Cinco mil obras distribuidas en 70 exposiciones componen la Muestra Río Grabado, que inunda este mes a la ciudad brasileña de Río de Janeiro de artes plásticas, con creaciones de variada procedencia.
La iniciativa del gobierno municipal de Río imita un iniciativa francesa, el Mes del Grabado, que se realiza en julio. Pero junto a la producción de artistas contemporáneos, la Muestra Río Grabado ofrece a la población local un panorama histórico de la pintura y el dibujo, especialmente de Europa.
Se exponen muestras de 500 años del arte gráfico europeo, con destaque de los españoles, entre ellos maestros como Francisco de Goya, Joan Miró, Pablo Picasso y Salvador Dalí.
Comprende también desde el renacimiento alemán, representado por la obra "El Caballero, la Muerte y el Diablo", realizada en 1513 por Albrecht Durer, a la nueva generación de grabadores franceses, 30 autores que participan con 40 obras.
Así mismo, se permitirá al público el contacto con la producción de artistas latinoamericanos, como el mexicano José Guadalupe Posada, y numerosos brasileños, como Lasar Segall y Oswaldo Goeldi.
La exposición está organizada por países, escuelas, obra individual o colecciones de aficionados. Además de la española, que reúne 50 obras famosas, Francia tiene su lugar, con jóvenes grabadores y con artistas extranjeros que vivieron en París, como Miró y el nipobrasileño Flavio Shiró.
Estados Unidos está presente con tres nombres actuales: Chuck Close, conocido desde los años 70 por sus innovaciones tecnológicas, el ilustrador de libros Jim Dine, y Sol Lewitt, representante del minimalismo.
Las artes plásticas de calidad internacional han ganado un público masivo en Brasil, superando el carácter elitista que habían tenido tradicionalmente en el país.
"Picasso, años de guerra: 1937-1945", una muestra de 150 obras clausurada esta semana, atrajo a 136.500 visitantes durante 40 días y devolvió actualidad al Museo de Arte Moderno, que estuvo varios años sin cumplir su finalidad.
En los últimos años, centenares de miles de personas, principalmente en Río de Janeiro y Sao Paulo, sorprendieron a los promotores de muestras artísticas al interesarse por las esculturas de Auguste Rodin y Camille Claudel y las pinturas de Miró y Dalí.
El estadounidense Andy Wahrol, padre del "pop art", será la próxima atracción, en octubre, del Centro Cultural Banco de Brasil, uno de las nuevas sedes de las artes en Río de Janeiro.
Con los grabados, la oferta que se multiplica. "Es demasiado, una sobredosis", expresó el crítico Luiz Camillo Osorio, del diario O Globo. La dispersión de las obras por 50 locales de la ciudad agrega dificultades.
La experiencia, que se repetirá a fines de año en Sao Paulo, aunque en formato reducido, permite a un público masivo el acceso a universos artísticos lejanos, en muestras cuyo costo reduce la reproducción grabada.
El grabado confirma así su carácter democrático, en comparación con la pintura o la escultura, cuyas obras maestras, limitadas al original, son casi inaccesibles.
Río Grabado comprende muestras específicas de movimientos, como el surrealismo de Dalí y el expresionismo alemán. También incluye salas individuales, como la del italiano Giovani Piranesi, que vivió en el siglo XVIII.
Piranesi fue también arquitecto y arqueólogo, de importante influencia en su país. Se exponen 79 grabados de ese artista, entre los que se destacan dibujos de cárceles infernales y ruinas romanas. (FIN/IPS/mo/ff/cr/99