(Arte y Cultura) LENGUA-CUBA: En defensa del español local

Un proyecto de política lingüística presentado al parlamento de Cuba procura legitimar las normas cultas de la variante local de la lengua española, como primer paso hacia un diccionario propio.

Se trata de una serie de proposiciones que abarcan muchas esferas de la vida y de la sociedad e intentan encaminar, de forma democrática y realista, el buen uso del idioma, dijo a IPS Sergio Valdés Bernal, investigador del Instituto Cubano de Literatura y Lingüística.

La intención es, además, elevar la conciencia y cultura en la materia para alentar la unidad nacional.

El lingüista, secretario de la Academia Cubana de la Lengua, alertó que no se trata de caer en un "purismo excesivo", pero, agregó, resulta necesario enmendar el error de pensar que lo cubano radica en lo popular y vulgar.

Una política linguística puede prohibir, por ejemplo, que en determinadas regiones de Cuba aparezcan letreros en inglés que, aunque es la lengua universal por excelencia, no es la de los países de América Latina, dijo Valdés Bernal.

Pero el lingüista aclaró que los carteles deben estar en español y en otros idiomas si se quiere ayudar al visitante extranjero, dado el auge del turismo internacional.

El español es hoy la lengua oficial de más de 20 naciones y, se prevé que hacia el 2000 su número de hablantes rebasará los 400 millones, en tanto otros 40 millones lo conocen y son capaces de comunicarse a través de este idioma.

Pero el lenguaje es una energía, algo vivo y se pueden crear nuevas palabras siempre y cuando se respeten las normas morfológicas del español, y de ahí la necesidad de que la academia de cada país hispanohablante cree su propio diccionario, dijo Valdés.

Luego de definir el diccionario como "una obra de consulta, orientación y unidad de la lengua", el lingüista e investigador señaló que su país espera tener en el futuro uno sobre el español de Cuba, similar al que ya existe para el español de México.

"Por ahora, hemos trabajado principalmente en la recolección de los cubanismos, en especial los fraseologismos, algo de mucha utilidad para los traductores", dijo Valdés.

En ese sentido, explicó que los fraseologismos son expresiones idiomáticas estables con un significado muy preciso, como por ejemplo "me cayó un 20 de mayo", usado por muchos cubanos para afirmar que les sucedió algo nefasto.

Esa frase se refiere al 20 de mayo de 1902, fecha que marca el fin de la intervención de Estados Unidos en Cuba y el establecimiento de un gobierno nacional bajo tutela de ese país, a través de la Enmienda Platt.

Aquél a quien le "caen" muchos "20 de mayo" puede decir que "tiene un chino atrás", como se ilustra en la isla la situación de los perseguidos por la mala suerte, a quienes nada le sale bien.

Términos como "asere" o "ecobio" denominan en Cuba a los amigos y compañeros.

"Como profesor, yo prefiero que mis alumnos se traten entre sí de 'asere' o 'ecobio', términos que proceden de nuestras raíces, y no de 'brother' o 'sister'. Pero ellos deben saber en qué contexto y con quién emplear esas palabras. Al profesor no pueden tratarlo de 'asere' ni 'ecobio"', afirmó Valdés.

Palabras propias de Cuba, como "jinetera", llegaron a extenderse a España, por ejemplo, pero con un significado que tiene matices respecto del original.

"En España, la palabra se ha puesto de moda como sinónimo de prostituta, pero en nuestro léxico no es sinónimo absoluto, pues tiene acepciones más amplias", dijo Valdés, quien explicó que el verbo "jinetear" significa obtener favores a través de varios medios entre los cuales el carnal no es exclusivo.

El proyecto de política lingüística, elevado a la Asamblea Nacional (parlamento), fue diseñado por la directora del Instituto, Nuria Gregori, quien lo considera instrumento indispensable de entendimiento en el proceso de integración de Cuba en Iberoamérica.

En declaraciones a la prensa estatal, Gregori indicó que su propuesta trata de esbozar la posición del español en el mundo actual y en la isla y proponer una política democrática e internacionalista que permita elevar la conciencia y la cultura de todos los ciudadanos cubanos.

Valdés coincidió con la autora del proyecto en que no es fácil poner en práctica una tarea de tal envergadura, pero afirmó que en Cuba están creadas las condiciones, mucho más que en cualquier país hispanoamericano.

"Cuba es el único país de América Latina sin analfabetos, donde toda la población tiene acceso a la educación", afirmó Gregori, de modo que "elevar la cultura del habla es hoy una necesidad tanto para el desarrollo individual de cada ciudadano como para el de toda la nación".

A su vez, Valdés recordó a IPS que el lenguaje tiene diferentes niveles: culto, popular y vulgar. "Donde hay gran homogeneidad es en el culto, lo cual permite comunicarse a personas de cualquier país de habla española".

"Pero es más difícil para un campesino de tierra adentro de Chile o México, por ejemplo, comunicarse con su par de Cuba", señaló.

La reforma de la Constitución de 1992 introdujo cambios en el artículo 2 para señalar que "el idioma oficial es el español", lo cual no estaba recogido en la aprobada por referéndum en 1976.

Esto no tiene importancia aparente, pero en los años 90 la isla se abrió a la inversión extranjera y el hecho de que el español esté reconocido constitucionalmente como lengua oficial de Estado obliga a las empresas foráneas a emitir sus documentos en este idioma, comentó el investigador.

El proyecto de política lingüística recomienda aplicar medidas en la enseñanza, en los medios de difusión y en la vida económica y social del país.

Así mismo, tendrá en cuenta la propuesta de aprobar normas legales en materia de lengua, entre ellas una sobre difusión radiofónica, crear de grupos de trabajo, y homogeneizar la variante cubana del español.

La globalización entraña peligros pues "nos están imponiendo la lengua inglesa y unos patrones culturales que de cierta forma parecen consolidadores, pero son destructores de las diferentes culturales regionales", dijo Valdés.

En el caso de Cuba, lengua e identidad nacional están estrechamente unidas y si se copian esquemas lingüísticos de una realidad ajena se "va perdiendo nuestro pensamiento y enfoque de la vida", dijo.

"No podemos pecar de puristas, los extremos son malos, pero creo que hay que hacer una defensa de la lengua" por su unión profunda con "pensamiento, cultura e identidad", recalcó. (FIN/IPS/pg/mj/cr/99

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe