eduardo Frei, admitió hoy en Roma el comandante en jefe de la Armada, Jorge Arancibia.
El juicio de extradición de Pinochet de Londres a Madrid, solicitada por el juez español Baltasar Garzón, se inició este lunes.
En la conferencia de prensa que ofreció este lunes en la embajada de Chile en Italia, el almirante Arancibia no pudo referirse a su visita a este país, que comenzó el sábado y concluirá el próximo lunes, pues las preguntas de los periodistas se refirieron solo al caso Pinochet.
El comandante de la marina chilena atinó a explicar que su visita se debe a la aspiración de las Fuerzas Armadas de su país a "reforzar el eje (las relaciones) con Francia, Alemania e Italia".
Analistas atribuyen esta estrategia al deterioro de las relaciones entre Chile, España y Gran Bretaña a causa de la detención de Pinochet en una clínica de Londres el 16 de octubre de 1998, en respuesta a la orden de captura internacional dictada por Garzón.
Las Fuerzas Armadas chilenas respaldarán las resoluciones del gobierno de Frei en torno del caso, sea cual sea, aseguró Arancibia.
El militar chileno afirmó que se había olvidado, a causa de la emoción, de referirse a la situación de Pinochet ante el papa Juan Pablo II en la audiencia que el pontífice le concedió el domingo en su residencia veraniega de Castelgandolfo, 30 kilómetros al sur de Roma.
Las preguntas sobre el buque escuela chileno La Esmeralda, que arribó el sábado a Italia y que, según numerosas denuncias, fue un centro de detención y torturas durante la dictadura de Pinochet (1973-1980), molestaron a Arancibia.
El diario italiano La Repubblica publicó la semana pasada testimonios de personas detenidas y torturadas en La Esmeralda después del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973.
Arancibia minimizó las denuncias del diario y dijo desconocer si hubo torturas en La Esmeralda, si bien reconoció que el barco fue un centro de detención.
Chile "vivió un estado de excepción muy particular, donde se requirió concentrar una cantidad grande (en centros de detención) de la noche a la mañana, situación que se vive de tanto en tanto en Europa con los refugiados", afirmó.
La Esmeralda fue elegido como un centro de detenciones porque "tenía condiciones más favorables de comodidad" y "era más adecuado" que "un estadio, por ejemplo", explicó.
El principal recinto deportivo de Santiago, el Estadio Nacional, fue, sin embargo, un campo de detención.
Arancibia también dijo desconocer si hubo detenidos arrojados al mar desde aviones y buques, como denuncian organizaciones de derechos humanos e incluso militares chilenos ya retirados.
Sobre un incidente en Malta el 2 de agosto, en el que fue acuchillado un nacional de ese país y donde fueron involucrados cuatro marinos de La Esmeralda, Arancibia afirmó que la Armada acatará la decisión de los tribunales y del gobierno chileno en caso de un pedido de extradición.
Manifestó, sin embargo, que dos de los cuatro marinos acusados por la justicia de Malta no participaron en el incidente.
La Esmeralda zarpará este martes hacia Niza, Francia, en un viaje que incluye 16 países y que se inició el 8 de mayo. La embarcación arribará de regreso al puerto chileno de Valparaíso el 19 de diciembre. (FIN/IPS/jp/mj/ip hd/99