Estados Unidos se dispone a aumentar su ayuda militar a Colombia pese al temor, incluso de colaboradores del presidente Bill Clinton, de que la medida provoque una escalada en la guerra civil y requiera una mayor intervención de Washington.
El gobierno todavía debate el monto de la ayuda que otorgará a las Fuerzas Armadas de Colombia, pero su decisión la semana pasada de reorientar al ejército colombiano 50 millones de dólares este año confirma un cambio general de estrategia, según analistas estadounidenses.
"Se trata de una señal inquietante", advirtió Winifred Tate, especialista en asuntos colombianos de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés), una organización defensora de los derechos humanos.
"Esto es una prueba más del apoyo directo de Estados Unidos a la contrainsurgencia, y no sólo a la lucha contra el narcotráfico", agregó.
Al mismo tiempo, legisladores republicanos, que acusaron al gobierno de ser demasiado tímido en su ayuda al ejército colombiano en el pasado, revelaron su propuesta de gastar casi 1.500 millones de dólares en ayuda militar en los próximos tres años.
El anuncio de los legisladores se produjo tras una reunión con el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, quien dedicó parte de su visita a Washington, esta semana, a recabar apoyo para una propuesta de paquete de emergencia para hacer frente a la crisis que afecta a su país.
El paquete comprendería 7.500 millones de dólares a desembolsar durante tres años.
De ese total, Pastrana espera obtener unos 3.500 millones de dólares de donantes extranjeros, incluso cientos de millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, todos con sede en Washington.
Durante su visita, Pastrana se reunió con los presidentes de las tres instituciones financieras multilaterales.
"Ofreceremos una significativa ayuda financiera para demostrar que Colombia puede contar con nuestro apoyo", declaró el jueves el director gerente del FMI, Michel Camdessus.
Pastrana pretende que Estados Unidos le otorgue 2.200 millones de dólares. Aunque no obtuvo compromisos específicos del gobierno esta semana, es probable que Washington prometa entregar al menos 1.500 millones de dólares en tres años, según fuentes gubernamentales.
"El presidente Clinton se comprometió a ayudar. Creo que se trata de un primer paso muy bueno", declaró Pastrana el miércoles al programa de televisión Newshour, antes de su regreso a Bogotá.
Colombia recibirá unos 300 millones de dólares en ayuda estadounidense para su ejército y policía este año, lo que la convierte en el tercer mayor receptor de fondos de Estados Unidos del mundo, luego de Israel y Egipto.
Los múltiples problemas del país sudamericano, entre ellos su peor crisis económica en 70 años, lo colocaron en lo alto de la agenda de Washington sobre las Américas desde que Pastrana asumió la presidencia, hace 13 meses.
Colombia es además el mayor proveedor de cocaína y heroína de Estados Unidos. En los últimos 20 años, los sucesivos gobiernos otorgaron decenas de millones de dólares a Bogotá para ayudarle a combatir el cultivo y el tráfico de drogas.
Pero hasta hace poco, Washington negaba ayuda al ejército colombiano, que tiene unos de los peores antecedentes de toda América en materia de derechos humanos en la última década. Además, Washington cree que altos oficiales del ejército están involucrados en el narcotráfico.
Estados Unidos proveyó en los últimos tiempos una creciente ayuda a la Policía Nacional Colombiana, que tiene antecedentes más limpios en materia de derechos humanos y encabeza la lucha contra las drogas.
Pero la situación se complicó por el crecimiento en los últimos años de los dos principales grupos guerrilleros de Colombia, que ahora controlan cerca de 40 por ciento del territorio nacional, y su supuesta protección y fiscalización de la producción de drogas en las zonas bajo su control.
Políticos radicales de Bogotá y Washington sostienen que los rebeldes están tan vinculados al narcotráfico que se han convertido en "narcoguerrilleros", y como tales, son objetivos legítimos de los esfuerzos contra las drogas.
La policía no puede hacer frente sola a los guerrilleros, agrega el grupo encabezado por el jefe de la oficina antidrogas de la Casa Blanca, general Barry McCaffrey, altos oficiales del Comando Sur del ejército y legisladores republicanos.
Por esta razón, desean incrementar la ayuda económica al ejército y la policía de Colombia.
Originalmente, Washington respaldó plenamente los esfuerzos de Pastrana para realizar negociaciones de paz con el mayor grupo insurgente de su país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuando tomó el poder en agosto de 1998.
La idea era que, si se pudiera alcanzar un acuerdo de paz, gran parte del área dedicada a la producción de coca y opio para exportación podría utilizarse para cultivar productos legales.
Pero los esfuerzos para iniciar negociaciones serias con las FARC se vieron frustrados, y las concesiones realizadas por Pastrana para sentar a los rebeldes a la mesa, entre ellas el otorgamiento del control de un territorio del tamaño de Suiza en el centro de Colombia, no lograron poner en marcha el proceso de paz.
El asesinato de tres ambientalistas estadounidenses por un comandante de las FARC, los secuestros cometidos por otros grupos guerrilleros y el uso del territorio otorgado a los rebeldes para lanzar una ofensiva militar fortalecieron los argumentos de aquellos que sostienen que el proceso de paz es una utopía.
Ese mismo grupo de opinión afirma que, hasta que los rebeldes deban enfrentarse a un ejército reformado y fortalecido, no negociarán la paz seriamente.
El cambio de política de Washington la semana pasada sugiere que el gobierno se inclinó por ese modo de pensar, según analistas colombianos.
De los 60 millones de dólares adicionales asignados a Colombia, 50 se utilizarán para equipar y entrenar a un nuevo batallón antidrogas de 900 hombres, y otra parte a la compra de helicópteros, a solicitud de los republicanos.
Se prevé la formación de otros dos batallones, que también serían equipados e instruidos por Washington.
La administración de Clinton anunciará su respuesta oficial al pedido de Pastrana en las próximas dos semanas, según se estima. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/mlm/ip/99