Aunque algunos gobernantes de Africa apoyan la idea de Libia de formar una confederación de estados africanos, pocos creen que la propuesta sea viable.
Líderes de 43 estados africanos, que asistieron a una cumbre especial de la Organización Unidad Africana (OUA) el miércoles y jueves en la ciudad libia de Sirte, quisieran hacer realidad el sueño del ex presidente de Ghana, Kwame Nkrumah, quien en 1963 propuso una Africa "unida, orgullosa, fuerte e imponente".
Sin embargo, la propuesta que hizo Libia en la cumbre no parece despertar el entusiasmo de muchos.
"Si la iniciativa de Libia representa un intento de reavivar nuestras energías, es algo positivo, pero si alguien piensa que saldremos de la cumbre de Sirte con unos Estados Unidos de Africa, se está engañando", dijo Kamanda Wa Kamanda, ex subsecretario general de la OUA.
Wa Kamanda, que también fue canciller en Zaire, actual República Democrática de Congo (RDC), dijo al semanario L'Autre Afrique que la propuesta de crear los Estados Unidos de Africa debe tener una base más sólida que la retórica.
La opinión que predomina en Africa, con una población de unos 700 millones de habitantes, es que actualmente la región no está preparada para una confederación.
Más de 15 países africanos, desgarrados por la guerra, se desintegran bajo el peso de los conflictos étnicos. Del mismo modo, la mayoría de los 53 estados del continente tiene problemas en su búsqueda de la democracia.
"La creación de una confederación de estados africanos no es nada más que una atractiva utopía. Deberemos esperar hasta el año 10.000 para que un sueño como ese se haga realidad en este continente, donde reina la confusión desde los años 60", dijo Tshidibi Ngodavi, un analista político congoleño.
Muchos consideran que la mejor opción será promover las agrupaciones regionales, como etapa preliminar del concepto de "una sola Africa".
Al presidente de Uganda, Yoweri Museveni, parece agradarle la idea. En su opinión el debate debería centrarse en el tema del panafricanismo y la necesidad de consolidar bloques regionales.
El jefe de Estado argelino, Abdelaziz Bouteflika, y actual presidente de la OAU, piensa que Africa debería garantizar que puede manejar tal unión antes de organizarla.
Los jefes de Estado reunidos en Sirte también decidieron revisar la carta de la OAU, que tiene 36 años, lo cual también disparó el debate.
Aunque los observadores reconocen los poderes limitados de la OUA, especialmente en el área de prevención y resolución de conflictos, culpan a los líderes africanos por la falta de voluntad para aplicar la carta del organismo.
Muchos piensan que la carta de la OUA es un documento invalorable cuyo único defecto es que no se aplica eficazmente por los estados miembros.
"En mi opinión, el problema con la OUA no está en revisar su carta o estatutos, sino en aplicar y observar las disposiciones que fueron aceptadas universalmente y que cada estado miembro se comprometió a respetar", dijo Kamanda Wa Kamanda.
La carta de la OAU tiene buenas ideas aplicables a los problemas del continente, caracterizado por los conflictos, el aumento de la pobreza y la flagrante violación de los derechos humanos fundamentales.
Las metas de la OAU, establecidas en el primer artículo de la carta, exigen a los firmantes que coordinen e intensifiquen su cooperación y sus esfuerzos para dar a los habitantes de Africa las mejores condiciones de vida posibles.
Los firmantes también se comprometieron a mejorar la cooperación internacional defendiendo la carta de la Organización de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Otros principios como la no interferencia en los asuntos internos de los estados miembros, la resolución pacífica de las diferencias mediante la negociación, mediación, conciliación o arbitraje, y la inequívoca condena de los asesinatos políticos, están incluidos en la carta de la OAU.
Sin embargo, 36 años después de la creación del organismo, se reconoce que estos preceptos fundamentales no fueron cumplidos.
El presidente de RDC, Laurent Kabila, dijo que la revisión de la carta de la OUA se debe centrar en la acción coercitiva en los casos de violación de sus principios.
"Estamos a favor de cambiar la carta de la OUA para disponer sanciones para quienes violan sus principios. Si… quiere sobrevivir deberá tener el poder para hacer que sus miembros respeten la carta. ¿Por qué la respetarían si pueden violarla impunemente?", declaró.
La cumbre de Sirte fue un gran éxito diplomático para el líder libio Muamar Gadafi, tras ocho años de aislamiento internacional. La abrumadora asistencia de líderes africanos mostró que todavía tiene una influencia política considerable en el continente.
Libia también demostró su fuerza económica al anunciar que canceló la deuda que mantenían ocho países con la OUA.
Comoras, Eritrea, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, Liberia, Nigeria, Santo Tomé y Príncipe y Seychelles fueron excluidos de las reuniones de la OUA durante dos años porque le debían 4,5 millones de dólares. (FIN/IPS/tra-en/nrn/sz/mn/at/aq/ip/99
