El calificativo de "sinvergüenza" dado por el ministro de Defensa de Paraguay, Nelson Argaña, al presidente de Argentina, Carlos Menem, se convirtió en la causa principal del congelamiento del vínculo entre los dos países.
El deterioro comenzó a fines de marzo, con el otorgamiento por parte de Buenos Aires de asilo al ex golpista paraguayo Lino Oviedo, a lo que siguió el 2 de septiembre la respuesta negativa al pedido de extradición planteado por Asunción.
Oviedo es acusado de la supuesta autoría intelectual del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña y el de al menos ocho manifestantes en la plaza del Congreso de Asunción en marzo.
El ministro Argaña, hijo del asesinado vicepresidente, criticó en duros términos a Menem por proteger a Oviedo, y el gobierno de Luis González Macchi se niega a pedir disculpas, lo cual es planteado por el de Argentina como condición para dialogar en procura de una solución a la crisis.
Oviedo esta asilado en una residencia en Moreno, localidad de la provincia de Buenos Aires.
Menem decidió el jueves trasladarlo al sur del país a pedido del gobierno paraguayo, para impedir que mantuviera contactos con sus seguidores, luego de que concediera una entrevista al diario La Nación, de Buenos Aires.
Oviedo admitió en el reportaje publicado el miércoles su deseo de volver a Paraguay y se manifestó confiado en su capacidad de "ganar las elecciones a todos (sus adversarios) juntos" si se le permitiera presentarse una candidatura.
El ministro del Interior de Argentina, Carlos Corach, dijo que, ante el agravio de Argaña, "corresponde una disculpa" por parte de Paraguay, ya que se habría vulnerado "la dignidad del presidente Menem y de todos los argentinos" al descalificarlo.
"Es insólito que un funcionario se haya pronunciado en esos términos sobre el presidente de un país amigo", remarcó Corach, un día después de un segundo intento frustrado de reunir a Menem con González Macchi para superar las diferencias entre los dos países socios del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Menem y González Macchi preveían reunirse hace menos de dos semanas en Iguazú, localidad de la provincia argentina de Misiones. La cumbre se suspendió pocas horas antes por la negativa del paraguayo a expresar una disculpa pública de su gobierno por los dichos del ministro Argaña.
La segunda reunión fallida fue el martes en Nueva York, en el marco de las deliberaciones del período anual de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. Según trascendió, los cancilleres allí reunidos, no lograron acuerdo en torno del texto de comunicado conjunto.
Sin embargo, Corach y el secretario general de la presidencia argentina, Alberto Kohan, intentaron minimizar el fracaso al señalar que no había una reunión prevista, y que los ministros solo se reunieron para buscar una solución en la que se empiece por rectificar las ofensas.
En ese contexto, Menem volvió a justificar la negativa a extraditar a Oviedo sobre la base de pactos internacionales que prohíben dar curso a un pedido de extradición después de haberse otorgado asilo político al acusado, como en este caso.
El presidente argentino dijo comprender el dolor del hijo de Argaña, pero consideró que esa comprensión "no llega a tanto como para dejar pasar un agravio gratuito". "Los cancilleres están trabajando en un texto que equilibre las cosas", remató.
En tanto, un diplomático paraguayo presente en Nueva York, José Martínez Lezcano, sostuvo que es difícil que el gobierno de González Macchi acceda a presentar sus disculpas, y estimó que la tirantez podría mantenerse hasta que comience el próximo período de gobierno en Argentina, el 10 de diciembre. (FIN/IPS/mv/mj/ip/99