/BOLETIN/INTEGRACION/ VENEZUELA: Una autopista fluvial en el horizonte

Los ríos Orinoco y Apure forman un eje a través de Venezuela con caudales que alimentan el sueño de una autopista fluvial, transformada al borde del siglo XXI en una prioridad del gobierno.

La Corporación Andina de Fomento (CAF) prevé desembolsar a partir de octubre 10 millones de dólares para complementar años de estudios, que a partir del 2000 deberían transformarse en obras para garantizar la navegación fluvial.

El gobierno de Hugo Chávez enarbola el "Proyecto Orinoco- Apure" como una de sus obras clave, argumentando la necesidad de potenciar el desarrollo en el centro y el sur del país, poco habitado, aislado y con escasas oportunidades económicas.

La autopista fluvial es considerada una vía de acceso y transporte que permitiría impulsar los negocios y el poblamiento en una región con desaprovechado potencial agrícola, minero, forestal, petrolero y pesquero.

Uno de los extremos de este eje fluvial está ubicado en el extremo noreste de Venezuela, en la desembocadura del poderoso río Orinoco.

La vía fluvial sigue el curso del Orinoco hasta la parte central del país, donde tomaría el curso del río Apure hasta el extremo occidental del país, junto a la frontera con Colombia.

El proyecto considera la posibilidad de extender el alcance de la vía fluvial por el Orinoco hacia el extremo sur de Venezuela y luego hasta Brasil, y así mismo se estudian posibles conexiones con vías de comunicación del lado colombiano.

Pero antes será necesario invertir los recursos necesarios para lograr que en cinco años existan las condiciones para garantizar 12 meses de navegación a las grandes balsas o "gabarras" capaces de cargar hasta 3.000 toneladas.

La CAF, organismo financiero de fomento al desarrollo de la Comunidad Andina de Naciones, de la cual forma parte Venezuela junto a Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, ha planteado que este tipo de proyectos tienen desarrollo a largo plazo.

Los recursos de la institución andina deberán detectar necesidades de dragado, de regulación de afluentes, y de habilitación de embarcaderos.

El gobierno ha precisado que la vía fluvial será complementada con inversiones viales e incluso ferroviarias, en un país donde los trenes son casi inexistentes, para generar una red interconectada de transporte.

La prioridad que le asigna la administración de Chávez al proyecto se hizo evidente en julio, cuando el Ministerio de Transporte descartó la construcción de un nuevo ramal del tren subterráneo en la capital para desviar recursos hacia el Orinoco- Apure.

La medida, que provocó numerosas críticas en Caracas, fue fundamentada sobre la base de la necesidad de invertir en la desconcentración del país.

El eje Orinoco-Apure siempre ha estado en la mente de estrategas venezolanos, pero comenzó a tomar una forma más concreta desde la década del 80 cuando fue considerado esencial para reordenar el territorio.

Venezuela tiene 23 millones de habitantes, 80 por ciento de los cuales viven en las grandes ciudades, en su mayoría ubicadas cerca del norte costero.

Los partidarios de la vía fluvial por el sur del país aseguran que la posibilidad de transportar los productos atraerá inversiones, hara viables numerosas actividades económicas y permitirá el poblamiento de una extensa región.

Se espera que se genere un sistema de pequeñas ciudades basado en las poblaciones ya existentes en la zona, alimentadas por esta fuente de progreso.

"Nuestra meta es tratar es que todas estas poblaciones se vinculen nuevamente al río", comentó Gilberto Buenaño, asesor del Ministerio de Planificación.

Buenaño destacó en una entrevista con el vespertino El Mundo que el proyecto gubernamental es integral, y también considera la necesidad de contar con salud, comunicaciones, educación, vivienda e infraestructura para atraer nueva población.

Pero el proyecto también convoca a los escépticos, quienes dudan que el potencial económico de la región reaccione automáticamente a la habilitación del proyecto fluvial.

Y queda pendiente el desafío de incorporar a inversionistas privados como actores importantes de esta vía, que deberá demostrarles si, más allá de los cálculos y estudios aparentemente infalibles, es un buen negocio. (FIN/IPS/lc/tr dv/99

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