El título del último disco del pianista estadounidense Horace Silver, "Jazz has a sense of humour" (El jazz tiene sentido del humor), puede sorprender a algunos, pero indica una nueva tendencia entre los compositores del género.
Silver, de 71 años, acaba de grabar algunas de las mejores composiciones de jazz que se encuentran en los cancioneros, entre ellas "Filthy McNasty" y "The Jody Grind", y quiere demostrar a toda costa que este tipo de música es divertida.
Sin embargo, es posible que tenga que librar una ardua batalla para convencer al público estadounidense, que rechaza al jazz acústico y prefiere las variantes más comerciales que se escuchan en la radio, o directamente lo toma como una versión moderna de la música clásica.
Algunos músicos, con Wynton Marsalis a la cabeza, producen un jazz tan estricto y formal como la música clásica europea. El trompetista, director de la Lincoln Centre Jazz Orchestra, es uno de los que llevó el jazz a las salas de concierto.
El jazz no figura en las listas de los más escuchados en este país desde hace 11 años, cuando la composición a capella de "Don't worry, be happy" de Bobby McFerrin, con sus efectos vocales extraños y un video con él y Robin Williams, ocupó el primer lugar en la lista de éxitos Billboard.
Nueve composiciones nuevas con títulos como "Ah-Ma-Tell" y "I love Annie's big fat Fanny", a cargo de Silver, dejan entrar un poco de aire fresco al ambiente del jazz, al que los jóvenes perciben como un poco enrarecido.
El disco de Silver, producido por el sello Verve, presenta varios temas fuertes y agitados con títulos divertidos, que invitan al oyente a cantar solo, ya que el álbum es instrumental.
Silver incluyó en el disco un librillo con las letras que compuso para los temas musicales, un acompañamiento ingenioso para las melodías que toca con su quinteto.
La letra de "Gloria", por ejemplo, es una declaración de amor a una mujer llamada Gloria, "ya sea que te encuentres en Queens o en Astoria", mientras sigue la sinuosa melodía de la trompeta de Ryan Kisor.
Silver presenta una letra bastante antojadiza para rendirle honores al gran "trasero" de una tal Annie, y una suite de tres canciones dedicadas a mujeres con distintos tipos de cuerpo que se llaman "Too much mama" (Demasiada mujer), "Not enough mama" (Poca mujer), "Just right mama" (La mujer justa).
La insistencia con el cuerpo femenino en las letras que propone Silver está bastante pasada de moda en la década del 90, pero el compositor aclara que el disco propone una revisión de una época pretérita, cuando el jazz era divertido.
El disco de Silver está dedicado a "Fats" Waller, el brillante compositor que unió humor y tragedia en canciones como "Ain't Misbehavin" y "What Did I Do (To Be So Black and Blue)".
El cuidado y cariño que puso Silver para hacer su disco, que se nota desde el agregado del cancionero hasta la imagen del quinteto impresa en la cubierta, se contradice con la seriedad del esfuerzo por hacer que el jazz parezca menos serio, precisamente.
El saxofonista Branford Marsalis, hermano de Wynton, intentó sacudir un poco la imagen acartonada del jazz moderno al grabar el año pasado un disco titulado "Buckshot LaFonque", en el cual combina rap, música disco y algunas melodías de jazz.
El cornetista Don Byron combinó jazz clásico con música yiddish, y grabó canciones de Raymond Scott, el compositor de buena parte de la música de los viejos dibujos animados de la compañía Warner Brothers, Bugs Bunny entre otros.
Incluso Wynton Marsalis, después de cultivar durante años la imagen sombría y formal del compositor serio de jazz, introdujo algo de ligereza en sus últimos discos del sello Sony, llamados "Swinging into the 21st Century".
El último disco de esa colección, "Big Train", está muy inspirado en las composiciones basadas en trenes del famoso Duke Ellington, cuyo tema más conocido es "Take the A Train".
La banda de Marsalis crea sonidos con cuernos y percusión que sugieren el bullicio de los vagones-comedor y el ruido del tren en la vía, proponiendo así una nueva versión de las canciones de trenes de Ellington.
El hecho de que Wynton Marsalis, que ganó un Premio Pulitzer especial por su larguísima y sombría composición "Blood on the Cross", introduzca ingredientes "divertidos" en su música indica el comienzo de una nueva era en el jazz.
Es probable que, dentro de unos años, "Jazz Has a Sense of Humour" se parezca menos a un discurso en defensa de dicho género musical y se convierta en la mera constatación de un hecho. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ceb/aq/cr/99