JOHANNESBURGO – Un joven abogado del gobernante Congreso Nacional Africano lucha por recuperar la confianza de los sudafricanos en la justicia penal, otrora instrumento del apartheid.
Bulelani Ngcuka encabeza la Dirección Nacional de la Fiscalía Pública, oficina establecida hace un año para administrar el sistema judicial penal y hacer frente a la criminalidad, que no deja de crecer desde 1994.
Antes, Ngcuka era jefe del grupo parlamentario del CNA. Procede de la provincia de Cabo Occidental, adonde retornó a comienzos de esta década de su exilio en Europa.
En la actualidad, Ngcuka es uno de los políticos más poderosos de Sudáfrica. Sus esfuerzos por erradicar el crimen organizado, por infundir un espíritu de orgullo al sistema penal y administrar las cortes con eficacia le valieron gran prestigio.
Por otra parte, sus críticos advierten que su mano de hierro con el crimen puede afectar las libertades individuales garantizadas por la Constitución.
Sin dejarse amedrentar por las críticas, Ngcuka infundió aire fresco al moribundo sistema de la justicia penal. En primer lugar, se aseguró de ser responsable directamente ante el presidente, y en segundo lugar, de que sus éxitos sean bien publicitados. —-