BOLIVIA: Mercedes Sosa le cantó a la guerrillera Juana Azurduy

La cantante argentina Mercedes Sosa se robó el VI Festival Internacional de la Cultura, realizado esta semana en Sucre, con un homenaje a Juana Azurduy de Padilla, guerrillera de la independencia boliviana.

Sosa fue el atractivo principal del Festival de Sucre, y en su único concierto hizo cantar, bailar, emocionarse y llorar a más de 10.000 personas que rebasaron la capacidad de un pequeño teatro al aire libre de esta ciudad de menos de 100.000 habitantes, capital oficial de Bolivia.

Sucre está situada a 2.800 metros sobre el nivel del mar, 580 kilómetros al sur de La Paz, que es la sede del gobierno.

Adultos que hace tres décadas identificaban en sus canciones una referencia de las luchas por las utopías, y también adolescentes que querían conocer a "La Negra" que tanto conmueve a sus padres, cantaron las 23 canciones interpretadas en el espectáculo.

Durante los tres días que permaneció en Sucre, Sosa se encontró a cada paso con gente de todas las edades que quería autógrafos, fotos con ella, tocarla o simplemente seguir su lento paso mientras la cantante cumplía una agenda cultural que incluyó una visita al lugar donde descansan los restos de Azurduy.

"Muchas cosas debe haber dejado en el camino Juana Azurduy, pero volvió a su patria como yo a la mía. Desde mi patria pude comprender todas las patrias del mundo, todas las luchas de nuestra Latinoamérica", dijo la artista, refiriéndose a la heroína boliviana.

Azurduy, llamada "la teniente coronela de la independencia", fue un personaje clave en las luchas de la emancipación boliviana del dominio colonial español. En 1820 se asiló en Buenos Aires y luego retornó a Sucre, donde murió en 1862.

Una canción de homenaje a Azurduy integra el repertorio de Sosa desde los años 60.

La cantante se emocionó al ver un retrato de la guerrillera en la Casa de la Libertad, donde Bolivia nació a la vida republicana en 1825, y comentó que la imagen del rostro de Azurduy "irradia fuerza y tristeza".

El edificio de la Casa de la Libertad se conserva intacto y con todos sus elementos originales de la época colonial, y allí se conservan las firmas y los sables de Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, el primero y el segundo de los presidentes del país, respectivamente.

Sosa demostró en el escenario por qué se mueve como un pez en el agua entre dos generaciones: a los mayores los conquistó con cuecas y huayños del repertorio boliviano que ella grabó en sus primeros discos, las zambas y chacareras del argentino Atahualpa Yupanqui y las canciones de la chilena Violeta Parra.

A los más jóvenes los sedujo con "Años" y "Unicornio", de los cubanos Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, respectivamente, "Razón de vivir", del argentino Víctor Heredia, y varios clásicos del repertorio original de los argentinos Charly García y León Gieco.

El repertorio de Sosa ha acumulado tantas canciones y géneros, durante su larga carrera, que la artista siempre tiene una respuesta para el auditorio más exigente.

"La mía es una carrera enorme con proyectos que se realizan casi siempre. Creo que todo se lo debo a la tenacidad de tener respeto por la gente, de creer en mis convicciones, de tener una ideología y creer en la de los demás. Mi camino ha sido clarito para los demás", declaró la artista.

Sosa, apasionada por las ideas de la izquierda de antes, proclama su tenaz persistencia ideológica a la primera provocación periodística.

"Nadie puede vivir sin tener contacto con los demás. Vi el fracaso del comunismo, pero la izquierda va mucho más allá de la cosa práctica. Es la ideología de quienes creen que el mundo tiene que cambiar porque está mal hecho. Poder elegir gobernantes democráticamente no significa que hayamos terminado con la pobreza", afirmó.

La cantante opinó que los niños y ancianos son los más desprotegidos mientras el mundo se acerca a un nuevo milenio. "Son los que más han sufrido. Lo hemos visto en las guerras de Bosnia, Sarajevo y Africa", señaló.

Sosa contó que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) le ofreció un nombramiento como Embajadora para las Adolescentes y Niñas.

El trabajo de la cantante para el Unicef consistirá en buscar soluciones para problemas como el de las madres de corta edad sin compañeros, cuyo número en América Latina es el mayor del mundo.

Antes de partir, prometiendo volver, Sosa habló del juicio al ex dictador chileno Augusto Pinochet, y dijo que su destino estuvo marcado "desde el primer momento en que cometió atrocidades y crímenes contra los derechos humanos". (FIN/IPS/ac/mp/cr/99

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