El ministro de Hacienda de Brasil, Pedro Malán, debió oir a un compañero de gabinete, el titular de Desarrollo, Clóvis Carvalho, afirmar que "el exceso de cautela es otro nombre para la cobardía", en una alusión a la política económica del gobierno.
El comentario fue pronunciado el jueves en un seminario público organizado por el partido del presidente Fernando Henrique Cardoso, pocas horas después de que Malán defendió ante un grupo de senadores la política económica del gobierno.
Sentados juntos durante el seminario titulado "Estabilidad con desarrollo" organizado por el Partido Social Demócrata Brasileño (PSDB), Malán y Carvalho expusieron visiones opuestas sobre los próximos pasos que debe dar la economía brasileña.
Malan habló primero. "El desarrollo económico y social debe hacerse con estabilidad, con responsabilidad fiscal y con el aumento de la eficiencia operacional de los tres niveles de gobierno", dijo, reiterando posiciones ya conocidas.
"No somos mercaderes de ilusiones" y "tenemos que superar esa tentación del discurso fácil y tratar seriamente nuestros problemas", agregó.
Carvalho replicó de inmediato que los "ajustes no pueden ser entendidos como una camisa de fuerza para las iniciativas tendientes al desarrollo, del mismo modo que responsabilidad no debe ser sinónimo de timidez ni conformismo con resultados mediocres".
El "desarrollo tiene que traducirse en renta y empleo", enfatizó.
"¿Estaremos haciendo todo lo que podemos? Los ejemplos son muchos, pero ¿serán suficientes para enfrentar la iniquidad? Se puede, sí, osar más, arriesgar más. El exceso de cautela, a esta altura, sería otro nombre para la cobardía", sostuvo Carvalho.
El ministro del Desarrollo definió los dos campos en que se divide el gobierno. "De un lado, lo que tenemos es un equipo que prioriza el ajuste macroeconómico. Del otro, aquellos que consideran que la modernización de las actividades productivas exige la inducción por parte del Estado", explicó.
"Apresurar el paso hacia la recuperación del crecimiento no traerá el apocalipsis", aseguró.
"En los últimos meses vimos que, sin crecimiento, tendremos inestabilidad política. Y esa inestabilidad política terminará por contaminar la propia estabilidad económica. Siendo así, debemos osar más, arriesgar más, arriesgar hasta el límite de la responsabilidad", concluyó Carvalho.
Desde la campaña electoral del año pasado, que concluyó en octubre con la reelección de Cardoso, no se oía una crítica tan contundente a la política económica del gobierno. Lo peculiar del caso es que correspondió a un hombre de la confianza personal del presidente.
Los comentaristas políticos han elaborado de inmediato tres hipótesis. Según la primera, el ministro Carvalho, con poca experiencia como orador, simplemente se habría equivocado y dicho lo que no pensaba. Pero el discurso estaba escrito con anterioridad.
La segunda es que en el seno de la socialdemocracia se haya decidido dar estado público a la guerrilla interna entre "estabilistas" y "desarrollistas".
Carvalho se habría convertido así en el nuevo portavoz del desarrollismo, puesto vacante desde la muerte del ministro de Comunicaciones, Sergio Mota, y de la forzada renuncia de su sucesor, Luis Carlos Mendonça de Barros.
La tercera, más retorcida, supone que el presidente Cardoso ya decidió cambiar el rumbo de la política económica y estaría "friendo" al ministro Malan a través de Carvalho.
"Freír" significa, en el argot de los políticos brasileños, exponer al desgaste público a un funcionario al que es necesario desprestigiar antes de destituir.
La personalidad del presidente da verosimilitud a esta última hipótesis. Poco dispuesto a tomar decisiones drásticas, Cardoso prefiere caminos más sinuosos para librarse de funcionarios que ya no le son útiles.
Sin embargo, la reacción presidencial fue inmediata, aunque solicitada por el ministro Malan.
El portavoz de la presidencia subrayó que "la estabilidad continúa siendo la piedra fundamental del desarrollo", y agregó que "el presidente no necesita repetir nuevamente que el ministro Pedro Malan cuenta con su total apoyo".
La lógica mandaría que el ministro Carvalho se retire del gobierno, que no puede tener dos discursos opuestos. Pero nadie cree en esa posibilidad.
Lo que no se puede evitarse es recordar la pregunta del gobernador de Rio de Janeiro, Antony Garotinho, a Malán. "Usted habla de mediano y largo plazo, ministro, pero ¿qué seguridad tiene de que mañana todavía estará en su cargo?", inquirió. (FIN/IPS/rb/mj/ip if/99