Bajo el principio de que "el que contamina, paga", los municipios de Chile proponen un plan para limpiar Santiago, basado en restringir el uso de los automóviles y encarecer la instalación de industrias en la capital.
La propuesta de la Asociación Chilena de Municipalidades será presentada a la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama), que el día 29 iniciará una serie de reuniones con autoridades locales de la región metropolitana.
En estos encuentros se recogerá la experiencia de los 17 municipios, de un total de 35, que están comprendidos en el sistema de medición permanente de la calidad del aire en Santiago a través de estaciones de control.
Con cinco millones de habitantes, la capital de Chile es una de las metrópolis más contaminadas de América Latina, junto a Ciudad de México y Sao Paulo, con frecuentes periodos de alerta y preemergencia ambiental.
Los sucesivos planes de descontaminación aplicados desde 1990 no dieron resultados, según el diagnóstico de ecologistas y de la Cámara de Diputados, aunque el gobierno insiste en que se logró un mejoramiento relativo de las condiciones ambientales.
El planteamiento de los municipios recoge demandas de los ambientalistas, en el sentido de castigar el uso de automóviles particulares y favorecer el transporte público, como asimismo al promover el traslado de industrias a otros puntos del país.
La propuesta municipal apunta a establecer cobros especiales para la circulación de vehículos por algunas vías de la capital y a crear un impuesto adicional para la gasolina, como mecanismos para desincentivar el empleo del automóvil.
De acuerdo al plan, las industrias que se establezcan en otras regiones tendrán beneficios tributarios adicionales, podrán recibir terrenos fiscales en comodato y gozarán de subsidios para contratar mano de obra y capacitar a su personal.
La Asociación Chilena de Municipalidades plantea que a través de estos mecanismos será mas caro para los empresarios mantener industrias en la región metropolitana, lo cual propiciaría su desplazamiento a regiones más alejadas.
Las medidas planteadas tienen una relación directa con los esfuerzos de descentralización del desarrollo en Chile, indicó Gonzalo Duarte, alcalde de la comuna santiaguina de La Florida y presidente de la asociación.
Las recaudaciones captadas mediante la tasa adicional a la gasolina y los castigos tributarios para las industrias que permanezcan en Santiago servirán, a su vez, para financiar tareas previstas en el plan de descontaminación de la capital.
El último plan, iniciado en 1997, contempla 104 acciones orientadas a descontaminar, desde el desarrollo de un sistema de transporte no contaminante hasta la pavimentación de calles suburbanas y la plantación masiva de árboles.
Duarte señaló que uno de los mayores inconvenientes para el cumplimiento del plan ha sido la falta de recursos, ya que las medidas son generalmente postergadas a la hora de asignarles recursos en el presupuesto del Estado.
Según los municipios, se hace necesario también iniciar un debate nacional sobre el asunto, orientado a obtener apoyo para medidas que a primera vista resultan poco populares, como el impuesto extra a la gasolina.
El debate se apuntará igualmente a obtener consenso de todos los sectores políticos sobre la necesidad de impulsar la descentralización como una forma efectiva de descontaminar Santiago, puntualizó el alcalde Duarte.
En el curso de este año, la capital ha tenido 11 estados de alerta ambiental, contra 22 registrados en 1998, en tanto se consignan 14 declaratorias de preemergencia contra 12 del año anterior, mientras en cada año hubo una emergencia. (FIN/IPS/ggr/mj/en/99