El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, realizó esta semana una cruzada para aclarar los alcances de su proyecto político en Estados Unidos, y regresó confiado en haber cumplido esa misión.
"A nombre de Venezuela fuimos, explicamos y regresamos", comentó Chávez en la noche del jueves, al regresar de un viaje de tres días a Washington y Nueva York, que tuvo una intensa agenda, partiendo por su intervención ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El presidente venezolano comentó que "van desapareciendo, si es que aún quedan, las dudas, los rumores, las incertidumbres" sobre un país donde "está en marcha un proceso de restablecimiento de la democracia".
El gobierno ha atribuido a la confusión y la mala información las señales internacionales de preocupación por el destino democrático de Venezuela, que además recercuten directamente sobre potenciales inversionistas.
"En Venezuela se ha respetado, se está respetando y se va a respetar la esencia de un proceso democrático", dijo el mandatario venezolano en su primer discurso ante una Asamblea General de la ONU el martes.
Chávez también se reunió con el presidente Bill Clinton. El contenido de la entrevista no fue divulgado, pero trascendió que además de la situación venezolana conversaron sobre el conflicto colombiano y la cooperación antidrogas.
La agenda del mandatario venezolano en Nueva York y Washington incluyó encuentros con actores de la economía, dirigentes políticos, medios de comunicación y representantes al sistema interamericano.
En todos los casos precisó la naturaleza de un proceso de cambios que él mismo define como "revolución pacífica y democrática", que justifica por la necesidad de superar una crisis generalizada.
Chávez, un teniente coronel retirado, asumió el poder en febrero de este año enarbolando como principal proyecto político la convocatoria a una Asamblea Constituyente, con la misión de redefinir la democracia venezolana.
En la ONU destacó el carácter democrático de su elección como presidente y señaló que la convocatoria a la Asamblea se decidió por referendo y sus miembros fueron elegidos en comicios generales el 25 de julio.
Los partidarios de Chávez obtuvieron 92 por ciento de los puestos constituyentes, como reflejo de la gran popularidad del mandatario, quien en 1992 había encabezado un fallido golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez.
La misión de la Asamblea es redactar una Constitución para el año 2000, pero su primer mes de actividades estuvo dedicado a atender la emergencias que afecta a los poderes públicos, lo que generó un clima de tensión política y contribuyó a proyectar una imagen de conflictividad hacia el exterior.
Chávez explicó la necesidad de convocar la Asamblea Constituyente para transformar un sistema político "tan desgastado que no tenía mecanismos para renovarse a sí mismo".
El proceso venezolano recibió algunos apoyos importantes en Estados Unidos.
"Estamos frente a una nueva concepción de la democracia", manifestó el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria. "La terapia que usted le aplica a Venezuela está dirigida a resolver el grave distanciamiento entre los ciudadanos y los centros de poder".
El ex secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger visitó a Chávez y le manifestó su interés por visitar Venezuela, argumentando que este país "puede hacer una gran contribución a la democracia".
Más allá de las explicaciones políticas, el viaje de Chávez y sus ministros también tenía como objetivo despejar las dudas en el campo de la economía, especialmente para enfrentar críticas que apuntaban hacia la falta de una estrategia definida.
"Estamos muy claros hacia dónde queremos llevar la economía", dijo el presidente venezolano cuando habló ante la Cámara de Comercio estadounidense, y aseguró: "Amigos, estamos en recuperación".
"No se asusten, no tengo intenciones de cerrarle las puertas a los inversionistas extranjeros. Al contrario, quiero trabajar con ustedes para que me ayuden a sacar de la pobreza al pueblo venezolano", afirmó ante los empresarios.
El diario El Universal, de Caracas, comentó que si bien Chávez recibió aplausos cerrados en la Cámara de Comercio, sus ministros del área económica fueron criticados por "falta de precisión".
Venezuela sufre una profunda crisis económica. La visita de Chávez a Washington coincidió con la emisión de un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), según el cual este país tendrá un retroceso de 7,6 por ciento en su producto interno bruto (PIB) al concluir 1999.
El mandatario venezolano anució que insistirá en la campaña para explicar el proceso venezolano y sus posibilidades de recuperación al mundo. La próxima semana, realizará una breve gira por Alemania e Italia, y el 9 de octubre emprenderá un viaje de dos semanas por países de Asia. (FIN/IPS/lc/ag/ip/99